Fuente: iProfesional – Desarrolladores inmobiliarios y empresarios de la construcción reclaman celeridad a la dirigencia política para aprobar una ley de etiquetado energético para viviendas.
El anterior gobierno de Alberto Fernández creó el llamado Programa Nacional de Etiquetado de Viviendas (PRONEV) para implementar un sistema de etiquetado de eficiencia energética de viviendas unificado para todo el territorio nacional.
El objetivo era el de que las viviendas puedan ser clasificadas a través de una etiqueta que, según su grado de eficiencia, las diferencie en relación al requerimiento global de energía primaria
De todos modos, la iniciativa no fue idea de los funcionarios kirchneristas, quienes copiaron otra estrategia lanzada en el 2017, luego de haberse llevado a cabo experiencias de implementación y pruebas piloto en localidades de Santa Fe, Río Negro, Mendoza, Tucumán y Salta, donde ya hay más de 1400 viviendas etiquetadas y 700 profesionales capacitados.
Estas experiencias permitieron realizar ajustes al sistema de implementación, contemplando particularidades climáticas, socio-económicas y de prácticas constructivas locales.
Indicador independiente de las viviendas
Así fue como en el 2023 se lanzó la Etiqueta de Eficiencia Energética con una escala de letras desde la “A” (que indica el mayor nivel de eficiencia energética) hasta la “G” (relativo al menor nivel de eficiencia energética), que determina la clase de eficiencia energética de una vivienda asociada a un rango de valores del Índice de Prestaciones Energéticas (IPE) que varía para cada región del país.
Este mecanismo es un valor característico de la vivienda, que representa el requerimiento teórico de energía primaria para satisfacer las necesidades de calefacción en invierno, refrigeración en verano, calentamiento de agua sanitaria e iluminación, durante un año y por metro cuadrado de superficie, bajo condiciones normalizadas de uso.
Se trata de un indicador independiente del uso que permite cuantificar las prestaciones energéticas de las viviendas para poder compararlas entre sí con un criterio unificado.
Diferencias políticas
Para la administración kirchnerista, la etiqueta debía estar determinada por aspectos relacionados al diseño arquitectónico de la vivienda, orientación, protecciones solares, los sistemas constructivos utilizados, la calidad y estado de las aberturas, las infiltraciones de aire, los sistemas de calefacción, refrigeración, calentamiento de agua e iluminación instalados, y las eventuales instalaciones de energías renovables.
El sentido de estas medidas se observa a la hora de comprender que la construcción y la edificación son considerados sectores imprescindibles en la lucha contra el cambio climático al ser responsables del 37% del consumo energético a nivel global.
Por ese motivo, la industria busca convertir sus estrategias hacia modelos más amigables con el medio ambiente, en un cambio del cual la Argentina no está exenta y por eso desde varios sectores vinculados al real estate se impulsan planes e iniciativas que permitan alcanzar ese objetivo.
A partir de lo que dejó la administración K, uno de los proyectos que está cobrando fuerza es el de que en el Congreso se apruebe una ley de etiquetado de eficiencia energética para que la construcción de viviendas también se acostumbre a obras con baja emisión de carbono en línea con el Acuerdo de París.
Debate y polémica entre el real state
Teniendo en cuenta estas premisas, referentes del sector constructivo pidieron una ley de etiquetado de viviendas y un mayor estímulo para las iniciativas sustentables.
Lo hicieron durante la realización del Foro Green Building 2024, que se realizó en el Sheraton Buenos Aires, el pasado 24 de octubre y del que participaron funcionarios y legisladores, todos quienes resaltaron la urgente necesidad de hacer realidad una norma de etiquetado de eficiencia energética para avanzar hacia una construcción sustentable.
El evento también contó con la presencia de empresarios y desarrolladores inmobiliarios, quienes compartieron sus perspectivas sobre los desafíos y oportunidades que enfrenta la industria de la construcción sustentable en Argentina y subrayaron la necesidad de transformar las iniciativas ambientales en realidades económicas viables.
La reunión fue organizado por Argentina Green Building Council (AGBC) y se inscribe en el contexto de la Semana global de la Construcción Sustentable, que se realiza en colaboración con el World Green Building Council y más de 70 consejos de construcción sustentable, destacando el énfasis en los compromisos climáticos al 2050 de las instituciones y empresas participantes.
El sector entiende que, en un contexto global donde la sustentabilidad se convierte en un imperativo, Argentina enfrenta el reto de alinear sus prácticas constructivas con estas tendencias.
Se asegura que la voluntad de los actores del sector es clara, pero la implementación efectiva de políticas y marcos regulatorios será fundamental para lograr un verdadero avance hacia la construcción sustentable.
Por eso, entre otras temáticas, se abordó la necesidad de contar con un compromiso de los gobiernos locales para lograr energías cero netas; herramientas de ahorro de energías y emisiones CO2; soluciones de energías renovables para alcanzar metas de energía cero netas y compromiso del sector de Real Estate con la eficiencia energética.
¿Una ley de etiquetado de eficiencia energética?
Las opiniones concordaron en la necesidad de encarar una transformación sistémica que permita lograr bajas emisiones de carbono para cumplir con los compromisos del Acuerdo de París y que se puede reforzar a partir de una ley de etiquetado de eficiencia energética.
De todos modos, hubo también coincidencia en que no se puede esperar a que esta propuesta se convierta en una legislación para comenzar a implementar mejoras.
La definición se entiende a partir de datos compartidos en el encuentro que dan cuenta de que la construcción y la edificación se presentan como sectores clave en la lucha contra el cambio climático con el 37% del consumo energético a nivel mundial.
Al respecto, Cristian Lagos, presidente de Argentina Green Building Council y director de Negocios en Schneider Electric, enfatizó en la apertura del Foro la importancia de soluciones locales que impulsen la eficiencia energética y reduzcan la carbonización, un tema que ya ocupa un lugar destacado en la agenda política de Argentina.
En la misma línea, Mariela Beljansky, subsecretaria de Transición y Planeamiento Energético de la Nación, subrayó que los compromisos del país en términos de reducción de emisiones de carbono son amplios y afectan a toda la economía, no solo a sectores específicos.
“Es de vital importancia la eficiencia energética como un pilar fundamental en este desafío”, agregó la funcionaria, quien también destacó que la mejora en eficiencia no siempre requiere grandes inversiones, sino que implica cambios de conducta y enfoques más inteligentes en la utilización de recursos.
“No podemos esperar a que la ley esté en vigor para empezar a actuar. La necesidad de desacelerar la carbonización es tan urgente que todos debemos empezar a implementar medidas de inmediato”, advirtió.
La mirada política sobre la sustentabilidad del real estate
A su turno, el diputado nacional Maximiliano Ferraro, impulsor del proyecto de ley de etiquetado de eficiencia energética para viviendas, consideró que “esta iniciativa es esencial no solo para combatir el cambio climático, sino también para crear entornos urbanos más amigables y sostenibles”.
Desde su postura, la implementación de un etiquetado eficaz permite optimizar el uso de energía en los hogares, lo que puede resultar en un ahorro significativo tanto para las familias como para el Estado, especialmente en un contexto donde los subsidios energéticos son un tema recurrente en la agenda política.
Otra de los expositores fue Verónica Geese, actual secretaria de Energía de Santa Fe, para quien la provincia tiene “un compromiso histórico” con la implementación del etiquetado de eficiencia energética.
“Es de destacar la colaboración con municipios para asegurar su rápida adopción ya que la sensibilización y la educación son claves para superar las barreras iniciales y promover una cultura de eficiencia”, sostuvo durante su exposición.
Para Geese, “el compromiso de los estados subnacionales es fundamental para que la eficiencia energética se implemente de manera efectiva”.
Según sus plabras, “esto implica no solo establecer normas, sino también trabajar en conjunto con las municipalidades y comunas para asegurar que se comprendan y adopten las regulaciones pertinentes”.
En tanto, Álvaro García Resta, secretario de Desarrollo Urbano de la Ciudad de Buenos Aires, ponderó la necesidad de reimaginar el desarrollo de las ciudades.
“Hay que hacerlo no solo desde la perspectiva de nuevas construcciones, sino también enfocándose en la renovación y el cuidado del parque construido existente”, propuso el funcionario del gobierno que orienta Jorge Macri.
Por ese motivo, consideró “esencial” que cuando se realice una sustitución de edificaciones, se contemple una mejora que respete y amplíe los pulmones de manzana, asegurando que no se reduzca el espacio verde.
De manera complementaria, Sergio Mansur, secretario de Planificación Energética de la provincia de Córdoba, destacó la importancia de “abordar de manera integral los diversos desafíos energéticos y ambientales que enfrenta Córdoba, subrayando que la provincia trabajó en una serie de leyes y políticas desde 2018 que buscan integrar conceptos como la bioeconomía, la economía circular y las energías renovables”.
El funcionario cordobés aseguró que la eficiencia energética no es un fin en sí mismo, sino una estrategia vital para mejorar la competitividad industrial.
“La relación entre la eficiencia energética y la huella de carbono es directa; al optimizar el uso de energía, también estamos reduciendo las emisiones que afectan nuestro entorno”, señaló.
Qué dice el sector del real state
En cuanto a la postura del sector privado, la voz cantante fue la de Mariano Bo, CEO del Clúster LATAM Sur de Saint-Gobain, quien enfatizó la desconexión entre las propuestas gubernamentales y la realidad del mercado.
“Hemos visto distintas iniciativas sobre la construcción sustentable, pero la cuestión es cómo se verifican en el mercado real. Necesitamos que ese valor se traduzca en rentabilidad para los desarrolladores. Desafortunadamente, en Argentina no estamos en la mejor situación en términos de marcos regulatorios”, declaró Bo, quien añadió que el país históricamente careció de un poder de supervisión efectivo.
De manera coincidente, Ramiro Juliá, Chairman de Américas Capital Investments, apuntó a un cambio de paradigma en el sector al considerar que la sustentabilidad ya no es solo un tema de marketing sino que está impactando directamente en la viabilidad económica de los proyectos.
Para el empresario, “existen billones de dólares invertidos en iniciativas sostenibles, y la presión está aumentando para que los desarrolladores adopten prácticas de ESG (Environmental, Social and Governance)”.
Además, Juliá resaltó que los fondos de impacto ofrecen condiciones más favorables a quienes implementan programas sustentables, creando un círculo virtuoso que beneficia tanto a los inversores como a la comunidad.
En la misma línea, Alejandro Furst, director de Desarrollo de Landmark Developments, abordó la importancia de mitigar las externalidades negativas de los proyectos. “
Toda acción humana tiene un impacto y es por eso que nos proponemos certificar nuestras obras bajo estándares como LEED y minimizar las molestias a los vecinos durante el proceso de construcción. Las nuevas generaciones valoran cada vez más los proyectos sustentables”, explicó.
Finalmente, Alejandro Pidal, managing director de Assetco, destacó la evolución del sector en las últimas dos décadas. “Comenzamos con los primeros edificios certificados, enfrentando múltiples desafíos. Hoy, muchas multinacionales exigen certificaciones de sostenibilidad. La medición es crucial, sin ella, no podemos evaluar la eficiencia energética”, concluyó.
Durante el desarrollo del Foro también expusieron sobre las principales acciones y desafíos en pos de la construcción sustentable, algunas de las compañías que se encuentran a la vanguardia de esta transición y que aportan innovaciones concretas para reducir las emisiones de carbono, como es el caso de de Schneider Electric, Carrier, Signify, BGH, Muchtek y Saint-Gobain.