Fuente: La Nación ~ El aumento del dólar blue en tiempos en los que el Gobierno mantiene medianamente estable la cotización oficial volvió a configurar una vieja ecuación de la Argentina para los que tienen divisas en el colchón: el ensanchamiento de la brecha cambiaria -que llegó a 92% la semana pasada y que hoy se ubica en 86%- revitaliza la construcción, que luego de un fuerte repunte en el segundo semestre de 2020 volvió a frenar su avance a comienzos de este año.
Si bien desde el sector advierten que el costo de la construcción creció más que lo que se incrementó la cotización del dólar paralelo, admiten que hay cierto aumento de la competitividad a las obras privadas, los fideicomisos y la venta en pozo, algo que se verá reflejado en mejores índices durante los próximos meses, luego de que, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la actividad cayera 3,8% en febrero, 1,2% en marzo, 2,7% en abril y 3% en mayo.
Iván Szczech, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, destacó que en la actualidad hay mayor competitividad, pero señaló que no se trata de una explosión. “Es verdad que hay un mejora por efecto de la brecha cambiaria, pero hay que tener en cuenta que durante 2021 el costo de la construcción subió 27% y el dólar se incrementó un 16%, con lo cual hay un desfase todavía”, comentó.
Soledad Pérez Duhalde, directora de Operaciones de la consultora Abeceb, remarcó que es cierto que el cepo al dólar, la posibilidad de pagar en cuotas algunos insumos y la brecha cambiaria favorecen un movimiento mayor en la construcción, pero la incertidumbre hacia adelante siempre va a poner un tope al crecimiento. “La construcción en la Argentina se hace con el dólar que se tiene en el colchón o, para las reformas, con los pequeños pesos que puedan sobrar. Esto último es lo más incentivado por el aumento de la brecha en este año”, indicó la economista.
Asimismo, Pérez Duhalde subrayó que la actual brecha cambiaria no es la misma brecha cambiaria del año pasado, que sí empujó más a la actividad. “Obviamente, el tipo de cambio ayuda y representa una mejora relativa, pero no hay que esperar un boom en el sector”, concluyó la especialista.
De todos modos, el repunte actual no es poca cosa para una actividad que siempre anticipa los ciclos económicos y que es gran generadora de trabajo. Se trata de un sector que recibió un duro golpe en materia de empleo durante la pandemia: según apuntó Nadin Argañaraz, director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), si bien entre abril de 2020 e igual mes de este año se recuperaron 30.098 puestos de trabajo, en todo el año pasado se habían destruido 75.218, lo que representó una caída de 18,2%, con relación a 2019.
Para Carlos Spina, presidente de la Asociación de Empresarios de la Vivienda (AEV), es cierto que reanudó la actividad. “Los emprendimientos que se venden en pesos más el índice de la Cámara Argentina de la Construcción, lograron un atractivo de precios nuevamente, que aún no se equipara con junio de 2020, pero sí vuelve a una foto un poco más atractiva. Y por lo menos salimos del letargo de los últimos dos meses en el que la actividad había estado muy detenida”, dijo el directivo.
Claro que el impulso que da ahora la brecha cambiaria cuadra más para el que construye para vivir allí, porque el que edifica como inversión todavía sigue retraído. “Esta coyuntura le da un empujoncito a aquel que tenía una decisión medio masticada pero no se animaba. Para ver mayores efectos de un incremento de la brecha cambiaria, habría que esperar unos meses, porque los movimientos en la construcción se notan en plazos más largos”, explicó Spina.
Gustavo Vallejo, jefe del Departamento de Estadísticas del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric), señaló que esta actividad se encuentra hoy más cerca de los máximos históricos que que de los niveles prepandemia, hecho que se refleja tanto en la evolución de los despachos de insumos representativos del sector como los indicadores sectoriales de actividad. “Dentro de los motivos que explican esta situación, podemos ver que la ampliación de la brecha cambiaria sería un incentivo que motoriza la inversión privada en construcción, vis a vis con las expectativas de inflación y la incertidumbre electoral que la posicionan como un atractivo para resguardar los ahorros ante las escasas alternativas de encontrar inversiones rentables en términos reales”, opinó el especialista.
Damián Tabakman, presidente de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos (CEDU), dijo que es verdad que se abarató el costo de construcción, pero hay que esperar para ver qué impacto tendrá la devaluación del dólar blue sobre los costos de obra. “Sobre la mano de obra no debería repercutir. Y sobre los insumos importados que entran al dólar oficial tampoco. De modo que podría asumirse que el abaratamiento del costo medido en dólares a la cotización paralela se mantendrá en el tiempo. Pero igual convendría esperar un poco para tomar decisiones”, indicó.