Fuente: Ámbito – Las empresas presentaron el «Plan Estratégico Forestal y Foresto Industrial Argentina 2030». Plasmaron los recursos y normas necesarias para impulsar los objetivos a concretar.
La industria forestal aspira llegar al 2030 con una capacidad de producción de 30.000 viviendas con madera anuales, representado aproximadamente el 25% del total de la realización de viviendas familiares por año, y con la tecnología adecuada para ya contar para entonces «entre 5 y 10 edificios en altura» en línea con los estándares internacionales.
«Es importante el aporte que podrá brindar la construcción con madera, con métodos innovadores y soluciones industrializadas de menores costos», señaló la Mesa de Competitividad Foresto Industrial, que a su vez destacó que «es más eficiente en el consumo energético y reemplaza productos no renovables (cemento, hierro, aluminio) y con alto nivel de emisión de gases de efecto invernadero convirtiéndola en una opción preferible en construcción sostenible y como herramienta de mitigación al cambio climático«. Informate más
Las empresas y profesionales del sector presentaron en 2020 el «Plan Estratégico Forestal y Foresto Industrial Argentina 2030», en el que plasmaron tanto la situación sectorial, los recursos y normas necesarias para impulsar su desarrollo y los objetivos a concretar para dentro de siete años, en un contexto marcado tanto por el déficit habitacional como por la necesidad de reducir la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en la lucha contra el cambio climático y el ahorro de energía.
El trabajo consta de 178 páginas y el capítulo referido a la construcción fue realizado por un equipo coordinado por la ingeniera forestal Helga Vogel, docente de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) y el financiamiento de la Dirección General de Programas y Proyectos Sectoriales y Especiales (Diprose).
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Con un déficit habitacional estimado en alrededor de dos millones de viviendas a construir, además de las existentes con deficiencias cualitativas, la investigación concluyó que «la cantidad construida anualmente se corresponde con el incremento anual de la demanda de nuevas viviendas, pero no disminuye el déficit histórico» y en ese marco la construcción con madera podría representar un aporte complementario a la construcción húmeda tradicional.
En el Plan Estratégico se hizo notar que las empresas dedicadas a la foresto industrial (en su mayoría pymes) «utilizan diversos sistemas constructivos», con el inconveniente que «muchas de ellas no se ajustan a la reglamentación vigente a nivel nacional desde 2016 para la madera estructural», uno de los aspectos que comenzaron a analizarse en la mesa técnica recientemente convocada por la Dirección Nacional de Desarrollo Foresto Industrial.
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Una vez concretadas las normas de certificación y con el financiamiento correspondiente, la capacidad de producción del sector podría duplicarse, si se tiene en cuenta que en la actualidad se construyen unas 3.000 viviendas de madera por año y la meta es alcanzar las 30.000 en 2030.
Se estima que para una vivienda promedio de 60m2 se utiliza 12 m3 de madera, de los cuales un 46% es madera estructural, 47% revestimientos y 7% tableros multilaminados fenólicos u OSB (Tablero de Virutas Orientadas, en inglés Oriented Strand Board).
«Una producción anual de 10.000 viviendas de 60 m2 promedio consumirá alrededor de 120.000 m3 de madera con diferentes grados de industrialización», se precisó en el Plan Estratégico. Pero la experiencia internacional dejó en claro que se cuenta con los adelantos tecnológicos para la construcción de edificios en altura, con sistemas constructivos como el CLT (Madera contralaminada o Cross Laminated Timber) o la MLE (Madera Laminada Encolada o Glulam, Glued Laminated Timber).
Entre las metas principales, se apunta a que en 2030 la construcción con madera represente «el 25% del total de las construcciones de viviendas familiares» y que para entonces «se habrán construido entre 5 y 10 edificios en altura«.
Para ese año, se espera contar con una capacidad instalada para «producir al menos 30.000 viviendas familiares anuales», además de «soluciones edilicias institucionales de calidad», como escuelas y oficinas públicas, así como para «dar soluciones rápidas y de calidad para el mejoramiento de las condiciones habitacionales en viviendas y edificios», y «construir edificios en altura con estándares internacionales».
Todo eso representará la creación de «al menos 12.000 empleos directos«, se destacó en el Plan Estratégico.
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«Para llegar a una capacidad productiva de 30.000 viviendas construidas con madera, o el equivalente a 2.000.000 de m2, se requieren inversiones directas en tecnologías equivalentes a las realizadas de alrededor de u$s100 millones», se indicó.