Fuente: Clarín – En la esquina de Hipólito Yrigoyen y Saavedra el Nación tiene hoy una mole de hormigón de 16 pisos de altura. Iniciará la finalización de la obra, paralizada hace años, para mudar allí 1.800 empleados de Casa Central.
El Banco Nación decidió resucitar un proyecto inmobiliario que tenía archivado desde hace años. Retomará la construcción de lo que será su “edificio tecnológico”. Estará emplazado en la esquina de Hipólito Yrigoyen y Saavedra, en el barrio de Balvanera.
Lo que hoy se puede ver en ese lote de 3.400 metros cuadrados con frente a ambas calles es una mole de hormigón que tiene tres subsuelos de cocheras y se elevan 16 pisos. Hasta hoy, un verdadero “elefante blanco”, que si el proyecto llega a su fin pasará a llamarse Torre Saavedra.
La idea del directorio del Nación, hoy presidido por Daniel Tillard, es que se pueda inaugurar a fines de 2027, es decir, cuando esté terminando el mandato del presidente Javier Milei.
De elefante blanco a Torre Saavedra
La historia de este edificio viene, literalmente, del siglo pasado. En 1998, el Banco Nación se apropió del terreno en cuestión al ejecutar la garantía ofrecida por la firma J. Vazquez Iglesias SA, una empresa con mucha presencia en el mundo de los concesionarios de autos y camiones.
No se registró actividad en esa esquina de Balvanera hasta que en 2011, año en que el BNA era conducido por Juan Carlos Fábrega, se decidió encarar la construcción de un nuevo edificio denominado “Torre Saavedra”.
Según consta en las actas de directorio de esos años, el objetivo era superar los problemas de espacio que se observaban en la Casa Central de Plaza de Mayo y trasladar al nuevo edificio las estructuras de las empresas que pertenecían en ese momento al denominado Grupo Nación: Nación Seguros; Nación Servicios; Nación Factoring; Nación Fideicomiso; Nación Bursátil; Pellegrini Fondos Comunes de Inversión y la empresa residual Nación AFJP.
Lo primero que se hizo fue licitar y adjudicar los trabajos de “demolición, excavación, estructura de hormigón armado, aislaciones y trabajos complementarios” a la empresa CAVCON. Esto fue en 2012. Siete años después, en 2019 (gestión Javier González Fraga, gobierno de Mauricio Macri) se rescindieron los contratos, “atento al incumplimiento de los plazos establecidos en el pliego”.
En 2020 (gestión Eduardo Hecker) se adjudicó a la constructora Riva la terminación de los trabajos de “Excavación y ejecución de estructura de hormigón armado”, que, afortunadamente, fueron finalizados en enero de 2022.
Pero el plan de trasladar empleados a la futura Torre Saavedra quedó truncado por la pandemia. Según explicaron a Clarín, la modalidad de prestación de trabajo en el mercado laboral se vio afectada, generando un proceso de cambio. Razón por la cual al momento de la culminación de la obra, la problemática de la carencia de espacio en Casa Central ya no representaba un inconveniente.
Ya bajo la conducción de Silvina Batakis (2022), se tomó una decisión drástica: vender el elefante blanco. El precio que se le fijó en ese momento fue 16 millones de dólares. La operación no se pudo concretar y se hizo un segundo intento que también fracasó en marzo de 2023.
Lo siguiente fue lo que hace cualquier mortal: llamar a una inmobiliaria. La única que se ofreció a ponerlo en venta fue Remax. Lo intentó durante seis meses. Pero no tuvo éxito.
Hace 45 días, a fines de julio de este año, el actual directorio del Nación dispuso impulsar nuevamente el proyecto para finalizar la obra.
Lo que viene
La situación hoy es que se buscará construir una torre con la última tecnología disponible como para que pueda ser considerado un “edificio inteligente”. En el mundo del mercado de oficinas, se construirá un edificio de categoría “triple A”, es decir que cumplirá con normas medioambientales y sistemas que se adapten a las exigencias para ser considerado un diseño de edificio inteligente.
Se trata de una obra de 25.000 metros cuadrados que podría demandar una inversión cercana a los 40 millones de dólares, según cálculos preliminares de los equipos técnicos del Nación.
El plan es trasladar a Torre Saavedra a unos 1.800 empleados que hoy están en Plaza de Mayo. También de otros edificios que hoy alquila el Nación en el microcentro, como el que está ubicado en Florida y Bartolomé Mitre. Se mudarán todo lo que tiene que ver con sistemas informáticos y el llamado personal de “back office”, es decir que no atiende al público pero es el apoyo natural de la fuerza de ventas y atención al cliente del banco.
Torre Saavedra, dicen en el Nación, es más que un proyecto inmobiliario. La apuesta a tener una “torre Google” (así se la menciona en la entidad financiera) será la cara visible de la fuerte inversión en tecnología que quiere hacer el banco para emparejar a las entidades privadas.
Las autoridades del Nación admiten que el atraso tecnológico del BNA es severo y eso lo puede ver cualquier cliente que vaya a cualquier de sus sucursales. “Hay muchos más papeles de los que vas a encontrar en cualquier otro banco privado”. No obstante, en el Nación dicen que el principal banco de la Argentina se está moviendo. Y prueba de ello es que este año su porción del mercado creció 3 puntos porcentuales, mediante una agresiva política de colocación de créditos a los clientes privados. “El Estado dejo de ser nuestro principal cliente”, aseguran.
El otro paso importante que va a dar el Nación será visible en los próximos días. Los estados contables se están elaborando con el objetivo concreto de que sean leídos como el de una Sociedad Anónima. Es la próxima transformación legal del BNA, movida que se realizará amparada en la Ley Bases.