Fuente: Cronista ~ Fue en el marco de la ley de Financiamiento Productivo cuando surgieron los primeros fondos que hoy se encuentran abiertos en el mercado. Qué negocios se abren a partir de estos instrumentos, cómo acceder a ellos.
Los fondos de inversión inmobiliario constituyen una forma de invertir de manera colectiva en real estate. Básicamente, se trata de que el Fondo coloque el dinero de los inversionistas en proyectos de desarrollo inmobiliario con el objetivo de rentabilizarlo.
En la Argentina, «los Fondos Inmobiliarios son de las pocas iniciativas públicas que trascendieron de una gestión a otra», advierte Ramón García Llorente, Senior Associate de JLL.
Fue en el marco de la ley de Financiamiento Productivo, en el año 2018, cuando surgieron los primeros fondos que hoy se encuentran abiertos en el mercado: el Fondo impulsado por la cooperativa Sancor Seguros, el impulsado por Pellegrini FCI y el Fondo Dracma FCICI.
«Fue un avance notorio para expandir el financiamiento de la economía real a través del mercado de capitales. Maxime, cuando la oferta disponible de inversión en el contexto actual de mercado luce muy acotada, existiendo una importante liquidez concentrada en algunos pocos títulos (principalmente soberanos)», suma García Llorente.
García Llorente comenta que «este instrumento, innovador y novedoso en Argentina, ya se encuentra consolidado en varios países del mundo por ser una excelente vía para invertir en proyectos inmobiliarios, dada la posibilidad de diversificar proyectos, obtener ventajas de participar en inversiones en gran escala y por sus bajos costos de funcionamiento».
Según datos del Banco Mundial, América Latina generó u$s 85.74 millones a través del crowdfunding inmobiliario. La entidad crediticia predice que para 2025 la industria del crowdfunding tendrá un valor de $ 93 mil millones de dólares
En nuestro país, la inversión de personas físicas en este tipo de fondos está exenta del Impuesto a las Ganancias y Bienes Personales.
Además, permiten suscribirse desde cualquier cuenta comitente con montos mínimos en general muy bajos y es más líquido que un activo inmobiliario: las cuotapartes de quien invirtió pueden negociarse a través del mercado secundario o bien esperar las ventanas de rescate, la mayoría de las veces a los 36 meses de suscritas las cuotapartes.
Según datos suminstrados por DRACMA FCICI, un Fondo Común de Inversión cerrado Inmobiliario que participa en el desarrollo de distintos proyectos inmobiliarios, los perfiles de los inversores que se suman a su iniciativa son variados: su cartera, por ejemplo, agrupa fondos comunes de inversión en un 30%, bancos (5%) y compañías de seguro (15%), que representan un 50% del fondo y por otro lado inversores particulares, tanto clientes de Dracma con intención de diversificar su portafolio (30%) como inversores que habían blanqueado capitales (20%) y tenían que aplicar los fondos a un proyecto inmobiliario.
El miércoles 14 de diciembre pasado, Dracma colocó la segunda emisión del FCI Cerrado Inmobiliario por $ 671 millones con destino a financiar casas en un barrio de la localidad de Pilar (provincia de Buenos Aires) que construye la desarrollista Eidico.
John Walker, vicepresidente de Dracma, describió los proyectos en los que invierte el Fondo: «El Fondo invierte en los proyectos a través de colocación de deuda a los desarrolladores inmobiliarios, para la aplicación específica en un proyecto determinado. La instrumentación se ejecuta como negocios en participación por tener las ventajas propias de los instrumentos de deuda».
El Comité de Inversión del Fondo estaría analizando, a su vez, nuevas iniciativas, a saber:
Financiar nuevos proyectos de actores líderes del mercado inmobiliario a través del negocio en participación.
Compra de tierras para desarrollo en Buenos Aires, Córdoba y otras ciudades del interior.
Por otro lado, JLL Argentina, junto con Dracma están impulsando un nuevo Fondo Común de Inversión, pero esta vez de renta inmobiliaria, destinado a adquirir o desarrollar inmuebles comerciales que generen renta.
«Los fondos comunes de inversión inmobiliaria son una gran herramienta que además de dinamizar la economía real a través del financiamiento de nuevos proyectos productivos también suponen la incorporación de nuevos jugadores en la industria inmobiliaria que esto proporciona mayor competitividad, transparencia y eleva el estándar profesional de las tomas de decisiones por parte de los desarrolladores», concluye García Llorente.