Fuente: Perfil – Luego de un 32% de caída interanual de la construcción en junio, el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción se mostró esperanzado por el estado de la actividad y declaró que espera que se retome “paulatinamente”. “La pérdida de mano de obra se debió casi exclusivamente a la paralización de la obra pública nacional, por lo que no esperamos una nueva caída”, explicó.
Gustavo Weiss abogó por políticas de Estado que, a largo plazo, promuevan la estabilidad y la inversión eficiente. Además, remarcó la importancia de reducir el gasto público, diferenciándolo de la inversión pública, para liberar recursos a inversiones productivas. “El Estado argentino es un Estado fofo, grande, totalmente ineficiente y superpoblado de gente, por lo que hay que hacerlo eficiente”, manifestó en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).
Gustavo Weiss es empresario y presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), cargo que ya ocupó en otras dos ocasiones. El famoso “grupo de los seis”, el espacio en el que confluyen los empresarios más importantes del país, participó de la firma del Pacto de Mayo, demostrando su apoyo al gobierno de Javier Milei.
Primera reflexión, 32% de caída interanual en junio, según el índice Construya. Usted con su experiencia, ¿recuerda algo similar en algún otro momento en la Argentina?
Nosotros tuvimos una caída muy importante también en el 2001 por la convertibilidad, con la gran diferencia que veníamos de niveles de actividad muy reducidos. Le voy a dar un indicador muy directo de ese nivel de actividad, en esa época teníamos 111 mil trabajadores formales inscriptos y a mediados del año pasado teníamos 450 mil. Ahí usted tendrá una idea de la diferencia en nivel de actividad de cuatro veces entre fines del 2001 y mediados del año pasado.
Entonces, si bien la caída proporcionalmente fue de una magnitud similar por los niveles de actividad, se siente mucho más fuertemente lo que está ocurriendo hoy. Empresas que tenían muchos contratos en marcha, con estructuras muy importantes que llevaban adelante esos contratos, con deudas importantes con el sistema bancario, con proveedores, con la gente, etc. Y al paralizarse bruscamente la obra pública, el cimbronazo es mucho más fuerte.
O sea que la convertibilidad redujo enormemente la obra pública.
Sí, desde niveles que venían muy reducidos. En la última etapa de la convertibilidad, sobre todo los niveles de inversión pública, ya el Estado Nacional tenía un déficit importante en sus disponibilidades para gasto de capital, por lo tanto el nivel de obra pública, como decía anteriormente, era pequeño, digamos en magnitud, había pocas obras y por eso la diferencia con el golpe de ahora.
¿Encuentra alguna similitud entre la reducción de la obra pública de este Gobierno con el que hubo en la convertibilidad y el dólar atrasado, con una brecha del 50% con el dólar libre? ¿Encuentra alguna reminiscencia con aquellos años?
Creo que en aquel entonces, el problema económico, el dólar atrasado y la recesión económica, tenían bastantes más meses de duración. Fue un proceso más prolongado de tiempo. Acá estamos ante un proceso de muy corto plazo, incluso el dólar atrasado tampoco es del primer semestre sino que recién ahora de los últimos tres meses. Me parece que todavía falta bastante tiempo para poder evaluar y comparar un proceso con el otro.
Elizabeth Peger: En la reunión anual de la Cámara se habló de una pérdida significativa en la cantidad de trabajadores en la actividad, justamente por lo que usted planteaba de la caída y lo que se ha verificado claramente con los últimos relevamientos del INDEC, donde se habló de aproximadamente 130 mil empleos destruidos en la construcción. ¿Qué expectativas tienen de la posibilidad de que este cuadro se revierta? ¿Hay una preocupación por que se profundice en las próximas semanas o meses? Especialmente porque es una actividad muy dinamizadora de otras actividades, en la construcción se han perdido puestos de trabajo directos pero una infinidad también de puestos de trabajo en forma indirecta.
Por el lado de los trabajos directos e indirectos, nosotros sabemos que cada trabajo directo de la industria de la construcción significa aproximadamente un trabajo indirecto. Por lo tanto, las 130 mil personas, en realidad son un poco menos, yo diría 110 mil, pero no importa.
El puesto directo perdido, potencialmente hablando, significa la posibilidad de que haya una pérdida de otro puesto de trabajo equivalente indirecto. Este dato no lo tenemos, es un dato que en realidad corresponde a la industria, pero seguramente ha habido despidos y suspensiones en la industria por baja de actividad en todos aquellos insumos de la industria de la construcción.
EP: ¿Serían en total alrededor de 200 mil puestos de trabajo?
Lo que nosotros sí sabemos es que nosotros hemos perdido, desde el pico que fue a mediados del año pasado a ahora, es decir en un año, 110 mil, 115 mil podría decir yo, puestos de trabajo. Ese dato lo tenemos.
Potencialmente hablando, puede haber problemas con otro tanto, esa información no la tenemos, es decir, cuántas suspensiones o cuántos despidos indirectos hubo no lo sabemos, no tenemos esa información. Quiero ser claro en esto.
En realidad es que no esperamos que haya una nueva caída significativa en el empleo porque toda esta caída se debió, casi exclusivamente, a la paralización de la obra pública nacional. La obra pública nacional ya está paralizada, entonces no va a haber nuevos despidos porque no hay actividad en este momento. Por lo que no esperamos que haya un incremento sustancial en la pérdida de mano de obra en los próximos meses.
EP: ¿Hay una perspectiva de que algo comience a recuperarse, tanto en la obra pública como en la actividad privada?
Si, la expectativa está, el Gobierno Nacional está empezando a convocar para empezar a reactivar obras. También es cierto que el Gobierno Nacional está transfiriendo obras a provincias, está firmando convenios con muchas provincias, las provincias dicen que van a reiniciar esas obras. O sea, la expectativa de los próximos meses es que empiece paulatinamente a retomarse la actividad, veremos con qué velocidad, pero la expectativa es esa.
Por el lado de la actividad privada, sin duda todos los créditos hipotecarios a mediano plazo son un elemento dinamizador de la actividad inmobiliaria, y seguramente en la medida en que esos créditos hipotecarios crezcan en volumen va a significar la posibilidad de que los desarrolladores comiencen a crear elementos nuevos y eso, por supuesto, tracciona a la actividad favorablemente.
¿Cómo se sintió en Tucumán?
Nosotros ya habíamos, como el grupo de los seis, incluso apoyado los diez puntos que el presidente había planteado. El G6, le recuerdo, en su momento lo trajo a Felipe González, tratando de influir de alguna forma en los actores más importantes de la política, la economía, la sociedad argentina, etcétera, para tratar de llegar a acuerdos de Estado, de largo plazo, con los que podamos decir que en los próximos 30 años no nos desviamos de este camino.
En ese sentido, decidimos que los diez puntos, que uno podrá decir que son perfectibles, que seguramente lo son y habrá que complementarlos con otros, van en el sentido correcto. En el sentido de que claramente tenemos que, de una vez por todas, pensar en ciertas políticas de Estado y no desviarnos.
La idea del Gobierno es llamar a un consejo con empresarios, políticos, sindicalistas, etcétera, para poder desarrollar estos puntos. Ojalá termine en un compromiso firme, más allá de los 18, o 19 porque sé que también el gobernador de Santa Cruz iba a adherir, gobernadores, y se pueda transformar en un compromiso de todas las fuerzas políticas para crear, repito, políticas de Estado de las que no nos desviemos en los próximos años.
Si el gasto público se limita a 25% del Producto Bruto, como había en la época de la convertibilidad, teniendo en cuenta, por ejemplo, que en Estados Unidos es 45%, en Alemania 50%, en Francia creo que 58%, no va a haber obra pública. ¿Usted también apoya que el gasto público sea solo 25%?
Creo que hay que diferenciar claramente entre gasto e inversión. No tengo absolutamente ninguna duda que hay que bajar el gasto público del Estado, el Estado argentino es un Estado fofo, grande, totalmente ineficiente y superpoblado de gente, por lo que me parece que hay que hacerlo eficiente y disminuir el gasto.
En la medida en que se disminuya el gasto público, va a haber, debería haber, que es lo que pasa en los países centrales que usted dice, disponibilidad de inversión. En China la inversión pública es el 45% del producto, y así se ha desarrollado. Usted va a China y la infraestructura china tiene un desarrollo impresionante porque el componente público es de inversión y no de gasto ineficiente, y a eso es a lo que tenemos que apuntar.
Conozco bastante bien China, Perfil tuvo una editorial en Shanghai durante un tiempo. Ahora, no hay jubilaciones en China, entonces al 35% hay que agregarle el costo jubilatorio, que en la Argentina representa un porcentaje del Producto Bruto importante.
Sin dudas. Hablé de China, pero obviamente la infraestructura europea, japonesa o americana también es realmente robusta e importante, pero el problema de la jubilación es un problema dramático argentino, creo que del mundo, pero de Argentina también. Las dificultades argentinas para solucionar el problema en el que nos hemos metido por largos años son ciclópeas, y no van a ser de fácil solución seguramente.
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