Fuente: Clarin – Quienes impulsan nuevos proyectos edilicios tienen buenas expectativas aunque dudan sobre el impacto en el negocio de las variables económicas en un año marcado por la agenda política.
Tras un año de crecimiento en el negocio, según coinciden varios desarrolladores inmobiliarios, el 2023 les genera cierta incertidumbre respecto de cómo evolucionará el mercado durante el próximo año electoral. Por un lado, esperan una mayor inversión en la obra pública de parte del Gobierno, situación que dinamizaría al sector. Pero no escapan a la consideración de que las obras privadas están expuestas a otras variables económicas como la evolución del tipo de cambio, la inflación, el deterioro de los salarios de la población y por ende, una potencial inacción para tomar decisiones frente a la incógnita electoral.
Diego Aguirre, CEO de Construya al Costo es uno de los que opina que “la actividad va a depender fuertemente de la inversión pública y de la reactivación de las obras que el Gobierno haga. Obviamente se espera que, en un período electoral, la inversión pública crezca”, apunta.
Según el empresario, “ las perspectivas a nivel macro son bastante coincidentes entre las empresas que trabajan en la obra pública y en la obra privada. “Un 65% o 70% está esperando que en los próximos meses la actividad esté estabilizada y el resto se reparte, en porcentajes chicos, entre caídas y alzas. Por lo tanto, este tipo de indicadores hablan de una situación estable”, consideró.
Entre los desafíos de cara a 2023, el presidente de Asociación de Empresarios de la Vivienda de la República Argentina (AEV), Carlos Spina, asegura que estará cargado de incertidumbre, como todo año electoral. “Pero más en este caso donde vemos que, de algún modo, estamos en un punto bisagra, encarando cambios estructurales en Argentina”.
“Habrá gente que, como en todos estos procesos, se frenará ante la toma de decisiones y otros que, al revés, acelerarán para adelantarse al cambio”, dice. Según el dirigente, “el gran problema que vemos es el deterioro del poder adquisitivo general de la Argentina, porque somos los argentinos los que contamos con menos poder adquisitivo para hacer frente al déficit habitacional que tenemos. Sin dudas, va a ser un desafío del Gobierno entrante poder lidiar con esto y, paulatinamente y con el trabajo de las cámaras asociadas, ir mejorando la situación de todos”, opinó.
Desde CEK Group, desarrollador del mercado residencial del corredor norte de la ciudad de Buenos Aires, Alan Mohadeb, vislumbra «una demanda contenida que augura un buen futuro para el sector, con precios que tocaron su piso y que hoy representan una oportunidad para los compradores, teniendo en cuenta que la incidencia de tierra premium viene levantando su valor mes a mes, junto con un costo de construcción al alza. Estas dos variables van a hacer subir los valores paulatinamente”, señaló . Palmera Campus de Grupo Portland
Por su parte, la directora comercial de Grupo Coria Daniela Pérez de Graffe, anticipa que no será un año fácil. “Los años electorales suelen ser complicados, el consumidor queda a la expectativa de lo que va a pasar en la situación país y quedan un poco pospuestos los planes de gran envergadura, como lo es la compra de inmuebles”.
Más allá del contexto, Mariano Gubitosi, de Grupo Portland, espera un año de actividad intensa. “Sabemos que puede tener cierta inestabilidad, como consecuencia de la situación económica y el año de elecciones, pero eso no nos detiene. Nuestro proyecto de empresa es a largo plazo» dice dispuesto a lanzar cinco d e los proyectos que tiene en carpeta. “La clave para el 2023 será tener la fortaleza y la visión de futuro clara que permitan sortear las dificultades que puedan presentarse. El mercado argentino es dinámico y sorprendente”, describe.
En lo que respecta a la industria de los materiales de construcción Edgardo Gioia, de a Cámara del Ladrillo (CICER) avizora un buen año, “con la lógica incertidumbre que nos generan –al igual que para toda la economía- los índices inflacionarios, la evolución del tipo de cambio, y un año electoral”, explica.