Fuente: La Nación ~ (@criptoladrillo) Se trata de la compra de tokens indexados por el valor promedio del ladrillo que permiten acopiar a plazos mucho más largos de lo que permiten los corralones con mejor rentabilidad que el dólar.
En un escenario en el que la inflación anual supera los 50 puntos porcentuales, el poder adquisitivo no acompaña la suba de precios, casi no hay lanzamiento de créditos para la construcción y el mercado inmobiliario se ve trastornado por la Ley de Alquileres, la población argentina atraviesa una crisis de vivienda.
Para ayudar a planificar en un contexto de incertidumbre, un grupo de abogados y contadores desarrollaron una aplicación móvil llamada Criptoladrillo que permite “comprar ladrillos digitales que se acopian virtualmente y se cambian al momento en que el usuario tenga ladrillos necesarios para equipar construir, refaccionar o equipar su casa”, explica Juan Pablo Derito, CEO de la iniciativa.
Desde su visión, esta metodología persigue el propósito de “crear herramientas que equiparen oportunidades en todas las escalas sociales”. Por ejemplo, para quienes tardan mucho tiempo en reunir los recursos para este tipo de obras pueden ahorrar bajo esta metodología por el tiempo que quieran. En adición, la aplicación facilitaría acopiar a largo plazo productos que no conviene almacenar por mucho tiempo, como por ejemplo adhesivos, y además podrían mantener dicho acopio por plazos más largos de los que permiten los corralones tradicionalmente.
A través de la tecnología trazable Blockchain, Criptoladrillo ofrece comprar tokens (llamados CLAD) al valor del ladrillo tradicional de 12x18x33 cm que más tarde el usuario puede canjear por materiales en un corralón asociado. Cada token cuesta $90,68 y se indexa según un promedio de los datos publicados por el INDEC, la Cámara de la Construcción y los precios que informan proveedores adheridos a la red. Cabe destacar que no se trata de una criptomoneda con fines financieros sino de un token canjeable por un bien exclusivamente.
Los fundadores del emprendimiento son Gabriela Linares (COO), Ignacio Althabe (CTO), María Migoya (Socia), Juan Pablo Derito CEO y Leonel Paletta (CFO) y el proyecto requirió de una inversión aproximada de US$130.000. Estiman que con la compra de tres ladrillos por día, el usuario tardaría tres años en juntar materiales suficientes para comenzar a construir una vivienda promedio de 50 metros cuadrados. Mientras tanto, para los que apuntan a hacer una refacción, “pueden cambiar chapa por ladrillo de su casa en un año”, ejemplifica Derito.
Según Derito, en los últimos años la variación del precio del ladrillo resultó mayor a la del dólar, o sea que es más rentable ahorrar en ladrillos que en divisas “En 2020 el valor del ladrillo aumentó un 80% frente a una inflación del 42% y el año pasado subió un 56% versus una suba de precios del 50,9%. Como los corralones dejaron de acopiar por más de seis a ocho meses, encontramos una forma de mantener el valor de la moneda y ganarle a la inflación”, manifiesta. Además, Daniel Muñiz -Vocero del Grupo Construya- aclara que “hay que tener en cuenta que los materiales tardan un promedio de seis meses en ponerse al día con la inflación o dólar, por lo que conviene acopiar”, y opina que este es un “buen momento para acopiar y construir” porque según sus observaciones los costos de construcción todavía no se terminaron de actualizar.
Cómo ahorrar en criptoladrillos
La herramienta de ahorro es entonces el primer paso para quienes planifican hacer cambios o construir de cero su vivienda, y permite hacerlo sin ocupar espacio de sus casas con los materiales. Para registrarse, deben enviar una foto digital de su DNI y realizar una prueba de vida con videos para autentificar que se trata de la misma persona. Una vez creada la cuenta, el usuario -que debe estar bancarizado- debe transferir dinero a la aplicación con el que después compra la cantidad deseada de criptoladrillos. Por esta transacción, la empresa le cobra un 2%, mientras que el porcentaje que se le cobra al proveedor puede variar. Una vez hecha la compra, el dinero pasa automáticamente al corralón para que este se abastezca y que el día de mañana tenga disponible en materiales el dinero que recibió. Quienes ingresan dinero de más en su cuenta y no desean canjearlo por criptoladrillos, existe la opción de retirar el monto sin usar.
Los usuarios tienen un límite de compra de $200.000 por mes y de $2 millones anuales. Aquellos que deseen invertir un presupuesto mayor deberán presentar más documentación para justificar el origen del dinero, como -por ejemplo- podrían querer hacer los desarrolladores que planifican sus próximas obras. En cambio, la variable que no tiene límite es el plazo en el que se debe canjear, por lo que los clientes pueden ahorrar por uno, cinco, diez años o cuantos necesiten para cumplir con su sueño de la casa propia.
Como cualquier inversión, los usuarios necesitan asegurarse que su dinero esté respaldado. Para eso la empresa pacta un seguro de caución con una compañía de seguros, hace un análisis crediticio de los corralones asociados para garantizar la entregar de los materiales al momento del canje y auditan que los centros de distribución tengan acopiados los criptoladrillos transferidos. En caso de que no cumplan, la compañía puede romper el contrato y los proveedores se verían obligados a devolver el dinero equivalente por los criptoladrillos recibidos.
De momento, los proveedores pactados son Construya Al Costo y el Imperio del Cerámico con sucursales en La Plata, City Bell, Guernica y Cañuelas aunque sus creadores apuntan a crear una red que se extienda por todo el país. Por ahora, hay hasta 100 millones de tokens totales para canjear por pinturas, materiales para la construcción gruesa y en seco, piletas y sanitarios, cerámicos, porcelanatos, griferías, accesorios de baño, mosaicos, calcáreos y aberturas.En vistas al futuro, los emprendedores hablaron sobre la posibilidad de usar el sistema de canje para la compra de terrenos, al igual que la ampliación de las acciones de los usuarios como transferir tokens entre cuentas, regalarlos a modo de gift card y venderlos en caso de no quererlos más. En cuanto a los canjes, también apuntan a expandir el mercado y ofrecer productos más allá de la construcción, como electrodomésticos.