Fuente: La Nación – Tiempo atrás, un espacio integrado era un impedimento y una desventaja para vender una propiedad, y hoy en día es una de las características que más se valoran.
Si bien en un principio contar con cocinas abiertas al comedor y al living era una forma de aprovechar los reducidos espacios en un departamento pequeño, esta tendencia ya no busca dar soluciones a un problema. Cada vez más departamentos de lujo y con muchos metros cuadrados piden cocinas integradas al resto de la vivienda, sobre todo después de la pandemia, ya que dejaron de ser espacios donde los dueños rara vez entraban. Ahora, las personas buscan vistas más amplias y mayor interacción con la familia y las visitas mientras se prepara la comida.
En consecuencia, una cocina independiente, lo que antes se consideraba como ideal, hoy en día se siente casi anticuado. Esta nueva tendencia llegó para quedarse y se nota más que nunca en los nuevos proyectos inmobiliarios, que actualmente venden las cocinas abiertas como un valor agregado a la propiedad. O en los proyectos en pozo en los cuales quien compra pide que no cierren la cocina en la construcción de su futuro departamento.
“Si hablamos de cocinas, el público hoy las prefiere mayoritariamente integradas al living en un 54%”, menciona Reporte Inmobiliario en su último relevamiento sobre qué buscan los usuarios a la hora de comprar un departamento a estrenar.
En Núñez, un barrio que se encuentra en un proceso de cambio y crecimiento importantes, casi todos los diseños para las nuevas construcciones incluyen cocinas incorporadas. La gran mayoría de las unidades funcionales de Pentamodo, un proyecto joven que crece rápidamente, cuenta con cocinas integradas. De hecho, ésta es una de sus características principales.
Martin Pinus Real Estate and Investments, entre otros desarrolladores que incorporaron esta nueva tendencia, planea construir un nuevo edificio en una esquina tradicional de Nuñez, Cuba y Manuela Pedraza, donde todos los departamentos cuenten con cocinas abiertas. “La gente en la pandemia resignificó el tema de encontrarse en la casa. Muchos disfrutan cocinar y poder hacerlo mientras participan de una charla con aquellos que se encuentran en el living. Tiempo atrás, tener una cocina integrada hubiese sido un argumento por el cual no hubieses vendido una propiedad. Hoy en día, muchos optan por este nuevo formato como una ventaja”, asegura la desarrolladora.
Incluso hay dueños que eligen transformar sus departamentos de varios metros cuadrados en esta nueva tipología. “Hace dos años vendimos un departamento antiguo sobre Libertador y la dueña quiso refaccionarlo íntegramente. Dentro de las remodelaciones decidió ir por una cocina abierta: tiro una pared e integró la cocina al resto del living”, cuenta Martin Pinus.
Los comedores se volvieron espacios cada vez más en desuso, por lo que integrar la cocina con el living comedor se vuelve una de las alternativas más elegidas por los diseñadores y dueños. Estos nuevos espacios abiertos pueden transformar el ambiente a la vez que se gana sensación de amplitud.
Otra ventaja es que se aprovecha mucho más la luz que se distribuye por los ambientes, creando una cocina o comedor más luminosos, ya que el hecho de que el interior no esté tan compartimentado favorece la libre circulación de la luz natural.
Tener este espacio integrado vuelve a la cocina un lugar más participativo con quienes están en el entorno y será más fácil circular entre la cocina y la mesa para preparar y servir los alimentos.
En el caso de buscar un intermedio y evitar cambios estructurales, se puede crear una cocina semiabierta con separadores como puerta corrediza de vidrio, cortinas o con algún mueble con ruedas, métodos que pueden ser más o menos económicos y fáciles de correr. Las islas o penínsulas delimitan solo visualmente, opciones como una pared transparente no deja que los olores o ruidos lleguen al salón-comedor.