Fuente: EconoJournal ~ Se descuenta que cuatro constructoras podrán cumplir con los antecedentes técnicos que estableció Enarsa para participar de la licitación por el gasoducto a Vaca Muerta. Cómo funciona el esquema de adjudicación diseñado por la empresa pública por el que cada una de esas compañías podría terminar realizando al menos una parte del proyecto. Qué cambio de último momento generó sorpresa entre los privados.
La empresa estatal Enarsa —que volvió a operar formalmente con ese nombre hace dos semanas, después de que el macrismo la bautizara como IEASA— presentó este viernes los pliegos de la licitación para construir el gasoducto Néstor Kirchner, que permitirá evacuar más gas natural producido en Vaca Muerta. En rigor, la compañía oficializó nueve documentos, de los cuales al menos seis son centrales. EconoJournal repasó los textos publicados en la página web de Enarsa y consultó con fuentes gubernamentales y privadas para desgranar qué constructoras son las que están en condiciones de cumplir con los requisitos técnicos y económico-financieros y participar del concurso.
Después de que Cristina Kirchner acusara al presidente Alberto Fernández de ser condescendiente o demasiado benévolo con el grupo Techint durante el acto por los 100 años de YPF en Tecnópolis, se abrieron todo tipo de especulaciones acerca de si existen empresarios beneficiados por la letra chica de la licitación diseñada por Enarsa. La impugnación parte de un absurdo: los principales directivos de Enarsa —tanto Agustín Gerez como Gastón Leydet, gerente y subgerente general de la firma estatal— responden políticamente a la vicepresidenta, con lo cual cualquier irregularidad en el armado de la licitación del gasoducto recaería sobre ella misma y sería autoincriminatoria.
Más allá de la tangente discursiva de la vicepresidenta, este medio pudo constatar que los pliegos publicados por Enarsa mantienen la misma estructura y son muy similares —aunque se incluyeron algunos cambios importantes— que los que venía trabajando el equipo dirigido por Antonio Pronsato, que estaba al frente la unidad ejecutora del proyecto hasta que renunció sorpresivamente al cargo.
Ante la salida del ex titular del Enargas y de sus colaboradores más cercanos, quien terminó de redactar los pliegos fue Gastón Dalla Cia, un joven ingeniero con escasa experiencia en el sector gasífero que en agosto de 2020 asumió como director de Construcciones de Enarsa. En el pasado inmediato, Dalla Cia se había desempeñado en el Enohsa, el ente nacional de obras hídricas, y dejó ese cargo después de que la cámara federal porteña confirmara su procesamiento, en octubre de 2019, en una causa por una presunta «sobrecertificación» en la construcción de una planta de tratamiento de residuos cloacales.
Póquer de jugadores
Del análisis del pliego de bases de condiciones generales y especiales surge que, a priori, son cuatro las constructoras que están en condiciones de probar los antecedentes técnicos exigidos por Enarsa. Los requisitos están definidos en el artículo 16.2. Son Techint Ingeniería y Construcción; Sacde (la empresa de Marcelo Mindlin, titular de Pampa Energía, que antes pertenecía a Ángelo Calcaterra), Victor Contreras y BTU, la firma de Carlos Mundín. Son las únicas que pueden demostrar haber construido caños de 30 pulgadas o más en los últimos 15 años, tal como exige el pliego. Luego, las compañías deberán demostrar solvencia financiera para poder tomar un proyecto de esta escala, para lo cual tendrán que aprobar los índices económicos que estipula el documento.
Otras constructoras también tienen interés en participar, aunque fuentes oficiales reconocieron que su perfil técnico no es del todo robusto. En esa lista figuran, por ejemplo, Pecom, la empresa del grupo Perez Companc que hace algunos años se quedó con la constructora sueca Skanska, que cuenta con experiencia en caños de 30 pulgadas porque construyó algunas de las ampliaciones del sistema troncal de gasoductos que realizó el kirchnerismo, pero eso fue hace más de 15 años; Vertúa, la constructora del empresario Raúl Vertúa, que tuvo una pésima performance en la construcción de uno de los tramos del GNEA (gasoducto del noreste), que de hecho aún no está terminado, por lo que mantiene un conflicto judicial abierto con Enarsa. La firma realizó algún trabajo en caños de 30 pulgadas, aunque de menor tamaño, por lo que no estaría apta para participar. También son dudosos los antecedentes técnicos de Contreras Hermanos, otra constructora que tiene experiencia en la instalación de gasoductos de 30 pulgadas, pero que desarmó su equipo que trabajaba obras de gas y hoy está más enfocado en el sector minero y obras viales.
Curiosa modificación
Uno de los cambios en los pliegos que llamó la atención de los privados fue la confusa redacción con la que quedó redactado el segundo párrafo del artículo 16.2, que define los antecedentes técnicos: “Para la presentación de ofertas del renglón 1 al 4, se deberá presentar documentación que acredite la construcción de al menos (…) 75 km de gasoductos de alta presión de al menos Ø30”, cuya ejecución haya sido posterior a la fecha 01/01/2016. Solo se aceptarán antecedentes invocados, bajo las previsiones del apartado anterior, de obras finalizadas o con un nivel de avance no menor al 60%”, consta en el pliego.
Esas líneas no figuraban en la redacción original del pliego y fueron incorporadas a último momento por la conducción de Enarsa que responde a Gerez. Tres directivos sin contacto entre sí que pidieron la reserva de nombre coincidieron en que la flexibilización de los requisitos podría apuntar a hacerle lugar a algún constructor que no podía cumplir con los antecedentes técnicos. “Hay empresas que sólo tienen experiencia en caños de 24 pulgadas como por ejemplo Panedile (del empresario Hugo Dragonetti) que quedarían a tiro de participar si Enarsa flexibiliza un poco más los antecedentes mediante alguna circular en las próximas semanas”, interpretó uno de ellos.
Tramos
La empresa pública estructuró la construcción del gasoducto Néstor Kirchner en tres tramos distintos. El renglón 1 (el primer pliego) prevé la instalación de 220 Km de un caño de 36 pulgadas desde Tratayén hacia la zona centro del país. También contempla el paso subfluvial por debajo del río Colorado y la instalación de una planta de compresión en la cabecera de TGS. Es, según señalaron las fuentes consultadas, el tramo más complejo de la construcción.
El renglón 2 incluye el tendido de un gasoducto de 220 por la zona centro del país. Es un tramo que no presenta mayores dificultades técnicas. En tanto que el renglón 3 prevé el montaje de 133 Km de gasoducto en la provincia de Buenos Aires, atravesando una zona altamente inundable (por lo que se descuenta que habrá que operar con agua) y la construcción de instalaciones de medición en el punto de acceso a la planta Saturno, que conectará gasoducto Néstor Kirchner con el Neuba II. Al igual que el tramo 1, es un tramo de elevada complejidad.
Por último, el renglón 4, que está subdivido en dos partes, establece la construcción del gasoducto Mercedes-Cardales en 30 pulgadas y la ampliación mediante un loop en el mismo diámetro del gasoducto Neuba II de casi 70 kilómetros hasta la estación Ordoqui.
Esquema de selección
La licitación estaba pensado para que cada oferente sólo pueda adjudicarse un tramo, salvo que dos empresas decidan participar en UTE (unión transitoria). En ese caso, si el consorcio resulta ganador de un tramo podrían competir también el contiguo a fin de maximizar la sinergia operativa.
Eso quiere decir que si se da la lógica y las cuatro empresas que terminen compitiendo por el gasoducto principal y las obras complementarias son las ya mencionadas, es probable que cada una de ellas se adjudique al menos una parte del proyecto.
También se licitó la construcción de una planta compresora para el gasoducto Mercedes-Cardales. Pero en ese caso es factible que se sumen otros participantes dado que los antecedentes técnicos son más flexibles.