Fuente: La Nación ~ Abelardo González lleva más de 40 años afuera del país. Vive en Malmö. Ganó numerosos premios internacionales.
Abelardo González nació en Hernando (Córdoba) y estudió Arte Dramático y Arquitectura en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). La primera vez que salió del país fue en 1968 por una beca; fue a Ankara (Turquía), donde estuvo seis meses en una oficina de diseño y rediseño de edificios; regresó y se dedicó a las escenografías, hasta que otra beca lo llevó a Polonia. De ahí pasó a Suecia, donde es un arquitecto reconocido, muy premiado y realizó una extensa carrera docente en la Universidad de Lund.
González lleva 40 años viviendo en Suecia -ahora en la ciudad de Malmö- y asegura que, “posiblemente”, tanto tiempo lo “ha transformado. Por ejemplo, me he integrado a la cultura y costumbres, comida y tradiciones” tanto del país como de la región en que vive, Skania.
“Desde mi primer día que visité Malmö quedé fascinado -dice a LA NACION-. Nací en Hernando, en el medio de la regíon pampeana, una colonia de italianos del norte, piamonteses. De allí vinieron mis abuelos. Skania es tan plano y verde como esa zona”.
Recuerda que todavía estaba estudiando Arquitectura cuando, en 1968, surgió la oportunidad de una beca en Ankara con una práctica en un ministerio público. “Cuando regresé, un año después, comencé como asistente de dirección del Departamento de Teatro de la Escuela de Arte, con un profesor genial, Raúl Bulgheroni”.
González repasa con mucha alegría esos años trabajando en escenografías para el entonces teatro Rivera Indarte (hoy Libertador San Martín, el más importante de Córdoba). Subraya que participó activamente en “Teatro Establecido”, formado por los mejores alumnos del Máster en Teatro, con “actores, directores y escenógrafos invitados. Ganamos premios internacionales; un lujo”.
Otra beca, esta vez a Polonia por seis meses, lo hizo viajar en 1972: “Ya ahí pensé que tal vez no volvería a la Argentina. La situación era muy mala, políticamente todo estaba muy mal. No era muy tentador el regreso”.
En Polonia sumó otra beca en 1974, esa vez para Planificación Económica, y después fue invitado a los estudios de Doctorado, donde obtuvo el título de Doctor en Tecnología. En esos años aprovechaba los veranos para ir a trabajar a Malmö.
“Allí empecé a hacer tareas de arquitectura relacionada con el diseño de interiores, a la vez que trabajé como escenógrafo en la Ópera de Malmö”, indica. En 1978 logró un contrato de tres años con el Instituto Sueco como asistente para la propuesta de investigación New Town y, en ese período, empieza con propuestas propias de interiorismo.
Eran años “muy intensos” de reformas de los espacios de recreación, como discotecas, restaurantes y hoteles. En 1982 el cordobés logró el primer premio en el Architectural Review de Londres con su proyecto para el hotel Tunnel.
“No paré más; trabajo con un equipo en función de las actividades que tenemos; hemos logrado reconocimientos internacionales importantes”, menciona.
La docencia también fue siempre parte de su vida, a comienzos de los ‘80 fue designado “profesor principal” en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Lund, donde durante ocho años (entre 2003 y 2011). Continúa todavía disertando y participando en simposios de arquitectura; fue parte del Parlamento Cultural Europeo.
“La universidad me dio estatus y los diseños de lugares de recreación fueron muchos y reconocidos -señala-. En los ‘90 una crisis frenó esos trabajos y me volqué a viviendas, muy exclusivas. Una fue la del compositor de Roxette que me abrió muchas puertas”. Todavía, cuando es convocado, hace escenografías para la Ópera, la última fue para “La Soñadora”.
González enfatiza que la formación que recibió en Córdoba fue “un lujo; docentes brillantes; había italianos urbanistas que habían llegado escapando del fascismo, y también locales. La exigencia era muy grande. Recuerdo siempre a la universidad, fue de un nivel excepcional”.