Fuente: La Nación ~ Se dio un comportamiento inverso al de mayo; los analistas plantean dudas sobre lo que puede arrojar el índice de julio, puesto que ahí empezarán a afectar las mayores restricciones a la importación.
Inmersos en la incertidumbre económica general, en junio, dos sectores mostraron un comportamiento inverso al que habían tenido en mayo: la producción industrial, que había caído 1,1%, ahora creció 2,6%; mientras que la actividad de la construcción, que en el quinto mes del año había avanzado 0,4% esta vez cayó 1,8%.
Ambas cifras fueron informadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), que publicó hoy el Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPIM) y el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC). “En junio de 2022, el índice de la serie desestacionalizada muestra una variación positiva de 2,6% respecto al mes anterior y el índice serie tendencia-ciclo registra una variación positiva de 0,1% respecto al mes anterior”, agregó el organismo oficial.
De esta manera, la producción industrial acumuló en los primeros seis meses del año una variación positiva de 5,9%, mientras que respecto de igual mes de 2021 exhibe un avance de 6,9%.
El dato de junio del IPIM vuelve a evidenciar el comportamiento inestable que viene teniendo en todo este año, en lo que los analistas describen como un “serrucho”. En efecto, en enero cayó 8,3%; en febrero creció 7,8%, en marzo volvió a retroceder 3,6%, en abril avanzó 2,9%, en mayo cayó 1,1% y ahora, en junio, avanzó 2,6%.
Lorenzo Sigaut Gravina, economista de la consultora Equilibra, subrayó que, luego de varios meses en que la actividad estuvo por debajo de los niveles de 2021, volvió a alcanzarlos. De todos modos, señaló: » La mala noticia es que ya a fines de junio empezó el freno a los pagos de las importaciones que tendrá un impacto negativo en el bimestre de julio-agosto”.
Por su parte, Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, analizó que la actividad económica sigue con ritmo zigzagueante. “El dato es bastante bueno, pero nos coloca en los niveles de fines de diciembre. Es decir, que luego de seis meses, estamos igual y que, más allá de esta volatilidad de corto plazo, no hay una tendencia muy clara”, afirmó.
En este sentido, Tiscornia se planteó dudas para lo que puede venir en julio. “Los datos que hay de la producción automotriz no fueron malos, pero tampoco extraordinarios, y ahora hay varias plantas que anunciaron que van a producir menos por las restricciones que hay a las importaciones”, advirtió el economista.
En lo que respecta a la construcción, Gustavo Vallejo, jefe del Departamento de Estadísticas del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric), destacó que, por tercera vez en al año, la actividad disminuyó respecto al mes anterior, en este caso un 1,8% mensual luego de un alza marginal en mayo. “En esta oportunidad vemos una disociación respecto a la evolución del empleo registrado, el cual continúa creciendo de manera lenta pero sostenida, situación que podría indicar que la menor actividad es fruto ejecución de obras más pequeñas”, comentó.
Además, Vallejo subrayó que la actividad de la construcción creció, según lo publicado por el Indec, 7,2% interanual, marcando una importante desaceleración respecto del 20% interanual registrado en mayo. “De todas formas hay que tener presente el período de comparación, ya que en igual mes de 2021 había crecido un 28,4% interanual”, puntualizó.
En tanto, la economista Natalia Motyl opinó: “Observamos que ya en junio se comienza a evidenciar la paralización del sector por el shock energético y las restricciones a las importaciones de insumos básicos. Por otro lado, un mercado inmobiliario que no repunta por la falta de estabilidad macroeconómica y los salarios deprimidos, impacta negativamente sobre el sector, fundamentalmente, en los proyectos privados. Para los próximos meses se proyecta cierta recuperación, pero más del sector público, por algunos programas del sector público”.
Para los próximos meses, Motyl proyecta cierta recuperación, pero más de la mano de la obra pública. “No obstante, dependera de la evolución económica y de la capacidad de la actual gestión de estabilizar la economía en medio de probabilidades crecientes de una devaluación”, concluyó la economista.