Fuente: Rosario3 – Una profesional licenciada en Seguridad y Salud Ocupacional oriunda de Roldán fue quien motorizó la idea que ya se está implementando en Paraná pero que espera poder ser replicada en todo el país
“Obra Segura, si te sentís en riesgo entrá a la obra y el personal te dará resguardo y te ayudará a comunicarte con tu familia”, ese mensaje colocado en la puerta de una obra en construcción ubicada en el centro de la ciudad entrerriana de Paraná, es parte de una iniciativa llevada a cabo por Natalia Alfonso, una licenciada en Seguridad y Salud Ocupacional oriunda de Roldán, que pensó e implementó el proyecto que perfectamente puede ser replicado en Rosario.
Bajo la premisa de que en una obra en construcción, desde que se instala el obrador siempre hay gente adentro, la iniciativa se propone un doble objetivo: por una lado trabajar positivamente la problemática de la inseguridad en la vía pública aportando una solución al alcance de la mano, y por otro lado desmitificar el trabajo del obrero de la construcción.
“El objetivo es brindar refugio o amparo a las personas que se sientan amenazadas en la vía pública. Puede ser por casos de robos o agresiones en las cercanías al lugar”, contó Alfonso a Rosario3 y sumó: “Si alguien se siente amenazado en su seguridad personal, o perseguido, que ingrese a la obra. Allí se le va a permitir comunicarse con alguien de su entorno, o se le brindará un momento de resguardo”.
Uno de los puntos en los que se centra «Obra Segura» es la desmitificación de “la idea de que la obra es un lugar de gente agresiva, o donde te faltan el respeto”. La búsqueda, señaló Natalia, “está en devolver la dignidad al trabajador de la construcción, que durante muchos años y por algunos prejuicios, ha sido considerado como alguien que no es confiable”. Y precisó: “Queremos que la obra pueda dar una voz de alarma y que los culpables de la inseguridad se sientan observados”.
La profesional ahondó en que la idea surgió porque en la zona donde se empezó a implementar hay muchos colegios cerca y un mercado central donde va gente mayor. “En Rosario sería un golazo porque hay gran cantidad de ojos mirando y esto intenta dar vuelta esta idea del No te metas, que ha generado que cada uno desarrolle un egoísmo que después redunda en más inseguridad”.
“La cultura del miedo presente hace que los lugares de refugio o amparo cada vez sean menos. Brindar seguridad, con un gesto mínimo de una mirada atenta al otro, desde donde cada uno está, como puede, es un acto de servicio amoroso y gratuito que puede cambiar esta realidad. Quejarse solo visibiliza el contexto, pero no lo modifica, ni lo corrige. Seamos nosotros, el cambio que queremos ver, en cada momento de nuestra vida”, profundizó.
Asimismo aclaró que el proyecto no significa de ninguna manera que los obreros -quienes reciben una capacitación previa a la implementación de la iniciativa- deben salir a correr a un ladrón o enfrentarse a una persona que está ejerciendo violencia sobre otra, sino que más bien gira sobre la idea de que sean personas receptivas y puedan acompañar a alguien que acaba de sufrir un hecho de inseguridad o brindar refugio a quienes se sienten amenazados en la vía pública.
En Paraná la iniciativa se realizó de la mano de un grupo de arquitectas que tienen un proyecto llamado Mujeres a la Obra, y por lo tanto también incluyó una capacitación en torno al cuidado de las personas, y la promoción y difusión de mujeres que están capacitadas para trabajar en obras en construcción. “Se planteó el cuidado de la personas, luego el cuidado del compañero y ahí introducimos la variable de cómo se verían trabajando con colegas mujeres, para incluir el trabajo de mano de obra femenina y calificada en ese rubro”, explicó.
Primeras repercusiones
La iniciativa se aplicó en junio por primera vez en Paraná y ya despertó interés en provincias como La Rioja y San Juan, incluso en Entre Ríos la seccional de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra) ya se puso en contacto para conocer más del proyecto y hacerlo propio.