Fuente: Cronista ~ Un nuevo informe realizado por el Programa de Indicadores CPAU, mostró que en el segundo semestre las encomiendas de obras para construcción cayeron 5% en relación con el año anterior pero aumenta el tamaño.
Al comparan los datos de abril a junio de 2021 con el mismo período de 2022 la baja alcanza el 28% en m2 y el 15% en cantidad de encomiendas. Sin embargo el tamaño de las obras encomendadas fue significativamente mayor en junio de 2022 respecto de los meses de abril y mayo, explicó Néstor Magariños, director del Programa del CPAU.
En un contexto incierto, el nuevo blanqueo de capitales ligado a la actividad de la construcción genera expectativa en el sector. En principio, el nuevo proceso se normalizó más rápido que el que se abrió en 2021, lo que abre una ventana de inversión mayor con importantes beneficios impositivos.
«El problema fiscal de la Argentina es tremendo, y este blanqueo es la posibilidad de pagar menos impuestos por la plata no declarada, es tener una desgravación impositiva; por eso, es un privilegio «, destacó el arquitecto y desarrollador Damián Tabakman durante una conferencia sobre Blanqueo, construcción y real estate.
La expectativa por el ingreso de inversión en obras crece y también la incógnita respecto a por qué, pese a la caída de precios, la construcción permanece activa.
En ese sentido, un estudio de Ecopol Analytica que encargó el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo indagó sobre el comportamiento de la actividad en la coyuntura económica actual y reflejó que «la situación de muy alta inflación tanto en pesos como en dólares hace que los ladrillos se conviertan en alternativa muy elegida como reserva de valor».
El economista Félix Augusto Schmidt, marcó que «a pesar de los profundos desequilibrios macroeconómicos, tanto la actividad en general como la construcción vienen experimentando una marcada recuperación a partir de 2021, aunque los últimos datos disponibles muestran una ralentización en mayo de 2022″.
Según el análisis, la consolidación de la actividad de la construcción en el primer semestre de 2022 es «categórica». El estudio sumó los despachos de cemento acumulados que, en junio, fueron los máximos desde el año 2017. «La coyuntura económica, incluyendo los desequilibrios macro, explican en gran medida la robustez de la construcción privada», planteó Schmidt.
Además, agregó que, en el último año, la construcción lideró la generación de empleo registrado, con más de 64.000 incorporaciones.
brecha favorable
La brecha cambiaria entre el dólar oficial y el paralelo deja a la construcción en un lugar privilegiado para la dolarización de excedentes en pesos, plantea el documento elaborado para CPAU.
«Mientras que gran parte de los costos están pesificados el producto final se cotiza en dólares. Es decir, a medida que la brecha cambiaria se fue incrementando el sector enfrenta costos decrecientes en dólares«, explica el texto.
Aún considerando la fuerte caída en el valor del metro cuadrado ocurrida en CABA a partir de enero de 2020, el índice de costos de la construcción publicado por el instituto de estadísticas porteño muestra una caída mayor que el valor de venta (considerando la cotización paralela, -18% en el costo de la construcción y -17% el valor del metro cuadrado real en dólares).
Es decir que aún en el contexto de fuerte baja de precios, la caída en los costos dolarizados compensa y a pesar del descontento y la discusión abierta por la ley de alquileres, también refleja que durante los años 2021 y 2022, mejoró la rentabilidad de la renta del sector.
«Esto se debe a la caída en el precio de mercado de las propiedades (especialmente en CABA), y la reducción en la oferta de casas y departamentos para renta, lo que frente a una demanda estable incrementó el precio considerablemente», agregó Schmidt .
proyecciones
«La actual coyuntura económica está signada por un alto nivel de volatilidad, sin embargo, las proyecciones para la construcción siguen siendo promisorias», concluye el informe y, es optimista de cara al futuro.
En ese sentido refleja que «si bien existe incertidumbre sobre el rumbo económico de los próximos meses, es esperable que la brecha se reduzca (vía devaluación y/o ingreso de capitales) pero manteniendo controles cambiarios lo que sigue haciendo la construcción una alternativa de inversión atractiva para la dolarización de excedentes».
Además, dada la restricción fiscal que atraviesa el Gobierno, «se espera que los esfuerzos se concentren en la construcción privada en detrimento de la obra pública, con impulso del crédito hipotecario y Plan Procrear».