Fuente: La Nación ~ Se puede ingresar con montos mínimos muy bajos, no se paga Impuesto a las Ganancias ni Bienes Personales y es más líquido que un activo inmobiliario.
La reglamentación del blanqueo de capitales trajo algo de esperanzas para un sector que siempre está buscando alternativas para empujar a la demanda. En general, los interesados en blanquear sus ahorros suelen dividirse en dos grupos: aquellos que ya venían pensando en comprar una propiedad, pero que no podían justificarla, y quienes no deseaban adquirir un inmueble, pero están interesados en blanquear para, en el mediano plazo, disponer del dinero para otros negocios o inversiones. Este último grupo puede encontrar en los fondos cerrados de inversión inmobiliaria el vehículo ideal para entrar y salir de forma sencilla, y a bajo costo.
Invertir en el mercado inmobiliario a través de estos fondos es más simple, económico y flexible que comprar un inmueble de la forma tradicional. Los fondos cerrados de inversión inmobiliaria permiten suscribirse desde cualquier cuenta comitente con montos mínimos que suelen ser muy bajos. De esta forma, el inversor puede destinar el capital exacto que desea blanquear sin estar atado a la búsqueda de una propiedad que coincida con ese monto.Otra gran ventaja es que el fondo goza de un gran beneficio fiscal para las personas, ya que, al ser en pesos y fomentar la inversión productiva, está exento del impuesto a las Ganancias y Bienes Personales. Por último, otro beneficio es que es más líquido que un activo inmobiliario, por lo que quien invirtió solo con el objetivo de blanquear podría vender sus cuotapartes a través del mercado secundario cuando lo desee, o bien esperar a las ventanas de rescate que suelen iniciarse a los 36 meses de suscritas las cuotapartes.
El objetivo de estos fondos es abrirle la puerta a pequeños y grandes inversores a participar de la rentabilidad de proyectos inmobiliarios sin la necesidad de adquirir una unidad en un proyecto determinado. A diferencia de las inversiones tradicionales en las que el comprador es propietario directo del inmueble, en este caso el inversor es dueño de una fracción del fondo, de una cuotaparte, y no de un proyecto, sino de varios.
Los fondos cerrados de inversión inmobiliaria son el mejor balance entre seguridad y rentabilidad, dado que el destino de la inversión son bienes tangibles, pero el vehículo diseñado para llevar adelante dicha inversión es esencialmente financiero, con la flexibilidad que brinda esta estructura. Quienes ingresaron a uno de estos fondos el año pasado evitaron la volatilidad que hubo en el mercado, como por ejemplo la caída en la curva de bonos CER o de títulos públicos en dólares. Además, los fondos se encuentran aprobados por la Comisión Nacional de Valores, lo que les otorga un marco jurídico y regulatorio.
Los inversores que busquen ingresar solo con el objetivo de blanquear su capital tendrán la posibilidad de salir de dos formas distintas: vendiendo sus cuotapartes en el mercado secundario a otro inversor que quiera entrar, o por rescate directo al fondo a través de las “ventanas de liquidez” que se vayan ofreciendo. En ambos casos, las cuotapartes se venden con su correspondiente valorización producto del aumento de valor del proyecto hasta ese momento.
Los fondos cerrados de inversión inmobiliaria son un hito importante para el mercado de capitales argentino, ya que no solo cumplen con el objetivo de federalizar el mercado financiero, sino que permiten construir un vínculo entre inversores y proyectos de economía real que generan un impacto directo en la creación de empleos y en la reactivación económica del país. El blanqueo es una puerta que se abre para invitar a muchos inversores a formar parte de estos fondos, no sólo con el objetivo final de declarar su capital, sino para obtener buenas rentabilidades a través de inversiones seguras y confiables.
(*) El autor es Gerente de Banca de Inversión en DRACMA S.A