Fuente: ámbito – Dentro de la oferta del mercado hay tres modelos de edificaciones prefabricadas que se construyen en tiempo récord y están realizadas con materiales como madera, hormigón y acero, lo que permite reducir su precio.
Hasta hace unos años, se asociaba a las casas prefabricadas y premoldeadas con la idea de una construcción de baja calidad destinada a personas con pocos recursos. Pero la incorporación de nuevos materiales y la modernización en el proceso de construcción produjeron un giro de 180° y, hoy en día, este tipo de viviendas constituyen una opción de muy buena calidad, de construcción rápida, con menores costos y bajo impacto ambiental. Informate más
Lejos de los antiguos diseños de techos a dos aguas, los modelos que se ofrecen hoy en el mercado son modernos y vistosos. El tiempo de construcción es un 50% menor y el precio por metro cuadrado construido ronda entre los US$ 700 y US$ 900. Si se quiere incorporar detalles de lujo y materiales importados, el valor puede llegar a US$ 1.200.
Además, estos modelos podrían ayudar a combatir el déficit habitacional, donde 1 de cada 3 hogares argentinos no cuenta con una vivienda adecuada, es decir, 4 millones de hogares presentan problemas habitacionales. A eso se suma la lucha de no tener una casa propia: en Argentina, más de 2 millones de personas viven en viviendas alquiladas. Los datos surgen del informe “Desafíos de la planificación territorial, el acceso al hábitat y a la vivienda”, elaborado por las ONGs Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (Acij) y la organización TECHO.
Luego de la pandemia, muchas personas decidieron que querían alejarse del tumulto de las grandes ciudades y vivir en espacios más amplios y verdes. Quienes compraron un lote o heredaron un terreno se inclinaron por este tipo de solución habitacional. En Argentina, ya hay 10.000 proyectos en construcción de estas características.
Una empresa asiática tomó como base el acero de 25 metros cuadrados con comedor, dos dormitorios, cocina y baño. Esta casa está diseñada para aprovechar al máximo los recursos del lugar. Por ejemplo, se tiene en cuenta la orientación para gozar de buena luz natural y se ubican las ventanas para evitar que el sol de la media tarde aumente la temperatura interior durante los meses de verano.
En occidente este modelo de viviendas también se está extendiendo a pasos agigantados. En España, por ejemplo, desarrollaron casas más grandes que pueden alojar entre cinco y seis personas gracias a su amplitud. La casa tiene tres habitaciones, salón comedor, dos baños y cocina completa con mesa alta tipo barra y dos taburetes. Los paneles tienen en su interior espuma de poliuretano que asegura el aislamiento térmico y acústico.
En nuestro país, desde el 2022, existen opciones con altos estándares de sostenibilidad, eficiencia, confort y diseño. Desde la Cámara Argentina del Acero dicen que el sistema de construcción fue desarrollado en concreto de alta resistencia, que, mediante la industrialización tecnológica, optimiza los procesos y materiales disminuyendo los costos y logrando tiempos de ejecución 40% más bajos que la construcción tradicional.
Este estilo de viviendas se construye con paneles y losas premoldeadas. “Los paneles son tipo sándwich, es decir que tienen una capa de poliuretano en la mitad que contribuye a la eficiencia térmica y acústica”, explican desde la CAA. Según los datos brindados por la cámara, en los próximos 18 meses se planea levantar 180 viviendas de 6.300 m2 y tres edificios residenciales con áreas comerciales y recreacionales de 3.000 m2 cada uno. “En total se trata de más de 16.000 m2, hecho que representa el mayor desarrollo de construcción industrializada de concreto prearmado de los últimos 30 años”, concluyen.
Estos ejemplos de viviendas sustentables brindan una respuesta rápida y efectiva a la necesidad de un techo. La relación costo – beneficio, donde se registran valores menores a USD 1.000 el M2, presenta una opción adecuada para combatir el déficit habitacional, tanto por el lado de las viviendas sociales que otorga el Estado como respuesta a este flagelo, así como también para los privados que sueñan con la casa propia.