Fuente: La Voz ~ Es el creador de Alto Belgrano, único housing de la ciudad con características claras de respeto por el medioambiente y conciencia sustentable.
El comienzo del “romance” de Romero con la idea del housing comenzó hace casi dos décadas en coincidencia con un profundo cambio en su alimentación y estilo de vida que marcaría un antes y un después en su desarrollo personal y profesional.
“Altos de Belgrano es mi primer housing. Antes hice ocho dúplexs en Poeta Lugones pero la normativa no me permitió que entraran en esa categoría. Lo que me gusta del housing es la escala humana del barrio pequeño. Siempre me gustó porque es como la comunidad. Yo creo que esta idea de segmento cerrado hace que los vecinos se vean, se cuiden, se genera una relación cercana, una cosa interesante. La gente se compromete de otra manera. No tiene la frialdad del country ni la deshumanización de la ciudad”, explica.
Si bien es cierto que el tema de la seguridad es un punto a favor, Romero considera que tal realidad “no es para ponerse orgulloso” y focaliza en aquellas características diferenciadoras de este emprendimiento de la zona norte de la ciudad, único en su categoría.
“Tenemos todo solar. Cada dúplex tiene su agua sanitaria solar y la puede manejar desde una computadora para darle electricidad. Toda la iluminación del complejo cuenta con luminarias LED con energía solar. Tenemos una cisterna de recupero de agua de lluvia para riego con una capacidad de 30.000 litros. Otro fuerte son los espacios verdes en relación a los metros construidos. Lo mismo con los árboles. No se sacan. La arquitectura con el árbol en la casa vale oro, te da otra perspectiva”, sostiene.
El desafío de cambiar los hábitos
“Aunque presentes una opción sustentable y eficiente desde el punto de vista económico, aún falta conducta y compromiso”, manifiesta.
“El hecho de que el agua sea sanitaria solar significa que no gastas ni al ducharte, ni al usar los sanitarios, ni al cocinar pero requiere claramente un esfuerzo que es, por ejemplo, bañarse entre las 6 y las 9 pm que es cuando hay acumulada agua solar. En ese período no gastas nada. Todo está preparado para que al apretar un botón, el agua se caliente con energía; pero de esa manera estás desaprovechando todo lo acumulado por la energía del sol y ocasionando un gasto. La clave es asumir nuevos hábitos”.
“Lo innecesario pasa de moda”
Juan Romero se autodefine como un arquitecto del movimiento moderno por la época en la cual estudió y explica que lo que más le gusta de ese pensamiento es el concepto minimalista que busca llegar a la síntesis, a la máxima pureza. “Para el movimiento moderno lo que no sirve empeora”, enuncia y toma la analogía con el avión para explicarlo. “El avión, por ejemplo, no tiene nada extra, nada que no sirva. Lo lindo es llegar a la pureza en sí, por eso el avión es el ejemplo de algo bello sin detalles, solamente porque sirve completamente. Y eso, por sí solo, es bello”.
El valor de lo regional
Ferviente defensor de la regionalidad, Romero sostiene que, en línea general el hombre se ha puesto muy ecléctico y ello redunda en proyectos o desarrollos que poco tienen que ver con nuestra propia realidad. “Una casa toda vidriada es de locos. En Inglaterra está bárbaro porque no hay sol y necesitan aprovechar al máximo la luz. Acá el criollo construía un muro de 80 y la masa térmica con ventanas chiquititas porque el sol es terrible. Las temperaturas son muy bajas de noche y muy altas de día por lo cual las masas térmicas son lo mejor. Y por ello es tan interesante la parte regional; trabajar para la propia ciudad y no enamorarse de un proyecto (por más lindo que sea) de Europa o Estados Unidos porque no se adapta acá”.
“Hay muy buenos ejemplos en Colombia donde se hacen arquitecturas regionales muy bellas, o España donde ves todos los techos iguales. Con Florencia pasa igual, no hay un edificio de vidrio. Miami o Nueva York, por ejemplo, no me atraen. Sí Chicago o Boston. Punta del Este, en líneas generales, tampoco me gusta aunque sí lo que hizo Paez Vilaró, muy bello en sus colores y formas. Son cosas muy interesantes. A mí me gusta mucho Latinoamérica y Argentina. En Guatemala está Antigua, una ciudad que está al límite con México que es muy linda, muy colonial. Allí todo está en su contexto; la gente, su ropa, todo es armónico. En el caso de Europa no te dejan tocar nada del exterior, tenés que pedir permiso. Yo vivía en Bergamo y para cambiar una ventana había que pedir autorización al presidente. Interiormente, podías hacer lo que quisieras y los Italianos son excelentes interioristas. Conservan realmente el patrimonio. Lo nuestro es muy valioso pero no le damos el valor que tiene. En ese sentido, el “Togo Diaz” quiso dejar una importante impronta en Córdoba”.
Una obra que te haya impactado: La casa Luis Barragan (México)
El futuro inmediato de la arquitectura
“Creo q se va a industrializar. La casa hecha a medida, con un arquitecto, un diseño, en tu terreno, cada vez va a ser más difícil. La posibilidad de terrenos amplios que tenemos acá para construir la casa propia no existe en otros países. Además, el medioambiente necesita más espacios verdes: parques, montes, amazona. Aunque eso implique el amontonamiento de la gente en las ciudades, se lo debemos a la tierra”.