Fuente: La Nación – Las obras muestran igualmente un retroceso de 4% en la medición interanual y la industria, si bien muestra cifras positivas, genera incertidumbre para los dos últimos meses del primer trimestre
En medio del tembladeral de una economía que padece la escasez de dólares y el aumento sin freno de la inflación, dos indicadores que suelen mostrar tendencias inestables arrojaron números positivos. Se trata de la construcción y la industria, que en abril tuvieron un aumento desestacionalizado con respecto a marzo de 3,4% y 1,2, respectivamente.
Los datos surgen del Indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC) y del Índice de Producción Industrial Manufacturera (IPIM), ambos publicados mensualmente por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), que indicó además, que la construcción cayó 4% en la medición interanual y 1,6% en el acumulado del año, mientras que la industria subió 1,7% y 2,5%, respectivamente.
El economista Matías de Luca, de la consultora LCG, comentó durante abril la industria logró crecer un 1,2% mensual, moderando el 3% de crecimiento que mostró en marzo. “Es la primera vez desde diciembre de 2021 que logra hilar dos meses consecutivos de crecimiento. Es destacable que, en lo que va del año, casi todos los sectores se mantienen en terreno positivo en su nivel de actividad con respecto al año pasado”, indicó.
De todos modos, De Luca aclaró que, “naturalmente, la dinámica vista durante abril afectó en el frágil nivel de reservas del Banco Central, donde en pleno dólar soja apenas acumuló US$33 millones, con la intención de suavizar el impacto en la actividad”.
El economista Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, destacó que la industria creció en abril menos que en mayo. “Cuando se compara contra abril de 2022 se ve una moderación también, que da 1,7%, lo que es bastante poco y tiene que ver con que la industria durante gran parte de fin del año pasado anduvo bastante mal y por más que los dos últimos meses haya repuntado, sigue dando una performance pobre”, subrayó.
En esa comparación interanual, Tiscornia señaló que uno de los sectores que más cae y que es muy relevante por el peso que tiene es de alimentos y bebidas, porque ahí impactó mucho la sequía. “Esto se ve claro en la parte de molienda, que que es un segmento importante y tiene una caída fuerte (la molienda de oleaginosas, por ejemplo, cayó 24%, respecto del año pasado). Después hay una baja muy grande, de 25%, en la producción de vinos”, explicó el economista.
En lo que hace a construcción, Tiscornia dijo que los números también son buenos en la medición mensual, pero malos en la interanual. “¿Qué pasa? Un poco lo mismo que sucede con la industria, ya que, como cayó bastante durante el segundo semestre de 2022, cuando se compara contra el año pasado, aunque parezca contradictorio, se está cayendo 4%; es decir, el nivel de actividad de la construcción es 4% más bajo que el que había en abril del año pasado”, afirmó el economista.
En tanto, Santiago Casas, economista de la Fundación Libertad y Progreso, indicó que la construcción, anotó su tercer mes consecutivo de crecimiento en la serie de tendencia-ciclo. “En abril, el crecimiento desestacionalizado fue del 3,4% y se acumula un crecimiento del 9,3% en lo que va del año. Además, para mayo el Índice Construya, ya mostró resultados positivos, marcando un crecimiento desestacionalizado del 1,1%. Aquí hay que tener en cuenta que el endurecimiento del cepo cambiario va restringiendo las posibilidades de inversión y la construcción se coloca favorablemente para canalizar parte de los ahorros de las empresas y personas”, expresó.
Agostina Myronec, economista de la consultora Ecolatina, opinó que en lo referido a la industria, si bien las cifras en lo que va del año son positivas, las perspectivas para el fin del semestre son más conservadoras, considerando que ahí va a impactar la sequía y eso va a pegar no solo en lo que es la parte de alimentos y bebidas, que está muy vinculada a la cosecha, sino también a otros sectores de ese rubro que estén asociados, y en transporte o maquinaria agrícola. “Entonces, probablemente esta mejora que se vio en el primer cuatrimestre desaparezca en los últimos dos meses del segundo trimestre”, analizó.
Según De Luca, hacia delante, el nivel de reservas continuará determinando el ritmo de actividad del sector industrial y de la economía en general. “Si bien la utilización del swap con China puede liberar una porción del comercio exterior, el 80% restante se sigue transaccionando en dólares condicionando los flujos de bienes e insumos. En línea con ello, resulta palpable la pérdida relativa de impulso del sector, por lo que podemos esperar un 2023 ambivalente”, concluyó el economista.