Fuente: Clarín ~ Los edificios son responsables por el 40 por ciento de las emisiones de carbono, y para 2060 se espera que se duplique la superficie construida.
Como es notorio estamos atravesando una crisis climática asociada a un balance de carbono que tiene un componente de emisión mayor que la de captura. Esta emisión se desequilibra por quemar hidrocarburos generados por la fotosíntesis de hace millones de años. Esa energía se utiliza de diversas maneras y el principal uso es la construcción siendo, entonces, fundamental que esta se reconfigure y sea parte de la solución climática, sin ello será imposible.
Los edificios son la mayor fuente de emisiones de carbono del mundo y representan aproximadamente el 40% del total de ellas. Si se tiene en cuenta el carbono embebido en los materiales de los edificios, los sistemas y las infraestructuras asociadas, ese porcentaje es sustancialmente mayor. De esas emisiones totales, las operaciones de construcción son responsables del 28% anual, mientras que los materiales de construcción (generalmente denominados carbono incorporado) son responsables de un 11% adicional anual.
Se espera que la superficie construida global se duplique para 2060 para acompañar a la mayor ola de crecimiento urbano en la historia de la humanidad, cantidad semejante a la actualmente construida, de unos 230 mil millones de m2, unos 23 millones de has, de área de viviendas nuevas sumadas al parque de edificios global, es el equivalente a agregar una ciudad de Nueva York completa al mundo, cada mes. durante 40 años. Lograr cero emisiones de las nuevas construcciones requerirá edificios energéticamente eficientes que no utilicen combustibles fósiles en el sitio y que estén 100% alimentados por energía renovable en el sitio y / o fuera del sitio. Solo se logrará con diseños y materiales apropiados.
A Latinoamérica le corresponden cerca de 10.000 millones de m2 en los próximos 10 años y prácticamente en la región no hay reglamentaciones térmicas que tengan en cuenta la energía operativa y menos aún la energía embebida en los materiales. Este mal diagnostico apura las acciones de instituciones como el Instituto latinoamericano Passivhaus para visibilizar con respuestas concretas y verificables que en su Capítulo Argentina ya cuenta con más de 25 profesionales.
Aparecen como fundamentales los materiales biológicos producto del gerenciamiento de la fotosíntesis actual como elementos de captura por largos plazos del carbono en diversos productos como madera, lana, cáñamo, rastrojos de cereales, lino y otros que presentan características físicas que los hacen ideales para estos propósitos.
Los Materiales Biobasados que se utilizan fundamentalmente para aislación tienen una conductividad competitiva comparada a los derivados de Hidrocarburos, pero una capacidad térmica específica, (cantidad de energía necesaria para subir un grado la temperatura de un kg de material) muy superior lo cual los hace mejores aislantes sobre todo en temperaturas radiantes elevadas.
Otras características de los Biobasados es que pueden tener hasta un 30% de humedad prácticamente sin modificar su capacidad de aislación mientras que una lana de vidrio con un 1% de humedad reduce un 30% su capacidad de aislación, además que los aislantes Biobasado son estancos y eso es muy importante a la hora de aislar, es como una buena campera corta viento que sin estos materiales aislantes no abrigaría ya que el viento que pasa se lleva consigo la energía.
En Argentina hace tiempo se está trabajando en la formación de equipos que puedan diseñar sobre tecnologías como la citada Passivhaus y en la elaboración y aprovechamientos de materiales aptos para esta visión. Por ejemplo, se esta instalando en Tandil una empresa para construir tableros a partir de rastrojos de trigo o hay emprendimientos que fomentan el uso de madera en la construcción. Hay que mencionar que a nivel mundial ya hay edificios de varios pisos hechos en madera y que este material resulta menos ignifugo y no colapsa con grandes temperaturas como el acero.
Dijo Edward Mazria después de la COP 26: “El sector de la construcción está en la cúspide de ayudar a cambiar el curso del planeta. A pesar de las noticias aparentemente sombrías procedentes de Glasgow, se ha producido todo un cambio de mentalidad y, cuando eso ocurre, sabes que se avecinan grandes cambios.” La construcción con diseño y bioeconomía es el único sector de gran impacto ambiental que puede pasar en el balance de carbono, de ser emisor para capturarlo, lograrlo requiere comprensión y legislación acorde. Nuestros países dotados de alta capacidad de generar biomasa per cápita tiene aquí otra gran oportunidad.