Fuente: iProfesional ~ Son barrios privados que se construyen en la zona de las barrancas con forestación y vistas al río. Con hasta 20 lotes, que se venden desde u$s1.000 el m2.
Si bien la construcción de edificios y condominios avanza en el norte del Gran Buenos Aires, la revalorización de los espacios verdes cobra fuerza. En especial, desde la pandemia, cuando la demanda de lotes y casas en barrios privados se multiplicó.
Pero, a partir del mejoramiento de la situación sanitaria, parte de las familias que habían optado por «huir» hacia los suburbios, retornan a las ciudades. Acortar las distancias laborales y con sus vínculos sociales, así como facilitar el acceso a los servicios, están entre los principales motivos.
Con miras a responder a la demanda que prioriza el contacto con la naturaleza y una mejor calidad de vida, pero que a su vez disfruta los beneficios de residir dentro de ámbitos urbanos, surgen proyectos inmobiliarios con nuevos formatos.
En Martínez, comenzó a reflejarse este fenómeno con el desarrollo de mini barrios privados. En esa localidad de San Isidro hay tres que presentan diferente grado de avance.
Se construyen sobre predios cuya superficie promedio está entre 12.000 m2 y 15.000 m2, en los que existían antiguas casonas o estancias en desuso. En algunos casos, hay un plus: estos terrenos están sobre la barranca, con vistas abiertas al río y vegetación añosa, aunque están a metros de las principales arterias de la localidad.
«El barrio privado es elegido por aquellos que necesitan algo más en materia de seguridad. Y también es bienvenido este producto desde lo urbanístico ya que, en general, se reconvierten predios que estuvieron abandonados por varios años y que en algún caso puede ser que hasta hayan sido intrusados», afirma Laura Porto, directora de la inmobiliaria Narváez, comercializadora de estos proyectos que son desarrollados por la empresa homónima.
En Martínez hay tres mini barrios cerrados que presentan diferente grado de avance
«Se los transforma en barrios poco densos y con viviendas de calidad, que definitivamente agregan valor a la zona», agrega. En el caso puntual de estas propuestas, se construyen sobre predios que tienen 100 a 150 metros de frente, en los que existían antiguas casonas deshabitadas.
Además, poseen una excepcional particularidad: cuentan con vistas al río, una característica difícil de hallar en la oferta inmobiliaria del lugar.
«No existen en la zona, barrios privados con estas características y en esta localización, aunque hay algunos en proceso. Se trata de un producto diferente. La post pandemia le agregó valor al verde y hay un consumidor que optó por la casa, dejando de lado el departamento. La respuesta es muy buena.», señala Porto.
Los predios se subdividen hasta en 20 lotes, de 600 a 1.900 m2 de superficie, cuyo precio del metro cuadrado promedia los u$s1.000. Las obras que los desarrolladores llevan a cabo incluyen calles internas pavimentadas, muros perimetrales, red de servicios subterráneos (agua, luz, gas, cloacas e internet), garita de acceso y guardia 24 horas, seguridad digital, parquización y paisajismo.
Cada proyecto,a cargo del Estudio Donaldson, con desarrollo de Narváez, implica una inversión promedio de u$s1,5 a u$s2 millones (con terreno), sin incluir el monto que cada comprador asigne a la construcción de su casa.
Tres mini barrios privados en construcción
A dos cuadras de la avenida Del Libertador y a metros de la línea costera, sobre una exclusiva parcela de 13.650 m2 en las barrancas de la calle Alvear, partido de San isidro, en septiembre comenzarán a entregarse lotes del nuevo barrio privado Martínez Chico.
Estos mini barrios privados ofrecen impactantes vistas al Río de la Plata
Este desarrollo tiene acceso a través de la calle Vicente López y comprende solo 10 terrenos: siete parcelas de 610 m2 a 760 m2, y tres más amplias, de 1.670 m2 a 1.900 m2, que están sobre la barranca y cuentan con «impactantes vistas plenas al Río de la Plata», destacan sus promotores.
Si bien la propiedad original poseía una casona, fue demolida. El masterplan prevé escasas unidades funcionales, además de «generosos retiros constructivos y respeto por las características topográficas de la barranca, lo cual permitirá un mayor uso de espacio verde, baja ocupación del suelo y menor densidad poblacional», añaden.
Ya se vendieron el 60% de las unidades. Quedan cuatro lotes, de 646 m2 a 762 m2. Los precios arrancan en u$s1.200/m2(pago contado porque está próximo a concluirse).
En el caso de Finca Pueyrredón, desarrollo que prometen entregar en el primer semestre del próximo año, también el terreno adquirido tenía una edificación que fue derruida para llevar a cabo el nuevo proyecto: un barrio privado sobre un predio de 13.357 m2, en el Bajo Martínez.
El complejo estará integrado por 15 lotes, cuyas medidas varían entre 556 m2 y 1.262 m2. De ellos, los cuatro más grandes se ubican sobre el final de la calle interna que conectará con el acceso principal, pero como son los más codiciados -dado que contienen la barranca con vista franca al río-, ya están reservados.
Se reservaron el 40% de los terrenos y hay nueve pendientes (de 553 m2 a 936 m2). El precio promedio del metro cuadrado es de u$s1.000; se puede pagar un anticipo (35% al 40% del valor) y el saldo en cuotas durante la obra.
Los mini barrios privados tienen hasta 20 lotes
Mini barrio privado con entrega inmediata
Finca Sarmiento es otro de los barrios construidos en esa localidad del partido de San Isidro. Se implanta en un predio de 2,7 hectáreas sobre la barranca, entre las calles Juan Díaz de Solís, Sarmiento, Dr. Eduardo Madero y Vicente Fidel López.
El conjunto residencial comprende 17 lotes que oscilan entre los 600 y 1.000 m2 de superficie, destinados a construir viviendas unifamiliares.
De ellos, el 80% ya fueron vendidos y comenzaron a entregarse en junio; quedan por colocar solo cuatro, de 600 m2 a 983 m2. Se venden a u$s1.000/m2, a pagar al contado.
«El masterplan fue diseñado para optimizar el contacto con la naturaleza y la cercanía al río. Incorpora el espacio verde y la forestación a la experiencia cotidiana, garantizando una disposición de terrenos dentro de un barrio privado en un entorno verde propio y en una ubicación privilegiada», describen.
A diferencia de los otros, en este proyecto se conserva e integra la casa principal de la estancia -que data de 1896- ubicada al borde del declive de la barranca.
Además, la edificación que funcionaba como casa de huéspedes y la antigua caballeriza «son reacondicionadas incorporando un gran porte de valor cultural». Dentro del predio también se conservan esculturas, luminarias, ornatos de gran formato y otros elementos con alto valor patrimonial.
En tanto, según aclaran, el proyecto permite la conservación de la mayoría de los árboles añosos, «con un nuevo tratamiento de parquización y de disposición de gran parte de los espacios verdes, siempre respetando las virtudes paisajísticas originales realizadas por Carlos Thays».
Para concluir, Porto sostiene que, si bien existen «intenciones de hacer» de estos mini barrios privados una tendencia de desarrollo, hay «muy pocos» terrenos disponibles. Pero, aclara que, a pesar de este fenómeno, «de ninguna manera» se densificará la zona.