Fuente: iProfesional ~ El incremento del «blue» cambia, también, la perspectiva en el ámbito de los emprendimientos en pleno desarrollo. El impacto, según expertos del sector
La escalada que viene exhibiendo el tipo de cambio paralelo, con picos de 200 pesos el dólar durante la última semana, sacudió por completo la actividad inmobiliaria.
Para quienes se dedican de forma exclusiva a la compraventa, el salto del «blue» redundó en una paralización de las operaciones, y el vaivén también puso en entredicho los precios de los inmuebles en general.
Pero el movimiento de la divisa estadounidense viene siendo bien recibido por los desarrolladores que promueven proyectos en «boca de pozo», quienes remarcan la ventaja de invertir en ladrillos en iniciativas que se siguen saldando en cuotas en pesos.
En el ámbito del «real estate», sendos expertos consultados por iProfesional remarcaron que las oportunidades se acentuaron con la suba del paralelo. En ese sentido, Ariel Rodríguez, CEO de Value Bet Inmuebles, explicó que los proyectos en «boca de pozo» emergen con intensidad a partir de los costos de construcción vigentes. Con epicentro tanto en Capital Federal como en el conurbano bonaerense.
Respecto de la incidencia de lo ocurrido en estos días con el «blue», el experto sostuvo que, en el caso de los desarrollos inmobiliarios, el incremento del tipo de cambio «impacta directamente en el costo de unos pocos materiales».
«En consecuencia, el aumento genera una mínima suba del precio de venta o bien una menor utilidad para el desarrollador que decida absorberlos», agregó. Para el inversor billete en mano la diferencia positiva es inmediata: cambia a moneda nacional, ingresa a los proyectos con pesos, y el ladrillo automáticamente se dolariza.
Desde Global Investments su CEO, Hernán Nucifora, comentó que «un dólar a 200 pesos, no retrasado, lo que hace es volver más competitivo al ‘boca de pozo’. Tuvimos varios momentos donde hubo saltos en el tipo de cambio y se vio muy favorecido el comprador». El ingresos en pesos y la dolarización posterior del ladrillo mantiene el interés por estos proyectos.
Por su parte, Diego Migliorisi, socio gerente de la comercializadora homónima, dijo a iProfesional que el impacto del «blue» es menor al de otros momentos.
«La proyección en los valores, en este contexto, no se verá afectada de forma sustancial. Venimos de un proceso donde la propiedad viene bajando por causas externas al dólar. Y los propietarios no tienen la necesidad de desprenderse de sus inmuebles a precios que traspasen una contraoferta razonable del 10 o 15 por ciento», afirmó.
Para luego añadir: «En los proyectos en ‘boca de pozo’ es distinto porque en muchos casos son en pesos al costo o ajustados por CAC –el índice de la Cámara de la Construcción– y responden a otras variables. En esas tipologías observamos valores muy atractivos para invertir y mejores condiciones de precios si el interesado abona de contado».
¿Entrar o no entrar?
Una pregunta clave acercada a desarrolladores y comercializadoras refiere a si este es un momento oportuno para ingresar en un emprendimiento que se inicia.
Migliorisi aportó una primera apreciación: «Un tema es el valor de inversión y otro es la expectativa final. Hoy es un momento de oportunidad para invertir en inmuebles en construcción porque durante el desarrollo esos importes cambiarán a medida que avance el incremento de los ‘commodities’, los salarios y otras variables. Es decir, ahora se puede conseguir un mejor precio que ya con la obra avanzada».
Marta Oriozabala, CEO de Real Capital, señaló que, a diferencia de otros momentos, los desarrolladores hoy sí están dispuestos a negociar los precios. Y entre estos actores prevalece la voluntad de venta a partir de la dirección que empieza a tomar la economía nacional. Aunque la inflación eleva los costos en pesos, la disparada del «blue» aumenta la ventaja de quien posee dólares.
«Los desarrolladores necesitan los fondos para continuar con la actividad comercial, seguir construyendo, cumplir con las responsabilidades, en definitiva, mantener en movimiento la rueda del negocio. Esto los hace más flexibles a las ofertas», expresó.
Desde Soldati su gerente, Alejandro Schuff habló de «ventanas de oportunidades» a partir de un contexto de mercado difícil para los comercializadores.
«Se pueden negociar condiciones que no serían viables en un contexto menos adverso de mercado. Creo que hay una ventana de oportunidad para comprar activos muy buenos a valores muy atractivos, pero en cuanto la coyuntura cambie esa ventaja va a desaparecer rápidamente», advirtió.