Fuente: Clarín ~ Deben implementarse medidas para que la clase media pueda acceder al crédito hipotecario y así traccionar el mercado del real estate.
Quienes trabajamos en el rubro inmobiliario, desde siempre destacamos la importancia de contar con un crédito hipotecario como herramienta creíble, sostenible y alcanzable para la clase media.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que se trata de un crédito hipotecario que, por estos días, se menciona a menos de un año de un cambio de gobierno o de continuar con un gobierno que no ha dado los resultados esperados, por lo menos para el sector inmobiliario.
Recibimos esta posibilidad con entusiasmo pero con prudencia. Nos encontramos en un contexto en el que el mercado inmobiliario de los alquileres empezó a dolarizarse cada vez más; sin un tratamiento debido sobre la Ley de Alquileres; y con una amplia cantidad de propiedades a la venta que no encuentran el piso de su valor.
Es necesaria la existencia de un crédito hipotecario para poder sostener la cantidad de propiedades y poder soportar también la caída del valor de las mismas. Hoy vemos que las propiedades siguen bajando de precio, cosa que señalamos desde principios de noviembre.
El mercado inmobiliario sufrió el parate de muestras, de toma de reservas y de cierre de operaciones a partir de noviembre, con una caída significativa de la cantidad de escrituras mensuales. Producto esto de eventos hilvanados desde entonces: Mundial de Fútbol, Fiestas y vacaciones de verano.
Creemos que el mercado inmobiliario puede encontrarse en el mes de marzo con un instrumento de crédito hipotecario. La pregunta que surge entonces es, ¿a qué precio?
Hoy hay más de 90 mil familias damnificadas por los créditos UVA, algunas por no poder seguir pagando y muchas otras que tuvieron que vender para ver qué parte recuperaban de ese crédito. Asimismo, cuando se menciona la alternativa de ajustarlo al valor del salario nos preguntamos cuál es el índice para los próximos años de los sueldos.
Algunos gremios han conseguido en paritarias porcentajes de aumento mayores a otros, entonces, ¿cuál sería el parámetro? ¿Será sobre el aumento real que percibe cada tomador o va a ser sobre un índice similar a lo que hoy se emplea en relación a la ley de alquileres? La cantidad de escrituras ha disminuido considerablemente.
Es importante obtener enseñanzas de lo vivido. Y, en este sentido, en 2016, 2017 y primer trimestre de 2018 el lanzamiento de un crédito hipotecario se vio reflejado en gran parte de la industria del real estate. Sería muy importante poder contar nuevamente con ese estímulo de dinero, pero sin dejar de considerar al público al que se dirige esta herramienta.
En aquellos años sucedió que la ley de oferta y demanda se sumó a una bestial devaluación, y mucha gente no pudo alcanzar el crédito. Sería ideal que prevalezcan valores reales para el metro cuadrado.
El crédito hipotecario tracciona a toda la industria del real estate. Esto generaría que muchos desarrolladores se animen a seguir construyendo y que otros vuelvan a construir.
Actualmente hay una gran cantidad de oferta tanto en la Ciudad como en la provincia de Buenos Aires que invita a invertir y obtener muy buenas rentabilidades. Contar con un instrumento privado para poder hacer ese tipo de tracción sería fantástico.
Pero para que no se convierta en un intento fallido es necesario solucionar los problemas de matrices que tiene la Argentina, fundamentalmente la inflación. El crédito hipotecario debería ser una de las metas de este Gobierno y de todos los gobiernos a futuro, ya que esto potenciaría la construcción, activaría puestos de trabajo, generaría más actividad en los corredores, etc.
La proyección de la inflación para el 2022 en el presupuesto anual era, para el Gobierno, del 33%. Sin embargo, finalizamos el año con una inflación acumulada del 94%. Entonces, contar con un Gobierno que cumpla las metas inflacionarias, y con intenciones claras de poder controlarla, generaría una mayor tracción en el real estate. Ni aún con 800 mil pesos de ingreso mensual una pareja accede a un departamento financiado.
Se debe solucionar el problema habitacional que hay en la República Argentina, principalmente, para la clase media. Hoy, una pareja que en total percibe unos 800 mil pesos mensuales no tiene la posibilidad de comprar un departamento financiado porque, básicamente, no califican. Y si califican, no le otorgan el dinero suficiente para poder comprar una unidad.
Aprovechar ese nicho de clase media sería importante para que empiece a despegar, después de más de cinco años de estancamiento, el rubro inmobiliario. Desde abril de 2018 el mercado inmobiliario ha bajado la cantidad de operaciones mensuales, debido a la falta de crédito hipotecario sostenible, alcanzable y duradero para la clase media.
Ojalá no se trate del famoso “manotazo de ahogado” del Gobierno de turno para intentar ganar las elecciones. Todos los partidos deben dar forma a una política de crédito hipotecario, como herramienta que pueda ser sostenida, sin grandes sobresaltos y que no afecte a la economía de la clase media.
Y cumplir así el anhelo de capitalizar su esfuerzo para alcanzar el sueño del máximo aspiracional de un ser humano, la casa propia.