Fuente: Iprofesional – El histórico barrio se transforma sin parar desde hace al menos 15 años. Los precios del m2 de las propiedades son unas de las más caras de la Ciudad
De las típicas casas chorizo o PH de una sola planta que fueron identitarias del antiguo Palermo Viejo, hoy Palermo Soho, ya queda bastante poco. Durante los últimos 10 años, esas propiedades fueron adquiridas por desarrolladoras urbanas y constructoras que las demolieron para levantar, en esos terrenos, edificios con viviendas destinadas a un público nuevo: la gente jóven.
Se trata de un perfil que no es el clásico consumidor argentino que busca «techo, raíces y dónde vivir sino aquél que quiere encontrar una respuesta rápida al producto que necesita», explica Daniela Del Yerro, directora de la División Residencial de Baigun Operaciones Inmobiliarias.
Ese cambio de fisonomía por una más moderna imprimió la identidad de lo que hoy se conoce como Palermo Soho, comprendido en el cuadrado formado por Avenida Santa Fe, Avenida Córdoba, Godoy Cruz y Scalabrini Ortiz. El movimiento inmobiliario de la zona está más volcado al alquiler de locales -dónde hay muy poca vacancia-, y a la búsqueda de terrenos nuevos para desarrollos inmobiliarios destinados a la primera vivienda del público jóven y al turismo.
El broker inmobiliario Alan Schachter propone hablar de una doble reconfiguración; dos momentos a lo largo de un período que lleva casi 20 años en un barrio, que, según cree, está todavía en transformación. Y en esos movimientos, dice el especialista, «la zona cambia y expulsa a los residentes tradicionales, tal como sucedió en la época en la que era un barrio humilde de trabajadores que, hasta el año 2000 aproximadamente, vivían en los anexos al ferrocarril».
Ellos vivenciaron el primer cambio: un fenómeno que ya tenía su versión internacional – el Soho de Nueva York– «y que consistió, básicamente, en que una nueva zona comenzaba a destacarse porque se presentaba relativamente económica y en la que se empezaron a instalar artistas, personalidades y marcas de moda, convirtiéndolo en un barrio cool».
La siguiente reconfiguración forma parte de una «segunda oleada en la que comienzan a abrirse locales de marcas de lujo, a expandirse la oferta gastronómica y en la que comienzan a proyectarse emprendimientos inmobiliarios que no venden tanto una propiedad sino más que nada, un estilo de vida«, explica.
Además de las marcas de lujo, hoy en Palermo Soho se encuentra una interesante oferta gastronómica
Schachter identifica ese momento como «el mejor que tuvo el barrio pero a la vez, como una bisagra en la que los vecinos sienten que alguien los está echando porque ven que su zona de residencia lentamente se reconvierte para el turismo y que se construye para un poder adquisitivo más alto. Sin embargo, lo que sucede en el barrio porteño es un fenómeno bastante normal de las grandes ciudades y los cambios que se introducen, generalmente, mejoran la zona», explica.
Residencias con locales comerciales en Palermo Soho
Los edificios nuevos que se construyen en Palermo Soho está volcados a «tener plantas bajas con locales comerciales porque lo que se busca es que las personas disfruten no sólo de una residencia confortable al interior de las unidades sino que también puedan aprovechar la oferta de cafés, cervecerías y restaurantes; es como una invitación a quedarse en el barrio», asegura Daniela Del Yerro.
Y es por esto que, mientras que los accesos clásicos de los edificios con entrada de garage, configuraban cuadras «de paso» por el poco atractivo comercial, la nueva disposición, con entradas en doble altura, modernas, vidriadas y espacios para negocios, invita a quedarse y a habitar el barrio de otra manera.
«Lo que sucede con Palermo Soho y el público al que apuntan los proyectos -cuya compra está destinada en un 100% a la inversión– es que quiénes eligen el barrio son, por lo general, parejas y personas jóvenes que ya no se trasladan al centro para trabajar y que buscan concentrar la residencia, las compras y la diversión en una misma zona», agrega Del Yerro.
Un negocio que cierra perfecto porque «al proyectar edificios con amenities y plantas bajas comerciales se está pensando de antemano en ellos, en inquilinos temporales que pueden llegar a través de AIRBNB o en consultorios de profesionales, pero ya no en las familias tradicionales».
Los valores de los departamentos nuevos rondan los u$s2.500 el metro cuadrado por lo que también «el tema de los precios es fundamental ya que hoy casi ninguna familia tipo dispone de ese dinero para comprar lo que será su vivienda permanente».
En Palermo Soho, los valores de los departamentos nuevos rondan losu$s2.500 el metro cuadrado
Palermo Soho, como Nueva York: éxodo de familias
Las familias para las que Palermo Soho ya no es una opción, «comienzan a correrse de a poco a periféricos de zona norte como Nuñez o Saavedra, -incluso a Vicente López quiénes se animan a cruzar la General Paz- y hay también un público, cuyo poder adquisitivo es algo menor, que se va a mover a Chacarita y Colegiales», cuenta Del Yerro.
Para Schatcher, el barrio va a seguir creciendo y augura un fenómeno «similar al de Nueva York, cuando el Soho comenzó a quedar chico y la gente empezó a mudarse a Williamsburg, que era barato pero que el Soho lo terminó chupando. Si lo trasladamos a Capital Federal, creo que puede suceder lo mismo con Chacarita que hoy es relativamente accesible –u$s2.000 el metro cuadrado-, pero que en el día de mañana, traccionada por la alta demanda de los que no llegan a Palermo Soho, se vuelva más exclusiva».
La zona del centro comercial Alto Palermo puede ser también una buena opción para las familias que buscan otro tipo de comodidades porque «ahí está la universidad de Palermo y es una zona mucho más consolidada desde hace tiempo atrás que tiene plazas, colegios públicos y que muy atractiva para los estudiantes del interior que lo ven como un lugar seguro y con muchas vías de transporte», cuenta la representante de Baigún. En la zona lo que se construye son unidades de dimensiones bien familiares, mucho más grandes que en Soho, de 3 ambientes más, y el valor es de u$s2.500 el metro cuadrado como mínimo».
En Capital Federal, los barrios más caros por metro cuadrado son Recoleta, Belgrano, Barrio Norte y Palermo pero «este último sigue siendo más caro y e de mayor número de transacciones -dependiendo del producto y de la zona- porque es el mas grande de la ciudad y es dónde mayor cantidad de emprendimientos nuevos hay», dice el asesor inmobiliario.
Y si bien al igual que en el resto de la ciudad hay un mercado que se planchó y que está bajando «el barrio mantiene su precio por lo que significa», agrega.
Palermo no está exento a la dinámica, «pero va a defender su precio y va a bajar menos que el resto porque crece para mejor: era un barrio que no tenía más que talleres mecánicos pero que a la vez era estructuralmente lindo; por eso pudo reconvertirse para bien y hoy tiene oferta de edificios modernos, con excelentes amenities, terrazas con vistas exclusivas y muchísimos atractivos de otro tipo», finaliza Daniela del Yerro.