Fuente: Clarín ~ El anunciado intercambio de información bancaria con EE.UU. desalienta operaciones, según los empresarios.
La iniciativa de implementar un “blanqueo” de capitales para quienes tengan plata no declarada y puedan volcarla a la Construcción generó, en un principio, importantes expectativas en el sector. Sin embargo, ya en la segunda etapa de esta iniciativa que apunta a atraer más dólares para la economia y reactivar el sector, apenas se sinceraron US$300 millones hasta la semana pasada, según detalló Gustavo Weiss, presidente de la Cámara de la Construcción.
Las mayores expectativas estaban centradas en la primera etapa del blanqueo que finalizó el 19 de noviembre, cuando el costo para ingresar era el más bajo: del 5%. Desde entonces, empezaron a correr los siguientes 90 días de la segunda etapa con un costo del 10%.
El monto blanqueado hasta ahora fue destinado a obras nuevas, mientras se espera que en 2023, también la medida se haga extensiva a la compra de inmuebles usados, según la iniciativa tomada por las inmobiliarias que fue incluida en el Presupuesto del año próximo.
Desde la perspectiva de Damian Tabakman, presidente de la Cámara de Desarrolladores Urbanos (CEDU), el blanqueo “va más lento de lo que quisiéramos. La gente está entrando, pero ahora juega un poco en contra que la alícuota es más alta”, dice.
“Hay además un tema técnico adicional: cuando se aprobó el blanqueo para la construcción, salió con una limitación que ahora, con el intercambio de información bancaria con EE.UU. también juega en contra y habría que corregir.
La limitación es que el blanqueo para la Construcción aplica sólo para los que tengan dólares no declarados a esa fecha y no para los que tengan esos fondos invertidos. «Hasta ahora, la solución para éstos últimos, en la medida que quisieran entrar al blanqueo para la construcción, era vender esos activos y blanquear directamente los dólares billetes», cuenta Tabakman.
«Pero ahora, si esas inversiones financieras estuvieran en cuentas en EEUU, con el intercambio de información, ya no podrían hacerlo porque los movimientos de esas cuentas quedarían expuestos y sería evidente el incumplimiento”, explicó el directivo.
Por eso, según Tabakman, la corrección que habría que hacer es ampliar el blanqueo de la construcción a los que tengan los dólares invertidos en otros activos también”, sugirió. “De lo contrario, los estén en esa situación con cuentas en EE.UU, no podrían ingresar al blanqueo para la construcción y deberían esperar un nuevo blanqueo amplio, que aún está en veremos”, describió.
También para el desarrollador Santiago Levrio, el blanqueo hasta ahora tuvo “bajo impacto”. “En general un grave problema es que los blanqueos perdieron legitimidad ya que no garantizan persecución futura”, advierte. “Eso sin dudas es un gran problema”, opina.
Al mismo tiempo, apunta el empresario, «el sector inversor que es más audaz para aplicar a un blanqueo ya está suficientemente invertido en mercado inmobiliario, es decir, el perfil de inversor que suele blanquear ya tiene muchos departamentos para vender ya que esta muy desmotivado para alquilar. Es por eso que el mercado más profundo es el consumidor que es el menos propenso a blanquear», dice.
Según su visión, las expectativas del sector actualmente no están tan centradas en el avance del blanqueo sino en las novedades que se produzcan respecto a la ley de alquileres y de la capacidad de los salarios para acceder a los inmuebles, por ejemplo.
En relación con el nuevo blanqueo, «si bien hubo consultas en 2022, no hemos realizado operaciones que se cerraran bajo esta modalidad aún, por lo tanto somos cautelosos con respecto a este tema», señala Gastón Mazzei, gerente general de la inmobiliaria homónima. Para el empresario aún es prematuro determinar el impacto del blanqueo y estimó que, «a medida que la gente se interiorice más y haya más información, seguramente habrá más operaciones bajo esta modalidad entre el próximo año y el 2024», estimó.