Fuente: La Nación ~ Importadores y fabricantes locales de tecnología, corralones y productores de alimentos ya sienten el impacto de las nuevas medidas.
Las últimas medidas para frenar el acceso a los dólares para el pago de importaciones podrían profundizar el faltante de productos en casi todos los sectores de la economía, anticiparon a LA NACION en diversas empresas que compran bienes en el exterior y ya empezaron a hacer las cuentas para ver de qué manera podían sortear las nuevas disposiciones restrictivas del Gobierno.
Las principales señales de alarma están relacionadas con la llegada de autos, autopartes, neumáticos, teléfonos celulares (como el iPhone), electrodomésticos, grifería, sanitarios, pisos, revestimientos de líneas más caras, calzado e indumentaria, entre otras cosas.
Diego Kravetz es uno de los socios de MacStation, el principal distribuidor de los productos Apple en la Argentina y, según contó, ya recibió el primer impacto de las medidas hoy, cuando no pudo terminar de pagar un envío de productos que le hicieron. Para él, lo dispuesto, sin embargo, no fue una novedad, sino que, ya en marzo, a raíz de la Comunicación “A” 7466, tuvo que salir a buscar más financiación para un 40% de los productos que comercializa, y ahora tiene que conseguir lo mismo para el restante 60% de su cartera.
“Me tengo que subir a un avión para ir a hablar con los distribuidores y que me den más financiamiento. Lo que me sostiene es que soy el principal distribuidor en el país, estamos inaugurando próximamente un nuevo local en Nordelta y nos estamos ocupando de que esté con mercadería para su apertura”, afirmó en diálogo con LA NACION.
Después de que ayer el Banco Central extendiera a más empresas y productos importados las restricciones en el acceso a dólares, distintos sectores seguían analizando cómo les impacta la medida, mientras que otros actores ya están en conversaciones con sus proveedores del exterior para ver si pueden conseguir más plazo en los financiamientos para llegar a los 180 días, lo cual parece una misión imposible. En el medio advierten por los faltantes que ya existen y los que se generarían o agravarían con este estado de situación.
En tanto, fabricantes nacionales de tecnología -que usan insumos importados- todavía estaban estudiando la medida sin parar la producción, aunque con temor. “Ya venía desde hace tiempo la preocupación, pero por ahora no hemos tenido que parar las líneas”, aseguraron. En cadenas de electrónicos y electrodomésticos dijeron que aún no habría inconvenientes.
Otro sector complicado es el de la construcción. Pablo Gaytán, de Corralón Ciudadela, dijo que por ahora están en una situación parecida a la que arrastran hace un tiempo con faltantes de herramientas y, sobre todo, repuestos para camiones con los que trabajan. El suministro de neumáticos es el más complejo. “Por lo pronto estamos a la espera. Tratando de comprar todo lo que se pueda y no quedarnos con los pesos. Pero la incertidumbre está. No sabemos bien que va a pasar, pero algo va a pasar”, opinó.
En tanto, desde el Grupo Construya -conformado por empresas como Aluar División Elaborados, Grupo Dema, Later-Cer S.A., Cerámica Quilmes S.A. y Plavicon, entre otras-, Daniel Muñiz dijo que en muchas de las compañías, al no tener casa matriz fuera de la Argentina, el impacto será fuerte, pero aún lo evaluaban para una comunicación formal.
Sin embargo, el dueño de otra empresa del sector de la construcción fue más contundente y dijo que, si bien sus proveedores del exterior pueden otorgarle un financiamiento prolongado, no sabe si comprar insumos en este momento porque las medidas “no dan garantías e impactan de lleno en la cadena laboral”.
“Es insostenible la forma de trabajar. No solo no hay ánimo, sino que no hay reglas. Tenemos más de 30 años de relaciones con empresas y proveedores extranjeros y vamos a un incumplimiento total por pésimas decisiones. No es lo mismo una compañía que trabaja hace décadas y se hace de insumos para la industria de la construcción que un trader que empezó a importar hace un año para aprovechar la brecha cambiaria. Entiendo que busquen restringir el acceso a divisas, pero no lo restringís cortando esto. El fastidio es tremendo, porque uno sigue abriendo locales y contratando gente”, afirmó.
Los faltantes van desde neumáticos hasta aires acondicionados, insumos para aberturas, aluminio, pinturas, siliconas, líquidos para hormigón, productos aglutinantes y burletes. “No es una cuestión de importación o producción nacional, porque hay algunos productos que andá a conseguirlos acá. Los productores te dicen que no tienen gasoil para entregarte ni gas para los hornos de invierno. No se consiguen ascensores importados y las dos fábricas nacionales que hay, que son muy buenas, están con cuello de botella. Hay mucho faltante, va a haber desabastecimiento y una corrida de precios, es decir que, si alguien quiere realmente algo, va a tener que pagarlo lo que no vale, pero estas medidas llevan a eso”, agregó.
En tanto, desde el sector alimenticio Martín Cabrales, vicepresidente de Cabrales S.A., dijo que si no bajan a 90 días el plazo de pago de las importaciones va a haber problemas de abastecimiento y de costos y aseguró que ya hay faltantes de café en algunos supermercados.
“No conseguimos proveedores que nos financien a 180 días. Le estamos pidiendo al Banco Central desde la gestión de Matías Kulfas que lo bajen a 90 días”, aseguró y dijo que por ahora el pedido es de la Cámara del Café, pero podría tener eco en la Unión Industrial Argentina.
Otros sectores con problemas
Maximiliano Cadenas tiene una distribuidora de productos para el pelo que son en su mayoría importados, pero, incluso los que son elaborados nacionalmente, están en falta porque los fabricantes no consiguen los insumos. Otros fabricantes como los que producen bidones con shampoos decolorantes exigen cobrar en dólar billete porque les piden eso para conseguir el producto.
Por último, una empresaria que se dedica a importar telas para importantes marcas nacionales contó en diálogo con LA NACION que tiene una cuenta bancaria en el exterior y produce todo al blue para no parar la rueda. “A mí no me dan nada de financiamiento. Me pagan al blue y siempre por adelantado. Si tengo que esperar una SIMI, se me corta todo el circuito, así que me financian mis clientes”, reconoció.