Fuente: Clarín – La tendencia que venía asomando desde mediados de año finalmente se confirmó. El año pasado repuntó la actividad inmobiliaria en la Ciudad. La baja sensible de los precios de los departamentos y la incertidumbre se combinaron para que, después de cinco años, crecieran las compraventas de propiedades.
Según el Colegio de Escribanos de la Ciudad, en el año se firmaron 40.539 escrituras, lo que significó un salto del 20,1% respecto de las 33.753 operaciones que se habían concretado en 2022.
Además, 2023 terminó siendo el mejor año de los últimos cinco, porque en 2018 se habían firmado 55.892 y desde entonces la cantidad siempre fue en baja.
“En los números, fue el mejor año desde 2018. Y refleja un último cuatrimestre que tuvo más operaciones de las esperadas en el marco de la incertidumbre electoral. Expresa también claramente que es un mercado sin crédito, porque no hay más del 5% de las operaciones con hipotecas. La expectativa está puesta en cómo estabilizar la economía para que se generen herramientas que fomenten el acceso a la vivienda”, expresó Jorge De Bártolo, presidente del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires.
La retracción de los años anteriores se había producido por tres motivos: el fin del boom de los créditos UVA por la inflación y la devaluación; la restauración del cepo cambiario en el final de la presidencia de Mauricio Macri, y finalmente la pandemia.
Ahora, este cambio de tendencia tuvo una razón muy evidente: los precios de las propiedades bajaron el año pasado un 21,9% en dólares, caída que se sumó a la que venían acumulando en años anteriores. Siempre, según los números del Colegio de Escribanos.
El año pasado, las operaciones promediaron los 73.632 dólares.
Esto, en cuento al precio pedido. En Colegio de Martilleros porteño, por ejemplo, cuentan que entre el valor que se publica y el que finalmente se cierra hay un 10% menos, aproximadamente.
«No hay dudas que el rebote se dio a partir del precio. No hay otro factor que podría verse como dinamizador de más demanda, como créditos, aumento de ingresos reales en forma sustantiva, un muy fuerte crecimiento económico, etc. Sin duda el efecto movilizador fue el nivel de los valores inmobiliarios, que fueron juzgados como atractivos, junto a un mayor grado de expectativas positivas que podrían justamente revertir ese nivel de precios y hacerlo aumentar a partir del cambio de gobierno», aseguró José Rozados, titular de la consultora Reporte Inmobiliario.
En el mercado mencionan otro factor importante: la política. Y es que a partir de agosto, tras las PASO, empezó a crecer la cantidad de operaciones. Hasta julio incluido, ningún mes había pasado las 3.400 escrituras. Pero de agosto en adelante, ninguno bajó de las 4.000. Y eso se dio pese a la suba del dólar en los últimos meses del año pasado.
La explicación es la de siempre: ante la situación política incierta, mucha gente eligió proteger sus ahorros comprando departamentos, una decisión tradicional y conservadora pero bien segura.
¿Qué puede pasar en adelante? Con esta baja de precios, en el mercado inmobiliario creen que este año será positivo. «El dólar se ve más estable, en marzo seguramente la política estarás acomodada y la expectativa es de un buen año. Es un muy buen momento para comprar, porque los precios encontraron un piso. No van a bajar, y si hay más movimiento volverán a subir«, afirmó Marta Liotto, ex presidenta del Colegio Único de Corredores Inmobiliarios de la Ciudad de Buenos Aires.