Fuente: La Nación – Las fábricas avanzaron 1,8% en el mes, mientras que las obras aumentaron 1,7%; analistas creen que marzo habría sido el piso.
Lo que se esperaba para febrero finalmente se produjo en marzo: el piso de caída para la industria y la construcción –dos motores de la actividad– llegó en el tercer mes del año. Esto se deriva de los indicadores de abril de ambos sectores, en los que se observó una expansión mensual de 1,8% para las fábricas y de 1,7% en las obras.
El dato es sin dudas alentador; pero se debe tener en cuenta que se parte de un piso muy bajo. Hay que recordar que la industria había caído 11,4%, en enero; 3,5%, en febrero, y 15,1%, en marzo; mientras que la performance de la construcción había tenido números aún peores: -12,2%, 11% y 14,9%, respectivamente.
Las cifras correspondientes a abril fueron publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en sus habituales informes Índice de Producción Industrial Manufacturera (IPIM) e Indicador sintético de la actividad de la construcción (ISAC). Este organismo indicó además que en la medición interanual la industria tuvo un derrumbe de 16,6%, con lo que acumuló en el primer cuatrimestre del año una baja de 15,4%; mientras que la construcción retrocedió 37,2% y 32%, respectivamente.
El economista Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos, comentó que, si bien ambos sectores arrojaron cifras mensuales desestacionalizadas similares, en el caso de la construcción se trata de la primera vez que sube desde julio de 2023. “Obviamente que desde diciembre cayó más fuerte, pero no hay que perder de vista que viene cuesta abajo desde agosto”, agregó el especialista. En lo que concierne a la industria, destacó se trata “del primer mes con cifras positivas desde septiembre”.
Para Tiscornia, el dato interanual, que arroja cifras muy malas, no aporta información útil en este contexto. “El intermensual, en cambio, es un dato alentador. Abona la hipótesis de que marzo fue el peor momento de la actividad económica. Si uno ve estos datos y les suma que habitualmente en abril el agro tiene un repunte, porque pesa mucho la soja –que este año es mejor que la de 2023–, es posible anticipar que el EMAE [Estimador Mensual de la Actividad Económica] debería tener un crecimiento mensual desestacionalizado, empujado esta vez un poco por industria y construcción”, analizó el economista.
El economista Lorenzo Sigaut Gravina, de la consultora Equilibra, comentó que el nivel de ambos sectores en la comparación interanual sigue muy bajo, pero el dato positivo es que tanto construcción como industria tuvieron un leve crecimiento en la medición intermensual desestacionalizada. “Es una señal de que, por lo menos, la caída se frenó. Se necesita un mes más con buenos datos para afirmar que cambió la tendencia, pero esto es algo positivo”, subrayó el especialista.
Para Sigaut Gravina, la gran incógnita que aparece ahora es si en mayo vuelve a producirse una recuperación en la variación desestacionalizada. “En ese caso, se podría decir que el piso fue efectivamente en marzo. No hay que negar que siguen siendo números muy negativos, pero con esta señal después de un marzo horrible se abre una esperanza sobre la posibilidad de un repunte más consistente”, señaló.
En tanto, el economista Lautaro Moschet, de la Fundación Libertad y Progreso, subrayó que los datos de industria de abril refuerzan la hipótesis de que el punto más bajo de la actividad se alcanzó entre marzo y abril de este año. “El sector manufacturero ha sido uno de los más afectados durante esta recesión, mientras que los sectores agrícola, energético y minero han ayudado a mitigar esas caídas. Por lo tanto, la mejora en este indicador es un claro indicio de que el nivel de actividad está comenzando a recuperarse”, afirmó.
El economista Gabriel Caamaño, de Estudio Ledesma, dijo que los datos del Indec empiezan a replicar lo que los datos primarios ya habían insinuado para abril de 2024. “El rebote de abril de la industria, que no llega a compensar toda la baja del mes previo, y lo mismo por el lado de la construcción. Las caídas [interanuales] son bastante generalizadas en ambos y eran esperadas despues del fuerte derrape de marzo y el primer trimestre en general. Aún más, lo más probable es que el movimiento se sostenga en mayo de 2024″, opinó.
Asimismo, en un análisis de los rubros que componen el índice de la construcción, Caamaño remarcó que el primer dato primario de actividad de mayo es el de los despachos de cemento, que subieron 14,7% intermensual y se ubican algo por encima de los de febrero. “La caída acumulada desde diciembre de 2024 se ubica ahora en 10% y desde abril 2023 (ultimo máximo) en 31,4%”, agregó.
El economista Gustavo Vallejo, jefe del Departamento de Estadísticas del Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (Ieric), enfatizó que la construcción revirtió la tendencia negativa de los 8 meses previos, lo que hace suponer, según dijo, que marzo pudo haber marcado un piso. “Si bien la comparativa con abril de 2023 muestra una caída del 37,2% interanual y acumulada del 32%, por fin se registra una desaceleración luego de 5 meses en que la baja de la actividad era cada vez más profunda”, añadió.
Según aclaró Vallejo, todavía hay que ser cauto a la hora de hablar de una consolidación de la recuperación. Sobre todo, al analizar los datos de empleo. “El nivel de empleo sectorial en la industria de la construcción también acompaña la tendencia recesiva y todavía no hay datos disponibles que reflejen lo contrario. Desde que en mayo de 2023 alcanzó un record histórico, acumula desde el mes de agosto una pérdida de 90.000 puestos formales hasta el mes de marzo de 2024, de los cuales 40.000 corresponden al primer trimestre”, precisó el economista.
Natacha Izquierdo, directora de operaciones de la consultora Abeceb, señaló que la actividad de la construcción registra en abril una caída interanual de -37,2%, acumulando una baja de 32% en los primeros cuatro meses del año. “De este modo, registra niveles mínimos desde al menos 2012, excluyendo al 2020 (pandemia)”, concluyó. Y agregó: “La actividad se encuentra afectada por el aumento en el costo de construcción en dólares, que desalienta el desarrollo de inversiones, y por el menor financiamiento a la obra pública”.
Sin embargo, continuó Izquierdo, el 1,7% de aumento en abril, “podría mostrar que el sector alcanzó niveles mínimos de actividad en marzo, aunque la recuperación sería más lenta de lo previsto”.
Una estimación de lo que puede ser este año materia de actividad puede extraerse de lo que opinó ayer en el 10° Latam Economic Forum el economista Ricardo Arriazu. Con una cuota de optimismo, consideró que este año es una mezcla de 2002 (año de devaluación y caída del salario real) y 2010 (año de recuperación de la sequía y el crecimiento del PBI).
Además, Arriazu consideró que en marzo la Argentina alcanzó un piso para el PBI, y que en los próximos meses debería repuntar, mientras que el consumo debería haber comenzado su reactivación en mayo. El único riesgo que existe en la actualidad, dijo el experto, es que haya una crisis política que detenga esa dinámica.