Ley de Alquileres: está en disputa si el acceso a la vivienda lo decide el mercado o el Estado

Fuente: Ámbito ~ La ley de alquileres vino a poner en tensión un debate urgente y fundamental: qué rol debe cumplir el estado en el acceso a la vivienda. 

Desde hace unos años se instaló en el debate público el alquiler de vivienda de una manera contundente pero esta vez fuimos los inquilinos los que tuvimos voz.

Alquilar vivienda en Argentina

Desde el año 84, el Congreso no trataba una ley que regulase el acceso a la vivienda en alquiler. Alfonsín lo hizo con cierta tibieza para morigerar el descalabro que llevó adelante la dictadura con la dolarización de las viviendas, la desregulación del precio del alquiler y el efecto de la especulación financiera que incentivó a los propietarios a pedir un año de alquiler por adelantado.

El primero en congelar el precio del alquiler fue Yrigoyen, y luego profundizó Perón con la prohibición de la vivienda vacía por más de un mes, la creación de la Cámara de alquileres para controlar y regular la relación del inquilino con los rentistas, estableció la función social de la vivienda en la Constitución del 49´ (como hoy tiene la constitución alemana), brindó créditos desde el banco estatal Hipotecario por el 100% del valor de las viviendas.

Los resultados de todas estas medidas fueron tajantes: en 1943 el peso de los alquileres sobre los salarios era del 18.7%, en 1957 el 2.6%. Es también a partir del 47 que los trabajadores inquilinos se convierten en propietarios. El crédito hipotecario y la regulación del precio del alquiler seguirán hasta la última dictadura.

Otro mundo, otro país.

Neoliberalismo y financiarización de la vivienda

A partir de los 70´ la política de vivienda entra en el mismo paradigma que la economía globalizada. Thatcher dice: “no quiero un mundo de proletarios sino de propietarios”. Pinochet lo repite. Europa empieza a privatizar las viviendas públicas en alquiler.

Aquí en Argentina Videla dolariza las viviendas y elimina al Estado de cualquier intervención. La vivienda vuelve a ser un negocio y el “sueño de la casa propia” es la versión humanizada de un sistema meritocrático. El estado se reduce a construir unas pocas viviendas sobre todo para dinamizar la creación de empleo. El mercado se queda con todo.

Ley de alquileres

La ley de alquileres vino a poner en tensión un debate urgente y fundamental: qué rol debe cumplir el estado en el acceso a la vivienda.

El mercado inmobiliario y JxC ya lo han dicho explícitamente y sin vergüenza: oferta y demanda, sálvese quién pueda, discutir la vivienda en términos del mercado, no de derechos.

Lo que está en disputa es si el acceso a la vivienda lo decide el mercado o el pueblo a través del Estado. El precio del alquiler es disputa por la distribución del ingreso y las organizaciones inquilinas seguiremos planteando que la vivienda es un derecho, no un sueño.

Gervasio Muñoz Pte. Federación de Inquilinos Nacional

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