Fuente: La Nación – La legislatura porteña sancionó una serie de leyes que prohíben la construcción en altura en algunos de los barrios más caros de la ciudad
En la Ciudad de Buenos Aires conviven distintos tipos de construcciones. Si bien muchos vecinos disfrutan de vivir en un departamentos con vistas en altura, otro gran grupo es fiel defensor de las bajas alturas y rechaza la construcción de altas torres que eliminen el aire y la privacidad de las zonas bajas. Con el fin de proteger el urbanismo, paisajismo y arquitectura, una nueva ley modificó el código urbanístico en algunas zonas de la Ciudad. De esa forma, se bajará el límite de altura que pueden tener los proyectos inmobiliarios así como las parcelas en las que podrán desarrollarse.
Una de las zonas que experimentará estos cambios es la denominada Bajo Belgrano, comprendida por las calles Migueletes, Monroe, Ramsay, Blanco Encalada, Cazadores, Mendoza, Dragones, Juramento, Husares, Echeverría, Castañeda y Sucre. El cambio en el código urbanístico que se efectuó en 2018 no imponía tantas limitaciones constructivas, hecho que propició un boom inmobiliario en la zona donde el metro cuadrado promedia entre los US$2880 a US$4100.
Sin embargo, las modificaciones en la norma ahora priorizan la naturaleza residencial de la zona y se limitó en qué terrenos pueden construirse edificios de departamentos. Es por eso que se permitirá desarrollar proyectos unifamiliares en todas las parcelas pero no se podrán construir torres. De ahora en más, solamente las parcelas superiores que miden más de 1500 metros cuadrados y tienen un mínimo de 23 metros de frente serán las únicas aptas para hacer edificios que no podrán pasar los 17,5 metros de altura. Estas condiciones fueron modificadas del proyecto presentado inicialmente, ya que los vecinos de la zona se manifestaron en contra de que se pudiera construir en las denominadas parcelas mayores, que tienen entre 450 y 1500 metros con un frente mínimo de 14 metros, por lo que éstas fueron descartadas para la edificación de viviendas multifamiliares.
Aún así, se mantiene la condición de poder edificar la mitad del terreno, para preservar zonas verdes y el pulmón de manzana. El resto de los lotes solamente podrán usarse para viviendas individuales, hecho que podría perjudicar a los dueños de terrenos menores a 1500 metros en venta ya que solo podrán vendérselo a quien busca hacer una vivienda unifamiliar.
Si bien el proyecto presentado en mayo suscitó quejas de los vecinos que derivaron en una serie de reuniones con la legislatura porteña, la norma no será retroactiva. Es decir que los proyectos que se registraron antes de la norma podrán continuar con los planos originales.
En cuanto a las actividades comerciales existentes, se tendrán en cuenta para las habilitaciones y autorizaciones aquellos locales en edificaciones que cuenten con planos de registro en etapa de proyecto, plano de permiso de ejecución, habilitación o autorización, y no se admitirá la construcción de nuevos locales comerciales, ni la ampliación de los existentes.
Con el mismo fin, la legislatura porteña también sancionó otros cambios en el código urbanístico. En el barrio Lomas de Núñez, delimitado por el polígono de las calles Vedia, las vías del ferrocarril Mitre y las calles Vilela y Cuba, ya no se podrán construirse edificios con planta baja, tres pisos y retiro. De ahora en más, en las 36 manzanas de uno de los barrios más caros de la ciudad pasan a ser USAB 1, que abalan construcciones de planta baja y dos pisos sin retiros.
Allí los proyectos tendrán un plano límite de nueve metros con una altura de planta baja mínima de 2,60 metros. Deberán respetar la conservación de la cota de barranca y un retiro de frente de tres metros para mantener el entorno e identidad barrial, el mantenimiento del parcelamiento actual, la preservación del centro libre de manzana, la prohibición de publicidad en la vía pública y la protección de inmuebles de valor histórico y patrimonial a través de su catalogación.
Las mismas condiciones aplicarán para el Barrio de River, conformado por el espacio entre las avenidas del Libertador, Guillermo Udaondo, Presidente Figueroa Alcorta, y las calles Sáenz Valiente, Sargento Eduardo Romero y Monroe. De ahora en adelante, en la microzona donde el metro cuadrado se vende entre los US$2856 a US$3153 la zona se permitirá la localización de viviendas individuales y colectivas, edificios entre medianeras, de perímetro libre y de perímetro semilibre con altura limitada, y no se podrá englobar parcelas y espacios habitables por encima de los nueve metros a contar desde la cota de la parcela.