Fuente: La Nación ~ La expectativa del mercado es que las operaciones de compraventa no caigan en los últimos dos meses del año, aunque anticipan la incertidumbre de un escenario económico complejo afectará la toma de decisiones
Con los resultados sobre la mesa, el mercado inmobiliario intenta responder a una de las preguntas que más se repiten el día después de las elecciones: ¿qué impacto tiene la derrota del oficialismo en el sector inmobiliario? Ante un panorama económico incierto, los especialistas consideran que el manto de incertidumbre que frena las operaciones de compraventa podría mantenerse un buen tiempo.
En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), la venta de inmuebles no logra despegar. Aunque los primeros nueve meses del año llevan una recuperación del 87,9% en comparación con 2020, los datos del Colegio de Escribanos porteño ponen de manifiesto que en ningún mes de 2021 se superó la franja de las 3000 escrituras, cuando en lo que se considera un año normal, se suelen concretar el doble de operaciones. Así, el stock de propiedades en venta rompe un nuevo récord cada semana.
En este contexto, las elecciones suman incertidumbre. “En la última semana, hubo operaciones en las que los compradores pidieron adelantar la fecha de la escritura para concretarla antes de los comicios”, comenta Bernardo Mihura de Estrada, secretario del Colegio de Escribanos. “Cuando las partes cerraron la operación después de días tan intensos de contexto electoral, lo que hay son suspiros de tranquilidad. En la Argentina, se duda de muchas cosas, pero cuando tenés el título de tu casa, no dudás y sabes que allí tenés certidumbre total”, agrega.
Ahora, la derrota del oficialismo en las urnas no hace más que aumentar el nivel de cautela de los vendedores y los potenciales compradores. Así lo asegura Fabián Achával, CEO de la inmobiliaria homónima, quien sostiene: “Este resultado electoral ya estaba descontado hace meses y no va a cambiar los determinantes y la coyuntura del sector, que se juegan en otras arenas”.
Al respecto, señala que hay al menos tres factores que determinan la poca actividad que se registra en el mercado inmobiliario, que están más allá del plano electoral. “En primer lugar, los desequilibrios macroeconómicos que llevan a una fuerte inestabilidad cambiaria y son condición básica para que el sector tome velocidad. En segundo lugar, el exceso de oferta de inmuebles y por último, la ausencia de valores de referencia que explica el fuerte desacople entre oferta y demanda de inmuebles”, indica. De esta forma, para el especialista, el escenario “no cambiará drásticamente y menos de forma positiva”.
El panorama económico
Más allá de los resultados del domingo, los especialistas sostienen que una variable clave que incide de forma negativa en el mercado de compraventa es el cepo al dólar. “Los controles cambiarios terminan mermando el ritmo inmobiliario y eso pasa también en años electorales”, indican desde el Colegio de Escribanos. En esta línea, de acuerdo al informe mensual que realiza la inmobiliaria Fabián Achával, en la Argentina, para determinar el nivel de actividad del sector se debe analizar el balance cambiario del Banco Central, principalmente por su impacto sobre la estabilidad cambiaria y el grado de rigidez del cepo.
El escrito señala que el primer factor para analizar las expectativas cambiarias es la generación de divisas. En septiembre, se obtuvo nuevamente superávit de la balanza comercial por un total de US$1667 (-28,7% respecto de agosto y +178,8% interanual). Las exportaciones lograron nueve meses seguidos de crecimientos interanuales (+59,8% en octubre) con un valor de US$7553 millones. Las importaciones ascendieron a US$5886 millones en septiembre de 2021 y aumentaron un 42,6% interanual y un 2,3% respecto a agosto de este año.
“Con todo, el nivel de reservas internacionales a fin de octubre mostró una significativa caída: las reservas netas se redujeron en casi US$1400 millones en una semana, con lo cual se ubicaron en US$5,5 millones (20% menos que el saldo al mes anterior)”, indica el informe. En esa línea, señala que, de continuar la presión dolarizadora que caracterizó a octubre, las reservas netas líquidas podrían agotarse a principios de noviembre y, en caso de que eso suceda, “el BCRA deberá reforzar su accionar con medidas de intervención drásticas. “En las próximas semanas vamos a ver cuál fue la interpretación que hizo el Gobierno de la derrota y qué orientaciones predominarán en la política económica”, opina Achával.
Qué pasará con los precios
Para el especialista, los valores de los inmuebles seguirán en descenso. “Va a continuar la caída de los precios de publicación y de cierre, que van a seguir ajustando, pero que en muchos casos ya se encuentran en valores de oportunidad”, dice. Además, agrega que los resultados electorales sí podrían llegar a tener un impacto en los vendedores, que quizás piensan que con los resultados de las elecciones “mejoraría sus posibilidades de concretar una operación a un mejor precio”, por lo que pondrían en pausa su deseo de deshacerse del inmueble.
“Esta lectura del vendedor es errónea: aún quedan dos años más de este Gobierno y, en caso de que no sea reelecto, quien venga después va a estar dos años más al menos para estabilizar la economía. Es decir, hay cuatro años por delante de recesión en el mercado inmobiliario. Esperar sería un grave error”, afirma. Así, el consejo para los propietarios es “vender aprovechando que la baja de precios aun no es homogénea”.
A su vez, sugiere a quienes tienen ahorros “no dilatar más la decisión de comprar”. Indica que, en el último año, se sumaron a la oferta más de 38.000 departamentos, casas y PHs, una cantidad importante de inmuebles que “sinceraron” sus precios y, en algunos casos, se retrotrayeron a valores de 2010. “Es tan exorbitante el nivel de oferta que, quien está en la búsqueda, tiene muchas chances de encontrar algo que le guste”, asegura.
Con las urnas aún calientes y análisis que van de un extremo al otro, desde el Colegio de Escribanos corren el foco de los resultados y remarcan que, históricamente, noviembre y diciembre son meses estacionalmente más activos en compraventa, porque muchas de las operaciones se cierran antes que termine fiscalmente el año. “En esa lógica, no debería reflejarse en una caída de la actividad, más allá de las elecciones. Muchas de esas operaciones se vienen gestando desde hace un tiempo. Sí habrá que poner en el análisis, de acuerdo a la evolución cambiaria, qué condiciones nuevas se generan”, concluye Mihura de Estrada.