Fuente: Cronista ~ Hace pocos días, se pudo conocer el plan que se desarrolla en California sobre cómo actualizar las condiciones de los inmuebles para que sean cada vez más sustentables y eficientes energéticamente, pero también se supo del temor que esto despertó entre los desarrolladores, y que es algo que siempre desvela tanto a empresarios como a compradores: cómo generar propiedades que vayan al ritmo de la agenda ambiental, pero sin que esto implique un precio exorbitante para cierta parte de la sociedad.
Ahora bien, muy en los inicios de la construcción sustentable se dijo que ésta era mucho más cara que la tradicional. Con el correr de los años, esto se fue equilibrando, y entendiendo que al tener una vivienda verde trae beneficios y ahorro a largo plazo.
¿Qué está pasando en California? En dicha ciudad desde el Estado están impulsando una normativa que les exige a las nuevas casas y edificios comerciales que estén equipados con paneles solares, baterías y todo lo necesario para reemplazar todo lo que implica un sistema de calefacción a gas natural por uno eléctrico.
Esta medida despertó un gran entusiasmo entre los expertos, quienes lo definen como una de las medidas más avanzadas en materia de protección ambiental, y así la ciudad tendrá uno de los códigos que más en cuenta tenga lo que el planeta necesita. Sin embargo, todos pusieron el foco en un punto esencial en estos momentos: poner el pie en el acelerador tan repentinamente podría jugar en contra de estas medidas.
El mayor temor de los desarrolladores es que este avance en la legislación provoque un aumento radical en el costo de la construcción, lo que lleve a muchos a retrasar decisiones sobre remodelaciones o que pongan un freno en el desarrollo de proyectos. A su vez, quieren evitar que las casas o unidades destinadas a las clases medias queden por fuera de sus presupuestos, lo que frenaría las ventas y por ende la financiación de las nuevas obras.
Ahora bien, claro que es necesario poner en la agenda las nuevas formas de construcción, que deben estar en sintonía con lo establecido por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y por los compromisos adoptados en la última COP26. Sin embargo, es preciso hacerlo de modo tal que nadie quede afuera, para que todos puedan acceder a viviendas que cuiden el planeta y también la salud de todos.
Ejemplo de esto es el plan que presentó Chile, en el que los objetivos están planteados para 2030 (para ese año se comprometen a acondicionar 36 mil viviendas) y para 2050, año en el que todos los inmuebles deben ser neutros en emisiones de carbono, así como se debe poder tener un total control de la trazabilidad de los residuos de las construcciones y las demoliciones.
De todos modos, que el tema se debata y se siga avanzando es la gran noticia que se puede extraer al hacer el balance de 2021.