Saint-Gobain promueve el Etiquetado Energético y la sostenibilidad en la construcción 

Fuente: Marcela Fittipaldi Magazine – En un contexto en el que se estima, según datos del CONICET, que el sector de la construcción representa el 40% del consumo total de energía en el país, Saint-Gobain Argentina, líder mundial en construcción liviana y sostenible, trabaja activamente difundiendo, traccionando e implementando el Congreso Argentino de Etiquetado Energético de Viviendas -que ya tuvo dos ediciones en 2021 y 2023- aportando así su experiencia y conocimiento técnico para el desarrollo y difusión de esta herramienta fundamental. La compañía reconoce la importancia de promover el ahorro energético como respuesta a la crisis actual y se compromete a contribuir con soluciones constructivas cada vez más innovadoras y de alto rendimiento.

El etiquetado energético fue concebido inicialmente para electrodomésticos y artefactos y se expandió con el tiempo al ámbito de la construcción, permitiendo evaluar de manera rápida, fácil de entender y con precisión las distintas alternativas constructivas en pos de un consumo más sostenible y eficiente. Esta certificación no solo brinda a los profesionales la posibilidad de tomar decisiones informadas al momento de planificar un proyecto o renovación, sino que transparenta la información sobre el IPE (Índice de Prestaciones Energéticas) a los usuarios finales que desean adquirir o alquilar un inmueble. Los factores que intervienen y se analizan son la implantación y orientación, los materiales y soluciones, los equipos de refrigeración y calefacción, el agua caliente sanitaria, la iluminación, y las energías renovables, entre otros.

Saint-Gobain Argentina trabaja en el desarrollo de productos y soluciones que aseguren la sostenibilidad y eficiencia energética en la construcción. Sus oficinas en Tigre alcanzaron el Nivel Oro en el sistema de evaluación LEED®, logrando beneficios sustanciales como un ahorro en la potencia de iluminación del 41% y de agua en un 43%. Además el espacio cuenta con un acondicionamiento acústico que hace que el nivel de ruido sea bajo y confortable para la jornada laboral.

En su compromiso hacia la sostenibilidad, Saint-Gobain también implementó un monitoreo estricto de acciones de Responsabilidad Social Corporativa para alcanzar sus objetivos de carbono cero para 2030. En 2023, lograron una reducción del 34% en las emisiones de CO2 y del 16% en las emisiones de CO2 en comparación con 2017, con objetivos del 33% y 15% para 2030, respectivamente. Además, los residuos no valorizados se redujeron en un 46% y la extracción de agua en un 24%, con objetivos del 80% y 50% para 2030. La tasa de participación de empleados alcanzó el 83% en 2023, y el 92% de los países donde operan ayudan a las comunidades locales, con objetivos del 100% para 2025.

Saint-Gobain Argentina es pionera en el estudio y obtención de ciclos de vidas de sus productos (LCA) y declaraciones ambientales (EPD), las mismas son certificadas y verificadas por terceros bajo normativas internacionales. Con estos documentos se conoce desde el origen hasta el final todos los impactos de nuestros productos y permite tomar acciones para reducir nuestra huella en las diferentes etapas del ciclo.

«El contexto actual, marcado por la crisis energética, nos exige tomar medidas responsables y buscar respuestas innovadoras que reduzcan el consumo energético en el sector de la construcción, que representa un porcentaje significativo del consumo total del país. En Saint-Gobain Argentina, estamos comprometidos con la construcción pasiva (envolventes aisladas térmicamente de forma eficiente) que busca reducir al máximo la demanda energética de un edificio en calefacción y refrigeración. A través de diseños optimizados y el uso inteligente de materiales de alta calidad, podemos crear edificios que no solo sean confortables y saludables para sus habitantes, sino que también reduzcan significativamente su impacto ambiental”, explicó Mariano Bó, CEO Clúster Latam Sur de Saint-Gobain.

A diferencia de los métodos de construcción tradicionales que emplean ladrillos y cemento, sin la debida aislación térmica, la construcción pasiva de sistemas livianos se centra en la búsqueda de eficiencia y sostenibilidad. Durante los últimos dos años, el Grupo intensificó sus esfuerzos para promover la sostenibilidad y la eficiencia energética en la construcción, buscando ser el referente a nivel mundial en el desarrollo de soluciones innovadoras.

Saint-Gobain se compromete a seguir trabajando para las personas y el planeta, aportando soluciones sostenibles que mejoren el confort, la calidad de vida y el hábitat, siempre guiados por su propósito de «MAKING THE WORLD A BETTER HOME».

Acerca de Saint-Gobain Argentina

Líder mundial en construcción liviana y sostenible, Saint-Gobain Argentina diseña, fabrica y distribuye materiales y servicios para los mercados de la construcción y la industria. Sus soluciones integradas para la renovación de edificios públicos y privados, la construcción liviana y la descarbonización se desarrollan a través de un proceso de innovación continua y proporcionan sostenibilidad y rendimiento. El compromiso del Grupo se guía por su propósito, «MAKING THE WORLD A BETTER HOME».

Más de 160.000 empleados, ubicados en 76 países.

En Argentina, el grupo tiene 1.200 colaboradores directos e indirectos, 14 plantas productivas, 3 centros de distribución y 1 oficina administrativa.

Comprometidos a lograr la Neutralidad de Carbono para 2050.

Para más información sobre Saint-Gobain visite www.saint-gobain.ar/es.

PCR y ArcelorMittlal Acindar inauguraron el Parque Eólico San Luis Norte y anunciaron la construcción de un nuevo parque solar

Fuente: Diario El Norte – Con la presencia de autoridades nacionales y provinciales, se realizó el corte de cinta inaugural del primer parque eólico de la provincia de San Luis en el departamento de Belgrano, localidad de Toro Negro, que tiene una capacidad instalada de 112,5 MW de potencia y significó una inversión de 210 millones de dólares. Además, anunciaron el comienzo de las obras para la construcción de un parque solar por 18MW de potencia adicionales en el mismo complejo renovable que implicará una inversión de 18 millones de dólares.

Con la presencia del Gobernador de San Luis, Claudio Poggi y directivos de las empresas PCR y ArcelorMittal Acindar, junto a otras autoridades nacionales y provinciales y representantes de la comunidad, quedó inaugurado el primer parque de energía eólica “San Luis Norte”, ubicado en la localidad de Toro Negro, departamento de Belgrano al norte de la provincia de San Luis.

El parque, que se despliega en un predio de 1500 hectáreas de extensión, cuenta con 25 aerogeneradores con una capacidad instalada de 112,5 Mw de potencia e implicó una inversión de 210 millones de dólares.

Este complejo renovable, construido en asociación entre PCR y ArcelorMittal Acindar, tiene previsto, según se anunció en el acto, una etapa adicional que consiste en la construcción de un parque de energía solar con 18 MW de potencia que lo va a convertir en el primer parque de generación de energía renovable híbrida del país, poniendo en valor el recurso eólico y el solar que tiene esa región de la provincia. De esta forma, el complejo tendrá una capacidad instalada total de 130,5 MW de potencia, lo que equivale al abastecimiento de electricidad para 210 mil viviendas por año, al mismo tiempo que contribuirá a una reducción de emisiones anual de 190 mil toneladas de carbono.

“Nos sentimos muy orgullosos de poder inaugurar nuestro primer parque de energía eólica en la provincia de San Luis y también por poder comunicar hoy nuestro compromiso de iniciar la construcción del parque solar ampliando su capacidad de generación a otros 18MW, convirtiéndose así en el primer parque hibrido de la Argentina. Se trata de un paso más que damos como compañía, demostrando que somos protagonistas e impulsores de la transición energética de nuestro país, brindando soluciones para favorecer la descarbonización de las industrias que buscan contribuir con un planeta más limpio” aseguró Martín Federico Brandi, CEO de PCR.

Por su parte, Federcio Amos, CEO de Acindar expresó que “la inauguración de las operaciones del Parque representa un importante hito en la historia de ArcelorMittal Acindar. Somos pioneros en la industria siderúrgica argentina en el abastecimiento de energías renovables, y los primeros dentro de ArcelorMittal a nivel global en implementar un proyecto de esta envergadura. Estamos orgullosos de ser impulsores junto a PCR de la generación renovable del país y al mismo tiempo contribuir con el planeta a partir de la reducción de emisiones a la atmósfera”, afirmó Federico Amos, CEO de ArcelorMittal Acindar.

¿La infraestructura de las ciudades está preparada para el cambio climático?

Fuente: Otra Economía – Construir ciudades resilientes al cambio climático es un reto urgente en América Latina y el Caribe. Expertos del Banco Interamericano de Desarrollo y la Universidad Internacional de La Rioja resaltan la necesidad de adoptar prácticas sostenibles en la construcción. Un reciente informe de la ONU y Yale ofrece soluciones concretas para reducir el impacto ambiental del sector.

La región de América Latina y el Caribe es particularmente vulnerable a los desastres causados por amenazas de origen natural. Se proyecta que las amenazas climáticas aumentarán en frecuencia e intensidad bajo escenarios de cambio climático. El incremento de la resiliencia de los países frente a estas amenazas y la aplicación de un enfoque proactivo de gestión es sumamente importante.

“Tanto la mitigación como la adaptación al cambio climático se volvieron muy relevantes. Se requieren mayores inversiones de dinero para adaptar las estructuras”, señala Wilhelm Dalaison, especialista en Infraestructura Social del Sector de Infraestructura y Energía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Para el especialista del BID la clave es actuar sobre los códigos de construcción. Y agrega que también se necesitan incentivos y financiamiento. “Esa es la forma de escalar y garantizar que todos los edificios sean sostenibles y resilientes”, explica.

Los códigos de construcción son un factor determinante para el incremento de la resiliencia de la infraestructura, a través de la gestión del riesgo de desastres y cambio climático, ya que su existencia, calidad, carácter legal y nivel de cumplimiento definen las bases sobre las cuales se debe desarrollar el ambiente construido y la fiabilidad de los servicios basados en infraestructura física. El BID realizó un informe para conocer más sobre los códigos de la región. Este análisis permitió identificar que, por ejemplo, el avance de la región en códigos sísmicos y de viento es mucho mayor que para inundaciones, que aún es una amenaza a la que los países se enfrentan de forma reactiva. Asimismo, la región ha venido dando pasos acelerados para incorporar aspectos de sostenibilidad en los proyectos de construcción (o viviendas y edificios), aunque esto no se ve necesariamente reflejado en los códigos de construcción.

Por otro lado, en lo referente a los aspectos de sostenibilidad, se identifica que los temas relacionados con el ahorro energético están más avanzados que otros aspectos como el uso eficiente del agua, la calidad del ambiente interior y la identificación de zonas climáticas.

Aunque la mayoría de las ciudades ya están implementando acciones para atender los impactos del cambio climático, la adaptación es un desafío complejo y aún hay numerosos obstáculos que dificultan acelerar la respuesta, como la falta de información actualizada y adecuada a nivel local, la ausencia de financiación y tecnología, los valores y tradiciones culturales, y las limitaciones institucionales, entre otros. La buena noticia es que invertir en adaptación y resiliencia es más rentable que responder a las catástrofes: por cada dólar invertido en la prevención se pueden ahorrar hasta 15 dólares en la recuperación después de un desastre y por cada dólar invertido en resiliencia se puede ahorrar entre 4 y 7 dólares, al tiempo que se generan beneficios no monetizados. Además, al promover la resiliencia de las ciudades y la adaptación para reducir los impactos negativos relacionados con el clima, se contará con mayor preparación para responder a otros desafíos de las ciudades, siendo una oportunidad para lograr el crecimiento económico y resolver problemas urbanos.

“En relación a la resiliencia en construcción hay iniciativas interesantes como bloques de hormigón celular o el uso de materiales prefabricados como paredes inferiores de yeso con montantes de madera en lugar de ladrillos. Estas iniciativas todavía son incipientes”, dice Dalaison.

La profesora titular de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) en el máster en Energías Renovables y en el máster en Gestión Ambiental y Energética en las Organizaciones Rebeca Sánchez Vázquez dice: «Cada vez hay más profesionales de la construcción involucrados en construir edificios que sean más respetuosos con el medio ambiente y en emplear materiales que sean sostenibles».

Sánchez Vázquez explica que las temperaturas más extremas afectan los materiales de la construcción y el bienestar de las personas en esos edificios. También resalta el riesgo de daños estructurales debido a fenómenos como las inundaciones, afirmando que «las lluvias torrenciales pueden generar grietas en las estructuras».

En cuanto a la renovación de edificios antiguos, la referente enfatiza: «Por ejemplo, en torno al 70% de los edificios de la Unión Europea son muy antiguos. Habría que intentar restaurarlos con materiales que sean más sostenibles y que permitan un aislamiento para que consuman menos energía». Sánchez Vázquez también hace hincapié en la necesidad de construir con materiales menos contaminantes y reciclables.

Además, destaca la importancia de la tecnología en la construcción sostenible, indicando que «la tecnología permite hacer edificios inteligentes», y añade que «por ejemplo poner sensores de temperatura, permite reducir el consumo de energía».

Soluciones para reducir el impacto

Un informe recién publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Centro Yale para Ecosistemas + Arquitectura (Yale CEA), en colaboración con la Alianza Global para Edificios y Construcción (GlobalABC), presenta soluciones para abordar el impacto ambiental del sector de edificios y construcción y reducir los residuos generados por esta industria.

El informe titulado «Materiales de construcción y el clima: Construyendo un nuevo futuro» proporciona un enfoque de tres frentes para reducir las emisiones de «carbono incorporado» y minimizar los impactos negativos en los ecosistemas naturales relacionados con la producción y uso de materiales de construcción, como el cemento, el acero, el aluminio, la madera y la biomasa.

En primer lugar, el informe aboga por evitar el desperdicio a través de un enfoque circular, promoviendo la reutilización de edificios existentes y fomentando la construcción con menos materiales y con aquellos que tengan una huella de carbono más baja. Esta estrategia podría reducir significativamente las emisiones, con una disminución del 50-75% en comparación con la construcción nueva.

En segundo lugar, se destaca la importancia de cambiar a materiales de construcción renovables y sostenibles basados en la biología, como la madera y el bambú. Se estima que este cambio podría conducir a ahorros de emisiones acumulativos de hasta un 40% en el sector para 2050. Sin embargo, se requiere un mayor apoyo político y financiero para garantizar la adopción generalizada de estos materiales.

Por último, el informe hace hincapié en la necesidad de mejorar la descarbonización de los materiales de construcción convencionales, como el concreto, el acero y el aluminio, que representan una parte significativa de las emisiones globales. Se propone la electrificación de la producción con energías renovables, el aumento del uso de materiales reciclados y la implementación de tecnologías innovadoras como medidas clave para lograr este objetivo.

En el contexto de la acción climática, el informe destaca que la mayoría de los esfuerzos se han centrado en la reducción de las emisiones de «carbono operativo», relacionadas con la operación de los edificios. Sin embargo, se espera que la descarbonización de la red eléctrica y el aumento de las energías renovables contribuyan a reducir estas emisiones en las próximas décadas.

Finalmente, el informe señala que las ciudades tienen un papel crucial en la implementación de medidas de descarbonización, destacando la integración de superficies vegetadas, como techos verdes y fachadas, como una forma efectiva de reducir las emisiones de carbono urbanas y mejorar la calidad de vida en entornos urbanos.

Esta nota fue producida con el apoyo de BATEV – Exposición Internacional de la Construcción y la Vivienda.

El INTI desarrolló un calculador de huella de carbono para la industria de la construcción

Fuente: Argentina.gob – Junto a la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), especialistas del instituto presentaron la nueva herramienta que permitirá a las empresas del sector medir el impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y desarrollar un plan para su mitigación.

La calculadora, única en su tipo en el país, fue desarrollada por la Ing. Leticia Tuninetti y la Ing. Raquel Cavagnaro del centro tecnológico INTI Córdoba, con el apoyo de la Consultora HINS Energía, la participación de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC), el Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos de la provincia y de numerosas empresas del sector, desde constructoras, hasta pymes proveedoras de cañerías, accesorios y materiales eléctricos, entre otras.

Más de un centenar de empresas asistieron a la presentación que incluyó la capacitación a los socios de CAMARCO -delegación Córdoba- en el uso del calculador, y la entrega de un manual de procedimiento para que las constructoras puedan implementarlo de forma autónoma.

El instrumento de cálculo tiene formato Excel y permite la subdivisión de una gran obra en hasta 5 partes. Puede ser utilizado por empresas para obras viales (rutas, caminos, puentes), de transporte, transformación y distribución de energía eléctrica, obras de saneamiento (red de cloacas, red de agua potable) y obras de transporte de gas.

En el calculador se precargaron datos para el armado del inventario de cada obra, a partir del relevamiento de insumos, equipos, combustibles, energía eléctrica en obra, servicios tercerizados, transportes, residuos y desechos, entre otros. Esto permitirá comparar el impacto de distintos materiales, recorridos y combustibles utilizados, y seleccionar las opciones con menor huella de carbono.

Durante casi un año, el INTI y empresas constructoras trabajaron de forma conjunta con el objetivo de encontrar, sistematizar y poner a disposición los mejores datos del sector. El calculador atravesó varias pruebas hasta alcanzar la versión final, que además de ser altamente confiable y completa, también presenta una interface amigable, de fácil carga y análisis para los usuarios.

“Estamos muy satisfechos y orgullosos del calculador desarrollado junto al sector de la construcción de Córdoba. Esta clase de proyectos, que aúnan los intereses públicos y privados, son los que traccionan acciones verdaderas de diagnóstico y mitigación frente a la problemática del cambio climático. Ha sido un gran desafío por la magnitud del estudio y por su alto grado de innovación, ya que es una de las pocas herramientas de este tipo para el sector de la construcción a nivel nacional e internacional”, expresó la Ing. Leticia Tuninetti, especialista en Análisis de Ciclo de Vida y Huellas Ambientales del instituto.

Por su parte, el Ing. Horacio Berra, presidente de CAMARCO Córdoba, agregó: “En un sector tan impactante como este, contar con herramientas y metodologías precisas para evaluar las emisiones es crucial para avanzar hacia un desarrollo más sostenible y contribuir efectivamente a la mitigación del cambio climático. Creemos que estos esfuerzos no sólo benefician al medio ambiente, sino que también mejoran la competitividad y la sostenibilidad de la industria de la construcción”.

Consultas: consultascba@inti.gob.ar

RHEEM avanza hacia la Carbono Neutralidad

Fuente: @rheem – En sus más de 75 años en el mercado argentino, Rheem siempre se caracterizó por estar a la vanguardia en la fabricación de sus productos y, también, en su relación comprometida con la comunidad a la cual brinda servicio. En los últimos años seintensificó su preocupación por el cuidado del medio ambiente, decisión que afirma su carácter de empresa con vocación por la responsabilidad social.Este año se posicionó como una de las pocas industrias de manufactura pesada de la Argentina que avanza hacia la carbono neutralidad con la obtención del primer sello certificado de ALPA.

Marcelo Olivera, Jefe de Calidad y Medio Ambiente de Rheem S.A, a cargo del proceso, nos explica cómo fue el cumplimiento de la primera de las tres etapas, en la transición hacia la carbono neutralidad: “En 2021 iniciamos la preparación intelectual y práctica, informándonos de cuáles eran los pasos a seguir y qué precisábamos como compañía para mitigar al máximo los gases de efecto invernadero (GEI) que generamos tanto por la actividad industrial en el proceso de fabricación de los Termotanques Rheem, como en otras áreas de la empresa. Hicimos la capacitación de personal de manera transversal y las primeras inversiones en nuevas tecnologías. Comenzamos a instrumentar todas las políticas internas pertinentes para compensar los GEI emitidos. Hemos cumplido la primera etapa con la certificación obtenida a través de la ONG que regula y mide los índices relacionados con la Huella de Carbono. A futuro lo que no se llegará a mitigar de modo directo se compensará con la inversión que hará la empresa y se traducirá en la obtención de Bonos Verdes que serán reinvertidos en la generación de bosques, lagos o energías renovables.En nuestro caso, por ejemplo, en esta primera etapa fomentamos proyectos que lleva adelante RAMCC como la contribución al Municipio de la Capital de San Luis, en un proyecto de reciclaje urbano, para el que destinamos el 40% del costo de la primera etapa que fueron destinados a la compra de triciclos para reciclaje urbano”.

Rheem trabaja con la Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático (RAMCC) que es una de las ONG que realiza las mediciones expresadas a través del Sello ALPA Huella de Carbono, con validez internacional y que evalúa los requisitos para alcanzar la carbono neutralidad basándose en la ISO 14064, dividida en tres etapas. La primera, que es la de las mediciones, ya fue superada. La segunda, para un futuro mediato, toma en cuenta las compensaciones entre la emisión de los GEI y las medidas de mitigación y, la última, será la obtención de Bonos Verdes, a través de ellos se concretará la carbono neutralidad. “Es un proceso lento y extenso –aclara Olivera-. Llegar a la certificación que es algo muy importante para Rheem como empresa comprometida con el planeta nos llevó un año y medio. Cumplir con todos los pasos es un proyecto a largo plazo. Esta primera etapa es muy importante porque el cálculo es exacto y es validado por organizaciones de primer nivel internacional como lo son la GHC Protocol (Greenhouse Gas Protocol) y el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático). Pasar por estas mediciones es una tarea auditada durante un año en el que se filtra y se afina toda la información relevada”.

Cuando la pandemia sanitaria comenzó, la dirección de la empresa demostró su compromiso para iniciar este proceso que para Rheem no es una novedad. En 1998 la firma inició un sistema de gestión de los residuos peligrosos, del uso de la energía y del cuidado de todos aquellos aspectos de producción que pudieran tener un impacto ambiental para alcanzar cada año la certificación de las normas ISO 14001: “Tenemos una planta de tratamiento de efluentes –confirma Olivera- y aplicamos un sistema de economía circular. Todo el SCRAP (Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor de Residuos, cuya sigla en inglés significa “descarte”) generado por la empresa se recicla y se vende a otras industrias como materia prima. Tal es así, el caso de la chatarra generada por cortes y descarte de chapa en el proceso de fabricación son reciclados y vendidos a grandes acerías. Hacemos lo mismo con los cartones y maderas que también son vendidos. Algo similar sucede con residuos peligrosos, por ejemplo, las pinturas en polvo. Estas se utilizan en la industria del durlock. Las que no, se calcinan y se dispone de las cenizas como material inerte, lo que genera gases y tiene un costo asociado. Transformamos estos elementos contaminantes mediante la aplicación de la economía circular, que nos permite reinvertir en bienes que reducen la emisión de gases de efecto invernadero”.

El área de Medio Ambiente de Rheem para trepar al primer escalón hacia la Carbono Neutralidad debió ocuparse de cálculos tan complejos como son analizar desde el consumo de gas que tiene un auto elevador o el consumo de gas de un alto horno a la factura de electricidad que recibe la empresa mensualmente, por citar solo algunos ejemplos.

Se está trabajando en la gestión energética para disminuir la generación de GEI.

Marcelo Olivera, gestor interno de este proyecto, analiza cuáles son los focos de contaminación que debieron atacar con el máximo rigor posible: “Estamos analizando cuáles son los de focos de mayor generación de GEI sobre los que podemos actuar y los atacamos”.

Rheem no genera ningún gas ni residuode impacto ambiental que viole la legislación vigente, ya sea a través del Municipio de San Luis o lo que dicta la Ley Nacional de Medio Ambiente, en su afán por cuidar el planeta sin desdeñar esfuerzos. La carbono neutralidad ya es un proyecto tangible, avanzado y sensible en su magnífica trayectoria vanguardista y comprometida.

YPF Luz y Cementos Avellaneda inician la construcción de un Parque Eólico en Olavarría

Fuente: @cementosavellaneda – El Parque Eólico Cementos Avellaneda tendrá una capacidad instalada de 63MW. Una parte autoabastecerá el 47% de energía eléctrica de la planta de Cementos Avellaneda y otra será comercializada en el MATER por YPF Luz.

YPF Luz y Cementos Avellaneda anunciaron el inicio de la construcción del Parque Eólico Cementos Avellaneda, ubicado en la localidad de Olavarría, Provincia de Buenos Aires, a 10 km de la ciudad.

El parque, tendrá una potencia instalada de hasta 63 MW y estará emplazado dentro del predio de Cementos Avellaneda y en terrenos de terceros linderos a la planta, sobre una superficie de 450hectáreas. Contará con 9 aerogeneradores de última generación, con tecnología Nordex Delta de 7MW de potencia por aerogenerador. El parque tendrá un factor de capacidad estimado de 47%.

Además, generará 260.487 MWh/año de energía renovable que es equivalente a las necesidades energéticas de unos 72.000 hogares, evitando la emisión de más de 119.824 toneladas de CO2 al año. La puesta en marcha se prevé para el primer trimestre de 2026.

El proyecto tiene dos instalaciones diferenciadas. Por un lado, 4 aerogeneradores con un total de 28 MW de capacidad instalada estarán destinados al autoabastecimiento de Cementos Avellaneda, mientras que la energía de los otros5 aerogeneradores, de una capacidad instalada de 35 MW, se comercializará en el Mercado a Término de Energías Renovables (MATER).

Para Cementos Avellaneda, el desarrollo de este parque es parte de su compromiso con el cuidado del medio ambiente y de su estrategia para reducir la huella de carbono impulsando la transición energética. Tiene como objetivo el autoabastecimiento de aproximadamente un 47% de la demanda eléctrica de su planta en Olavarría, a partir de la generación de energías renovables por un plazo de hasta 25 años. Además, se logrará el aprovechamiento e integración de sitios que actualmente se encuentran en proceso de rehabilitación, luego del desarrollo de actividades mineras.

“La concreción de este proyecto y el inicio de la construcción del parque eólico representan para nosotros el cumplimiento de un nuevo hito en nuestra agenda de sostenibilidad. Significa un gran avance para conseguir la descarbonización de nuestro proceso productivo, a la vez que refuerza la confianza y el compromiso de nuestros accionistas con nuestro país. Este proyecto hubiese sido imposible sin el aporte profesional y humano de todo el equipo de YPF Luz y Cementos Avellaneda”, expreso José Luis Maestri, CEO de Cementos Avellaneda.

YPF Luz tendrá a su cargo la construcción del parque, con una inversión de USD 80 millones. Con este nuevo parque suma715MW renovables (497MW en operación y 218 MW en construcción), reafirmando su liderazgo en la provisión de energía renovable para las industrias argentinas. “Este parque es el resultado de un sueño conjunto, que surgió y pudo concretarse a partir de una colaboración estrecha y productiva con nuestro cliente. Nos enorgullece ser el socio elegido por Cementos Avellaneda para concretar este hito tan importante en la historia de la sustentabilidad de la compañía”, explicó Martín Mandarano, CEO de YPF Luz. “Con este nuevo proyecto iniciamos una nueva década de crecimiento y reafirmamos nuestro compromiso con la transición energética, en línea con nuestro propósito de impulsar desde Argentina la evolución de la energía para el bienestar de las personas”.

Características del Parque Eólico Cementos Avellaneda

  • Generará 63MW de potencia de fuente renovable:
    • Energía equivalente a más 72.000 hogares.
    • Ahorro de 119.824toneladas de CO2 al año.
  • 9 aerogeneradores
  • Superficie: 450 hectáreas
  • Factor de capacidad:47.2%
  • Energía Generada: 260.487 MWh/año
  • Inversión: más de USD 80 millones
  • Empleo durante la construcción: 200 personas en pico de obra

Características de los Aerogeneradores

  • Tecnología: Nordex Delta
  • Capacidad instalada: 7MW cada uno
  • Alto de torre: 119 metros
  • Largo de palas: 81 metros
  • Altura total: 200 metros

Acerca de YPF Luz

YPF Luz (YPF Energía Eléctrica S.A.) es una empresa líder en generación de energía eléctrica en el país que opera desde 2013. Actualmente la compañía tiene una capacidad instalada de 3.163 MW que provee al mercado mayorista e industrial, y está construyendo otros 224 MW. YPF Luz tiene como misión generar energía rentable, eficiente y sustentable, que optimiza los recursos naturales para la producción de energía térmica y renovable. Para obtener más información, visite www.ypfluz.com

Acerca de Cementos Avellaneda S.A.

Empresa constituida en Argentina en el año 1919, dedicada a la fabricación y comercialización de materiales para la construcción (cementos, cales, hormigones, pegamentos, morteros, pastinas y áridos). Desde sus inicios y a lo largo del tiempo, ha contribuido con un aporte clave a la calidad de vida de los habitantes del país en la construcción de viviendas, carreteras, edificios, diques, aeropuertos, instalaciones industriales, todas ellas obras que brindan bienestar a las personas y dotan de infraestructura al país. La compañía ha estado siempre comprometida con ofrecer productos de la más alta calidad, y ha alcanzado estándares de excelencia como resultado de la importante inversión en el desarrollo tecnológico, priorizando la sostenibilidad en cada fase del proceso productivo. Ha invertido en modernas tecnologías que mejoran los procesos productivos al utilizar más eficientemente la energía, sustituir gradualmente los combustibles no renovables por alternativos y remediar sus canteras, realizando procesos de retrollenado y remediación de paisajes. Para más informaciónhttps://www.cavellaneda.com.ar/home

Qué puede aprender la industria de la construcción de los startups sustentables

Fuente: Otra Economía – Pequeñas startups y emprendimientos han logrado desarrollar innovadores materiales y sistemas constructivos que reducen el impacto ambiental. También, generan empleos verdes e inclusión social.

La construcción y el mantenimiento de viviendas y edificios representan actividades con un impacto ambiental significativo, consumiendo el 36% de la energía mundial y generando el 39% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Este panorama se agrava en Argentina, donde casi cuatro millones de hogares enfrentan déficit habitacional, lo que significa que una de cada tres familias carece de vivienda adecuada, según un informe reciente del CIPPEC, ACIJ y la organización Techo.

Sin embargo, existen modelos de construcción que aprovechan los materiales reciclables y podrían solucionar los problemas habitacionales, generando empleo y valor en las comunidades. Grupo Gregui, Easybrick y La Ciudad Posible son ejemplos que traen soluciones para implementar en la industria.

Plastihormigón, un material con triple impacto

El técnico electricista Sebastián Gregui comenzó hace 8 años en la ciudad de Tandil a  investigar nuevos materiales de construcción a partir de desechos en el garaje de su casa. Luego de muchos intentos a prueba y error, acudió al Instituto de Física de Materiales (IFIMAT) de la Universidad Nacional del Centro (UNICEN), para hacer los primeros ensayos con plásticos provenientes de residuos eléctricos y electrónicos (RAEES), un residuo que -a diferencia de otros componentes como los metales-, es difícil de reciclar y reinsertar en la industria. 

A comienzos de 2019, junto a los investigadores del IFIMAT, se logró una fórmula adecuada para el “plastihormigón”; un material que -como lo indica su nombre- se compone de una mezcla cementicia con plásticos y aditivos. “Es más liviano, resistente a la amplitud térmica y tiene mejor adherencia para pisos y revestimientos”, afirma Gregui y destaca: “además, al reemplazar la piedra por residuos plásticos, evitamos la actividad extractiva y le damos un nuevo uso al plástico. Con nuestro trabajo evitamos que 4.000 kilos mensuales de residuos plásticos lleguen a rellenos sanitarios o basurales”.

Por la pandemia de Covid-19, el proyecto se interrumpió por un año. Finalmente en 2021, salieron al mercado los primeros bloques y “durmientes” de plastihormigón para pisos de exteriores y bordes de piscinas. Ese año consiguieron un Aporte No Reembolsable del (ex) ministerio de Producción y compraron una máquina trituradora de plástico para aumentar el volumen de producción. 

Además de articular con la universidad, Grupo Gregui generó alianzas con cooperativas de recicladores, que le proveen las materias primas (plásticos), y con el municipio, que se encarga de recolectarlas en sus puntos verdes y trasladarlas hasta la fábrica.

A su vez, el proceso productivo apunta a una economía circular. Los residuos reciclables que se generan en la fábrica son retirados por cooperativas o llevados a un taller protegido donde personas con discapacidad elaboran distintos objetos. 

Actualmente, los pisos y revestimientos Gregui se comercializan en Tandil. A partir de un acuerdo con proveedores en la ciudad de Buenos Aires y la localidad de La Tablada, comenzaron a venderse allí también. “Tuvimos consultas desde Córdoba y Mendoza, y estamos viendo la forma de generar acuerdos para no aumentar los costos y la huella de carbono por el transporte”, dice el emprendedor. 

Desde su lanzamiento hasta noviembre de 2023, la producción y las ventas fueron creciendo, lo que permitió a las cooperativas proveedoras crecer también. Desde diciembre, con la suspensión de la obra pública, las ventas se desplomaron, pero Gregui continúa buscando estrategias para mantener el negocio a flote. “Tenemos tres empleados y un montón de personas en las cooperativas que dependen de este emprendimiento”, resume. 

Del ecoladrillo al sistema constructivo

En 2016, la Pyme Tuboloc, fabricante de tubos de polipropileno en la localidad bonaerense de Tigre, decidió virar su negocio a la producción de ecoladrillos aprovechando el plástico de las tapitas de gaseosa que se tiran. Así nació “Easybrick®️”, un ladrillo hueco encastrable, liviano (pesa menos de 1 kg), con alta resistencia y aislación térmica y acústica. 

Siete años más tarde, en 2023, el proyecto evolucionó hacia un sistema de construcción en seco llamado Qualis, que se adapta a cada obra y permite construir en forma rápida y sin desperdicio de materiales. “Lo que se comercializa hoy no son ladrillos, sino paneles.  Llevamos hechas más de 300 obras entre refacciones y construcciones nuevas”, dice Zenón Santiago, socio fundador del emprendimiento. 

A fines de 2023, la firma inauguró su propia planta de reciclado. “Recuperamos polietileno para las tuberías y cañerías; y polipropileno para los Easybrick. También, comercializamos materias primas para otras industrias. Desde que arrancamos hasta hoy, recuperamos más de 1.000 toneladas de plástico”, destaca Santiago.

“Con las 12 millones de tapitas de gaseosas que diariamente se desechan en Argentina, podríamos construir 15 viviendas de tres ambientes por día”, apunta Santiago. 

Hoy el portfolio de productos se amplió desde los ladrillos y paneles a tuberías para desagües, tendidos eléctricos y de fibra óptica y tejas plásticas. Industrias, cooperativas y recicladores son sus proveedores.

La firma también lleva adelante cursos y capacitaciones para la construcción en seco. “Asisten desde arquitectos, ingenieros y maestros mayores de obra hasta integrantes de las cooperativas de recicladores, y cada vez más mujeres”, dice el emprendedor. 

El emprendimiento tiene así un triple impacto: económico, porque valoriza un material de descarte; ambiental, porque evita que el plástico termine en un relleno sanitario o -peor aún- en un basural a cielo abierto; y social, porque trabaja con cooperativas que, además de vender insumos, pueden construir viviendas en forma eficiente y sustentable. 

Una casa posible

La Ciudad Posible (LCP) es un proyecto surgido en 2010 en Barcelona, que luego se expandió a Argentina, Chile y Uruguay. Su propósito es facilitar la co-construcción de viviendas; impulsar proyectos de regeneración de ecosistemas degradados en ciudades, e incubar y acelerar emprendimientos de triple impacto (económico, social y ambiental). 

“La construcción con materiales sustentables resulta un poco más cara que con materiales convencionales, pero en el mediano plazo se generan ahorros importantes por eficiencia energética”, explica Macarena Marán, coordinadora de Economía Circular de la organización. 

La firma trabaja junto a pymes de la economía circular en el desarrollo y la utilización de materiales alternativos en la construcción de edificios y viviendas. De este modo se sustituye el uso de recursos escasos o cuyo uso tiene un impacto ambiental negativo.

En Villa Constitución, provincia de Santa Fe, LCP está llevando adelante junto a la Universidad Nacional de Rafaela, el Centro de Experimentación de la Vivienda Económica (CEVE): Se trata de un programa de autoconstrucción de viviendas con materiales reciclados como: madera plástica, ecoladrillos aislantes y tejas de envases de tetra brick. 

El sistema de construcción, denominado UMA, fue desarrollado por el CEVE, y permite entrenar rápidamente a personas sin conocimiento, en la construcción de viviendas propias o comunitarias. El programa se basa en estructuras metálicas fabricadas en la zona, aprovechando los oficios y la tradición metalúrgica de Villa Constitución,que se combinan con otros materiales reciclados. 

El proyecto, que comenzó a fines de 2020, busca diseñar e impulsar un programa de mejoramiento e integración urbana del hábitat popular en esa localidad cercana a Rosario y sobre la costa del río Paraná. Sus premisas son la construcción de viviendas sustentables y de calidad, la generación de empleo local y la regeneración ambiental. 

Actualmente, las ciudades concentran más del 55% de la población mundial (93% en Argentina), y generan el 70% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En ellas se consume el 75% de los materiales y la energía que se extrae y produce, y es allí donde también existen mayores posibilidades de cambiar las formas de producción, alimentación, consumo y transporte para hacerlas más sustentables.

Hoy es preciso cambiar las técnicas y materiales constructivos por otros más amigables con el ambiente, así como incluir a grupos vulnerables como las mujeres, los recicladores urbanos y las personas con discapacidad. Muchas Pymes y startups ya están tomando la iniciativa con modelos de negocio innovadores y sustentables.

Esta nota fue producida con el apoyo de BATEV – Exposición Internacional de la Construcción y la Vivienda.

FabBRICK, el proyecto que transforma residuos textiles en ladrillos ecológicos

Fuente: Rio Negro – Fue uno de los ganadores del concurso FAIRE, que reconoce proyectos con soluciones innovadoras ante grandes problemas urbanos. Su diferencial fue fabricar ladrillos con la enorme cantidad de residuos textiles que se producen año a año.

Clarisse Merlet es la fundadora de FabBRICK. Mientras estudiaba arquitectura, cayó en la cuenta no solo de lo contaminante que es la industria de la construcción y la cantidad de energía que consume, sino también lo poco que se consideraban las posibilidades de los residuos textiles (otra industria bastante contaminante).

Clarisse Merlet con ladrillos textiles. Fuente: FAIRE Francia.

Para ser puntuales, 92 millones de toneladas de textiles son descartadas cada año. Este material, además, tiene propiedades muy destacables para el ámbito de la construcción, ya que es un potente aislante térmico y acústico. Por eso, en 2017 la francesa Merlet realizó una investigación y diseñó un prototipo, que presentó en el concurso FAIRE.

Ladrillo de FabBRICK. Fuente: FAIRE Francia.

Como cuenta su página web, «la plataforma FAIRE invita a equipos multidisciplinares a proponer investigaciones y experimentaciones innovadoras ante los grandes retos urbanos: clima, crisis de materiales, nuevas tecnologías, resiliencia, solidaridad, movilidad y energía». Allí, FabBRICK fue una de las ganadoras y desde entonces se convirtió en la principal agencia de diseño para la mejora textil. Ayudan a las empresas a gestionar y reutilizar sus residuos textiles, devolviéndoselos tras haberlos transformado en productos de diseño o acondicionamiento de interiores.

Los ladrillos de FabBRICK se pueden encontrar en las vidrieras de IKEA, en negocios de las Galerías Lafayette, en bancos en los provadores de Levis, en esculturas en la Semana del Diseño de París, e incluso en un mural de la biblioteca de Google en Francia. Los proyectos de los que participan se pueden conocer acá.

Fuente: Proyectos FabBRICK.

Cómo son los ladrillos ecológicos hechos con residuos de caña de azúcar, cebada, maíz y madera

Fuente: La Nación – En la búsqueda de generar un menor impacto en el medio ambiente, diversas empresas se encuentran en constantes intentos para desarrollar alternativas más sustentables en la construcción.

Desde hace años, la industria de la construcción, una de las más contaminantes del mundo, se encuentra en constantes intentos por encontrar alternativas más sustentables. En este caso, el cemento se presenta como el elemento que más perjudica al medio ambiente.

En medio de la creciente preocupación por el impacto ambiental de la construcción, la demanda buscaalternativas al hormigón, un material cuyo proceso de producción contribuye en un 8% a las emisiones de dióxido de carbono. Por lo que, diversos países experimentan con nuevas mezclas que puedan sustituir a este material, pero que también abaratan los costos, ya que utilizan residuos de otras industrias.

En este caso, el material elegido por arquitectos de la Universidad del Este de Londres (UEL), la empresa británica Tate & Lyle Sugarsy la firma de arquitectura Grimshaw fueron los residuos de los cultivos de caña de azúcar, considerado el mayor del mundo por su cantidad de producción (2000 millones de toneladas al año). Los especialistas trabajan desde 2020 con el bagazo, un sobrante de los tallos de las plantas, con la idea de poder sustituir por completo el hormigón o el ladrillo de arcilla: así nació Sugarcrete.

Los bloques Sugarcrete están hechos con residuos de los cultivos de caña de azúcar
Los bloques Sugarcrete están hechos con residuos de los cultivos de caña de azúcarUniversity of East London

El resultado de la mezcla, que cuenta con un gran porcentaje de bagazo, se puede utilizar para crear paneles aislantes, bloques ligeros, de carga y losas estructurales para pisos y techos. Como consecuencia se crea un material de construcción que es más barato, mas liviano y sustentable con el medio ambiente que el utilizado actualmente: su elaboración implica unas emisiones de carbono 20 veces inferiores a las del hormigón tradicional, es cinco veces más ligero y su producción es mucho más barata.

Una vez creados, los ladrillos de Sugarcrete fueron sometidos a pruebas y ensayos para así poder comprobar que son resistentes al fuego, a la compresión, pero también se verificó su conductividad térmica y durabilidad.

Más alternativas sustentables

La firma neerlandesa StoneCycling, que se encarga de crear soluciones sostenibles para la construcción,desarrolló productos como los WasteBasedBricks: ladrillos fabricados con residuos de obra; y CornWall, un material a base de maíz para revestir paredes.

Sin embargo, su innovación más destacada es BioBasedTiles, la primera baldosa y ladrillo de base biológica que crece con la ayuda de bacterias, creada en colaboración con la startup estadounidense Biomason. Este producto, que utiliza biocemento para minimizar las emisiones de carbono, está inspirado en corales y ecosistemas marinos. Además, se cura en 72 horas a temperatura ambiente y supera las propiedades de las baldosas fabricadas con hormigón convencional una vez secas.

El bloque de hormigón que cambiará la construcción: un 20% más ligero y tres veces más resistente
El bloque de hormigón que cambiará la construcción: un 20% más ligero y tres veces más resistenteOmicrono

Las compañías están decididas a revolucionar la producción tradicional de cemento, responsable de liberar miles de toneladas de dióxido de carbono durante los últimos 200 años.

El proceso para fabricar las BioBasedTiles combina carbono, calcio y bacterias específicas, utilizando un 15% de biocemento obtenido a partir de este método. Además, se añaden residuos de producción de granito, otorgando a los bloques y baldosas, mayor resistencia.

La fabricación de este tipo de bloque se completa con procesos en los que se moldea de forma personalizada y la curación es a temperatura ambiente, eliminando la necesidad de hornos con alta potencia. Estos productos, ideales para suelos y paredes en interiores y exteriores, se destacan no solo por tener una huella de carbono mínima, sino también por ser un 20% más ligeros y tres veces más resistentes que los bloques tradicionales. Las empresas anticiparon que este material permitirá reducir el 25% de las emisiones globales de carbono de la industria del hormigón para el año 2030.

Las empresas planean hacer de la construcción un proceso más amigable con el medio ambiente
Las empresas planean hacer de la construcción un proceso más amigable con el medio ambienteOmicrono

Otro caso de industria nacional

Una arquitecta de Mar del Plata decidió pensar en un tipo de ladrillo biológico que sea de gran resistencia y completamente biodegradable. El puntapié de Juliana Lareu para ponerse en el rol de pionera en este campo fueron las investigaciones ya realizadas en otros países.

La ciudad balnearia fue su mejor aliada para lograrlo: los materiales del descarte de bagazo de cebada que desechan las fábricas productoras de cerveza artesanal, junto a los desechos de virutas y aserrín provenientes de las madereras locales le ofrecieron a costo cero la materia prima.

El ingrediente fundamental es la raíz o micelio de hongos como el Ganoderma Lucidum (Reishi) y el Pleurotus Ostreatus (Hongos Ostra). “El mismo se alimenta de la materia de descarte y crece en forma de red aglomerando las partículas del biomaterial”, detalla la arquitecta. ¿El objetivo? “Poder darle una segunda vida útil al gran volumen de residuos que se genera y dar respuesta a la crisis climática a partir de la reutilización de los desechos orgánicos y trabajando en alianzas con organismos vivos, en este caso con el micelio, que es el filamento vegetativo de los hongos”, sintetiza.

Los ladrillos argentinos se hacen con residuos de cervecerías y madereras
Los ladrillos argentinos se hacen con residuos de cervecerías y madererasValentín Mora

Las piezas de 250 gramos son más resistentes que el hormigón y pueden soportar más de 400 kg de peso. Su porosidad le permite actuar también como aislante térmico y acústico; puede flotar y es ignífugo, es decir, no emite llamas al exponerlo a altas temperaturas. Estas características implican que tiene un potencial enorme para la construcción y el diseño. “Sería buenísimo que pueda reemplazar o ser una alternativa a materiales de construcción contemporáneos que son los que generan tanta contaminación”, observa.

Los ladrillos son biodegradables y 100% compostables, es decir, que “una vez cumplido su ciclo, cuando entra en contacto con la tierra se degrada y vuelve al medio en forma de abono”, explica la arquitecta y profesora de la Universidad de Mar del Plata.

La duración del ladrillo varía según si entra o no en contacto con la tierra y la humedad. Lareu expone que cuando lo hace éste dura aproximadamente 180 días “según las características del sustrato al que se encuentra expuesto”, aclara, mientras que si no entra en contacto con estos factores puede durar varios años.

Estas propiedades permiten eventualmente que el biomaterial se use como equipamiento efímero. Por ejemplo, se podría utilizar para construir estructuras itinerantes para festivales, recitales, stands temporales o incluso refugios para el corto plazo para los aventureros y nómades.

La construcción sostenible que cuida el ambiente

Fuente: Perfil – Responsable del 37% de las emisiones de gases de efecto invernadero, esta industria encuentra nuevas soluciones tecnológicas amigables con el futuro del planeta. Cuáles son.

En un mundo cada vez más consciente de la urgencia de abordar el cambio climático, el pensamiento de líderes influyentes como Bill Gates no deja de generar impacto. Recientemente, el fundador de Microsoft reflexionó en su blog personal acerca de los cinco negocios más rentables en la actualidad, y destacó un punto crucial: la sostenibilidad.

Los cinco sectores clave para Gates son energía, manufactura, transporte, agricultura y construcción al ser esenciales para el funcionamiento de nuestra sociedad. Sin embargo, también son responsables de gran parte de la emisión de contaminantes a nivel mundial. Un punto en el que focaliza es en la sostenibilidad como un factor clave en estas industrias, que no solo responde a dar respuesta a la responsabilidad ambiental de las empresas sino además abre la oportunidad de inversión y crecimiento económico.

Históricamente, la industria de la construcción tradicional ha sido una de las mayores consumidoras de energía. Y según Naciones Unidas, a través de su Programa de Medio Ambiente del 2022, la construcción es responsable del 37% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera en relación con la energía utilizada. En este marco, se estima que la producción de materiales y las actividades mismas relacionadas con construcción causan aproximadamente el 10% de las emisiones globales de GEI.

En las economías más desarrolladas del mundo se están llevando estrategias hacia la transición energética con el objetivo de generar una economía basada en la eficiencia energética, a través de la sustitución de fuentes de energía tradicionales hacia otras fuentes sustentables, limpias y no contaminantes.

Si bien no estamos en el mapa de esos países, donde hoy esto es una prioridad, en Argentina lo venimos impulsamos desde hace más de 15 años en nuestros procesos, a través de prácticas de Diseño y Producción sustentables que incluyen, entre otros: ahorro de agua y energía eléctrica en comparación con la construcción tradicional, durabilidad de la obra, premisas de diseño basadas en Normas LEED-NC, así como la implementación de políticas y procedimientos de gestión ambiental y de calidad, según los lineamientos de la Norma ISO14001 e ISO9001, que impactan en forma directa en una reducción drástica de la huella de carbono.

Es evidente que ya estamos inmersos en un gran cambio de paradigma, donde la innovación tecnológica actúa como el motor impulsor de la transformación. Además, en nuestra industria, la transición energética está estimulando la innovación en la construcción modular, mediante el desarrollo de materiales y soluciones constructivas avanzadas y la integración de sistemas inteligentes de gestión de energía.

Esta convergencia está generando obras más inteligentes y eficientes, capaces de adaptarse a las demandas de un entorno muy cambiante, donde las empresas desarrolladoras están centradas en la ecología y la sostenibilidad que, a la vez, son las que presentan mayores oportunidades de rentabilidad.

Laeficiencia energética en la construcción modular

Hoy la eficiencia energética se posiciona como la nueva moneda de cambio en la construcción modular. La producción de módulos y materiales en entornos controlados permite la implementación de tecnologías de eficiencia energética de vanguardia que atraviesan toda la cadena de valor. Desde el uso de materiales sostenibles hasta la integración de sistemas de climatización eficientes, la construcción modular lidera el camino hacia opciones de construcción más respetuosas con el medio ambiente.

Además de la producción de materiales sostenibles, existen prácticas para controlar el impacto ambiental, como la gestión de residuos y el diseño del proyecto del edificio. En este sentido, desde hace casi dos décadas se gestionan los residuos siguiendo los principios de circularidad, que implican el reciclado, recupero y reutilización de materiales.
Dentro del nuevo paradigma operan factores que velan por la mejora de los procesos constructivos mediante el uso de la información en tiempo real, la modularidad para flexibilizar al máximo la respuesta en la obra.

La producción industrializada de módulos tridimensionales terminados y operativos, en una «línea de producción controlada», asegura la reducción de residuos y la optimización en el uso de materiales.