Fuente: 0223 ~ Son porteños que buscan mayor tranquilidad y hacen su nueva casa en Mar del Plata o Pinamar. También hay una gran demanda por alquilar en barrios privados con montos exorbitantes.
La pandemia y el home office generó que muchos argentinos opten por alejarse de las grandes urbes y mudarse a ciudades sin tanto ruido y con el plus de vivir a pocos minutos del mar. Así, la zona sur y norte de Mar del Plata, Pinamar, Cariló, Mar Azul y otras ciudades de la costa son algunas de las opciones más requeridas a los operadores inmobiliarios por parte de la gente que elige vivir en un country o en un barrio más exclusivo.
“Hay sectores densamente poblados como en la Ciudad de Buenos Aires y también pasa en nuestra ciudad, donde la gente buscan salir de esos lugares intentando vivir más al aire libre. Por ejemplo, Pinamar está desbordado de trabajo en la construcción y Mar del Plata tiene 3 o 4 emprendimientos grandes y muchas viviendas multifamiliares. Es lo que dejó esta pandemia y favorece a la construcción”, explicó en diálogo con 0223, Leonardo Tamburini, presidente del Centro de Constructores y Anexos de Mar del Plata.
Miguel Ángel Donsini, presidente del Colegio de Martilleros de la ciudad, coincidió en ese análisis y lo enfocó al sector local: «Mucha gente comenzó a vivir hacia el sur, donde antes por ahí tenías para alquilar un chalet en El Marquesado o Chapadmalal, que ahora le dicen `Chapa´y no aparecía nadie y ahora tenés un montón de interesados”, dijo.
En ese aspecto, el histórico referente martillero, consideró que la gente «elige cambiar la forma de vida. Salir de un departamento y poder salir a la calle y caminar tranquilo sin gente alrededor. Antes algunos marplatenses priorizaban la cercanía con el trabajo y se iban caminando a la oficina en pleno centro y ahora los que pueden trabajar desde la casa de manera online, aprovechan esa oportunidad”, razonó.
Miguel Ángel Donsini, presidente del Colegio de Martilleros de Mar del Plata. Foto archivo:0223
En esa nueva lógica, los countries han despertado notable interés aunque la opción no es económica. “En Mar del Plata hay mucha oferta en los barrios cerrados pero poca compra. Hay mucho interés en alquilar, incluso con lista de espera”, señaló.
Pero los costos no son para cualquiera: alquilar una casa en el exclusivo barrio privado de Rumencó cuesta entre 800 y 1.000 dólares por mes.
“Es una nueva forma de vida, donde por ahí un gerente de una gran empresa prefiere no estar encerrado en un departamento. Entonces, prefiere salir del centro y estar más tranquilo con lo del virus”, advirtió Donsini.
«Hay un antes y después de la pandemia»
Pero este notable interés que despierta la construcción de viviendas en la zona sur y norte de Mar del Plata. también se replica en localidades de la costa atlántica, donde creció exponencialmente el trabajo de la construcción.
César Trujillo, titular de la Uocra Mar del Plata y que extiende su representatividad a 8 municipios de la zona, coincidió en el cambio de paradigma que trajo el aislamiento generado por el Covid-19 y el interés que despertó en un sector de altos ingresos de la sociedad argentina de rse a vivir cerca del mar.
César Trujillo, secretario general de la Uocra Mar del Plata. Foto archivo:0223
«Mucha gente de Buenos Aires y el Conurbano se ha venido a vivir y a radicar a Pinamar, Costa Azul y la zona de Cariló. Y hay mucho, mucho trabajo, porque está cambiando la zona. Me parece que hay un antes y un después por la pandemia. Hemos hablado con la gente de la Municipalidad de Pinamar y nos han confirmado que muchas familias se han radicado allí», expresó el dirigente de la construcción a 0223.
Trujillo sostuvo que los trabajos que se encaran en esas ciudades «son otro tipo de obras a las que se realizan en Mar del Plata, porque son construcciones bajas pero muy amplias, de clase media alta» y razonó que debido a su gran poder adquisitivo «se construye mucho y eso a nosotros nos da más laburo».
En relación a Mar del Plata, el dirigente valoró la demanda de trabajo que existe en este tipo de viviendas de alto valor comercial en un marco en que la construcción «está a pleno». «En los countries de nuestra ciudad podríamos tener más trabajadores y estamos esperando un permiso provincial para poder construir. Una ley lo está frenando, principalmente en trabajos sobre la ruta 2 y 226. Estamos esperando solucionar ese tema», concluyó Trujillo.