Fuente: Cronista – La industria de la construcción es uno de los principales motores de la actividad económica en la Argentina, en línea con lo que también sucede en la región y en el mundo. En nuestro país, según datos oficiales, la participación de la construcción (PBI construcción) sobre el PBI total se ha mantenido durante largos períodos aportando entre un 5% y 6%.
La venta de materiales para la construcción también ha mostrado una performance interesante, aún con las oscilaciones propias de los periodos de crisis. De acuerdo al estudio que desde 2022 releva a las empresas que conforman el índice Construya, las operaciones registraron en agosto una suba interanual de 12,10% respecto al mismo mes del año pasado mientras que su acumulado anual se ubica un 9,4 % por encima del mismo periodo de 2021.
Sin embargo, la venta online aún no despega. Según datos consolidados a abril de 2022 de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), el e-commerce de «Materiales y herramientas de construcción» tuvo una facturación de $ 21.477 millones en 2021, lo que significó una caída de 13% respecto de los $ 24.682 millones del pico pandémico de 2020.
El dato más saliente es que su participación en las ventas totales es de apenas el 1%, lejos del share que tienen, por ejemplo, rubros como «Equipos de audio, imagen, consolas TI y telefonía», «Alimentos, bebidas y artículos de limpieza» y «Artículos para el hogar (muebles, decoración)», que alcanzan una participación del 16, 15 y 13% respectivamente.
¿Qué ocurre con el e-commerce de materiales para construir? ¿Por qué parecería ser una categoría que no termina de despegar?
El problema no está en la demanda, todo lo contrario. El consumidor está mostrando, desde la pandemia sobre todo, que quiere más e-commerce y que prácticamente no hay rubro al que no le exija la venta online.
Según otro informe de CACE, el Mid Term 2022 (preparado especialmente para la Cámara por Kantar) 9 de cada 10 argentinos ya realizaron compras online alguna vez y, aunque el mayor crecimiento de órdenes de compra por internet fue entre los años de pandemia, el canal online continúa en crecimiento, donde ya tiene un peso del 14% sobre el total de ventas.
En este contexto son las exigencias de los consumidores las que, aprendidas en otros rubros, nos marcan el camino y las que nos anticipan que el e-commerce de materiales para la construcción ya es absolutamente inevitable.
Pero atención, porque los paradigmas tradicionales de comercio electrónico no sirven en un rubro cuyas particularidades demandan soluciones pensadas específicamente para el sector.
Solo para dar algunos ejemplos debemos tener en cuenta que aquí no podemos valernos de una réplica del tradicional «carrito de compras». En materiales de construcción, las operaciones no son tanto por productos únicos sino por listados de productos. Y cada uno de ellos tiene innumerables especificaciones, donde incluso artículos de unas marcas interactúan con los de otra en sistemas constructivos multimarca.
Otra particularidad es que arquitectos y constructores tienen un ciclo de compra (entre que presupuestan un proyecto y el cliente se los contrata) mucho más largo que otros rubros. Y eso los obliga a presupuestar y re presupuestar infinitas veces antes de cerrar un contrato.
En materia de logística, el gran dolor de cabeza de todo e-commerce, la industria de la construcción también tiene especificidades que requieren una atención particular. Necesariamente, la «última milla» tiene un gran protagonismo porque no es posible usar soluciones como las que brindan los operadores logísticos a otros rubros. El peso, las cantidades, las distancias, la combinación de materiales diversos y no siempre pasibles de convivir en un mismo transporte son variables que exigen herramientas digitales de matcheo automático para que el cliente, sea constructor, arquitecto o consumidor final, pueda saber rápidamente a qué costo le va a llegar el camión con el material que pidió.
Cada una de estas cuestiones requiere soluciones adaptadas. La buena noticia es que a través de la tecnología todas esas barreras han ido cayendo una a una.
Calculadores muy avanzados de materiales según soluciones constructivas, presupuestos que se actualizan automáticamente ante un cambio de precio o stock, integraciones con cualquier software de administración o reglas de logística flexibles que ubican vendedores cercanos por geolocalización son herramientas que ya están disponibles para quien quiera montar un e-commerce en este vertical.
El desafío pasa, entonces, por pensar en qué es lo que verdaderamente necesita el arquitecto, el constructor, las marcas, los distribuidores o los consumidores finales al momento de enfrentarse al ecommerce.
Y lo que necesitan es servicio. Flexibilidad. Simpleza.
«La industria de la construcción es de vital importancia en nuestra vida diaria, puesto que es la encargada de cimentar toda la infraestructura presente a nuestro alrededor», sostiene un documento de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), donde también se señala que «la limitada digitalización» del sector está entre los «factores a mejorar».
Creemos que una expansión del segmento de e-commerce de materiales de la construcción puede colaborar significativamente en el camino de transformación digital que el ecosistema ya ha emprendido y debemos potenciar.
Es hora de despertar al gigante dormido.