Fuente: Ámbito ~ La industria del ladrillo hueco, que tiene una participación del 90% en la edificación de viviendas, constituye un eslabón clave en la cadena de valor de la construcción y es por eso que, gracias al proceso de inversión e innovación que viene protagonizando aún en el marco de la pandemia que vamos dejando atrás, genera una significativa contribución al desarrollo económico y social del país.
Las empresas que conforman la Cámara Industrial de Cerámica Roja (CICER) han invertido en los últimos años, más de 100 millones de dólares, aportando innovación, desarrollo, automatización y tecnología para fomentar el empleo formal y genuino para más de 3000 personas, en forma directa, en cinco provincias del país. En conjunto cuenta con una capacidad instalada de aproximadamente 500 mil toneladas de ladrillos/mes.
Somos 15 empresas de capital nacional, muchas con trayectoria centenaria, que producen ladrillos industriales con eficiencia energética, dando vida a un sector que tiene una participación del 90 % en la edificación de viviendas. Con un impacto federal gracias a las plantas productivas situadas en las provincias de Buenos Aires (Pilar, La Plata, Campana, Quilmes, Fátima, Isidro Casanova, Spegazzini, Olavarría, Mar del Plata), Santa Fe, Mendoza, Córdoba, Río Negro y Salta.
Como otros sectores de la economía, fuimos afectados por la pandemia, pero con gran esfuerzo mantuvimos la empleabilidad y acompañamos la cadena de valor. Hemos sido uno de los motores de la recuperación y esperamos que las condiciones macro y micro contribuyan a consolidar este proceso durante los próximos años.
Creemos que es vital contar con políticas públicas que estimulen la construcción de viviendas, tanto en el plano privado como en el estatal, además de potenciar incentivos fiscales, y desarrollar líneas de créditos hipotecarios a tasas acordes para que más familias puedan acceder a un hogar digno y perdurable. El país tiene una agenda desafiante y una necesidad que atender.
En ese contexto estamos atentos a las sensibilidades que se puedan producir por eventuales cambios que deriven en un mayor peso en las cargas fiscales, en la rigidez de la regulación laboral y en el incremento de las tarifas de insumos críticos como la energía, que es fundamental para nuestra actividad. Más allá de estas preocupaciones propias de la dinámica de la economía y de los lineamientos necesarios de previsibilidad y estabilidad macroeconómica para la generación de negocios, nuestro sector continúa desarrollando nuevas propuestas para adaptarse a las tendencias en materia de construcción de viviendas.
Por eso, estamos trabajando en varios frentes. Uno de ellos apunta a avanzar en la evolución de la normativa IRAM, dado que la actualmente publicada contiene datos desactualizados que no se condicen con la realidad de los elementos constructivos que a diario se utilizan en el país. En este sentido hay que considerar que ladrillo termoeficiente DM20 ya está recomendado por la Secretaría de Vivienda de la Nación y cumple con las legislaciones más exigentes en materia energética del país, como la Ley 13.059 de la Provincia de Buenos Aires. Es también la muestra de cómo se puede trabajar, desde la ciencia y la tecnología, con buenas prácticas para el medio ambiente, haciendo un aporte concreto para el cuidado de nuestro único planeta, tal como lo está planteando las nuevas generaciones.
Utilizar masivamente el ladrillo termoeficiente es traer el futuro y la sustentabilidad. El nuevo ladrillo hueco genera envolventes que permiten ahorrar hasta el 40% en la tarifa de gas y electricidad de una vivienda, al disminuir los consumos en calefacción y aire acondicionado, conservando otras cualidades reconocidas como su vida útil superior a los 100 años, la resistencia, con mantenimiento prácticamente nulo. Somos conscientes que la post-pandemia está provocando un cambio en la forma de replantear la vivienda y el urbanismo, para contemplar las nuevas expectativas de la sociedad en la articulación del espacio familiar el laboral y recreativo. Tenemos conocimiento, recursos, energía, know-how y talento para aportar en este análisis y en la co-creación de los nuevos paradigmas, junto al resto de los actores clave del sector.
(*) Presidenta de la Cámara Industrial de la Cerámica Roja (CICER).