Fuente: Cronista – Durlock nació en 1977 con un complejo industrial en La Pampa. Hoy está en manos de Etex, un grupo belga que multiplicó su producción.
Hace más de 40 años, una empresa argentina cambió la forma de construir. Combinó el yeso y el cartón para desarrollar unas placas fáciles de aplicar y adaptables a varias superficie. Su marca incluso le dio nombre a un oficio, los durleros, que hoy son muy solicitados en el rubro. Ahora Durlock está en manos de un gigante industrial a nivel global, pero su historia empezó en La Pampa.
En 1977 nació Durlock SA con un complejo industrial en General Acha, La Pampa. Su fundación dio origen al sistema del mismo nombre de placas de yeso que potenció el sistema de construcción en seco. Aquella fábrica pampeana tenía capacidad para producir 7,5 millones de metros cuadrados de placas por año.
Una de las primeras obras que utilizó el sistema Durlock fue la del hotel Sheraton de Retiro. A medida que la firma crecía y su marca se transformaba en un genérico dentro del sector, un gran jugador de la industria empezó a mirarla con interés.
El ingeniero que cambió la construcción
A comienzos del siglo XX, el ingeniero austríaco Ludwig Hatschek creó el fibrocemento al combinar cemento con fibras de asbesto (la empresa dejó de utilizar asbesto en 2002). Tras varios años de trabajo y desarrollo, fundó Eternit y distribuyó licencias de su tecnología en toda Europa. La familia Emsens, dedicada al negocio de la extracción de arena y la producción de cemento, adquirió los derechos para comercializar este producto en Bélgica.
Alphonse Emsens fundó la filial belga de Eternit en 1905. En los 30 se expandió por otros mercados europeos y también por América latina con inversiones en Argentina, Chile y Uruguay. La firma inauguró su oficina argentina en 1937.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la compañía retomó su plan de expansión con la apertura de una fábrica en Congo en 1949 y otra en Filipinas, un año más tarde. Luego iniciaron el proceso de adquisiciones: primero sumaron el negocio de placas de yeso en 1957, después se quedaron con la alemana Promat, especialista en protección pasiva contra incendios. A su vez, incorporaron al grupo a la argentina Cerámica San Lorenzo (en 2016 se la vendieron al grupo mexicano Lamosa).
Eternit Argentina adquirió Durlock en 1989 al Grupo Soldati. En ese momento, Santiago Soldati se encontraba en plena reducción de su portfolio de tenencias para bajar el nivel de deuda. Vendió su paquete accionario en Telefónica de Argentina, Droguería Suizo-Argentina, Philco y Durlock SA.
Millones de placas
Con esta adquisición, el grupo potenció su rol dentro del negocio de la construcción en seco. Además, puso un pie en el segmento de interiores. Eternit también absorbió a su contraparte alemana y tomó un share minoritario en la filial francesa. Entonces adoptó el nombre Etex.
En 1997 desembolsó u$s 19 millones para ampliar la capacidad de la fábrica de Durlock. Para 2000 la planta de La Pampa podía producir 24 millones de metros cuadrados de placas por año. Asimismo, sumó dos complejos fabriles en Mendoza donde se hace yeso en polvo y bloques macizos.
El último anuncio del holding en el país fue en 2018 cuando presentó un proyecto de $ 1000 millones. El destino de este desembolso era una nueva planta en General Roca, Río Negro. Y otro de $ 250 millones para producir placas de fibrocemento en La Matanza.