Cómo será el nuevo barrio porteño que promete superar a Puerto Madero
Fuente: iProfesional – Se trata de la zona que surgirá a partir del llamado Parque de la Innovación, en la zona de Nuñez y que promete un movimiento anual de u$s1.000 millones
En los próximos años, la Ciudad de Buenos Aires sumará un nuevo barrio que se nutrirá de zonas y áreas que ya forman parte de alguno de los otros 48 distritos en los que se divide la capital del país y no de 100 como popularizó un célebre tango de la década del 40.
De hecho, cada barrio tiene su propia identidad: tanguero, elegante, moderno, de clase trabajadora, de inmigrantes y el próximo será seguramente el nuevo distrito será conocido como el de la convergencia por su estilo y características que el planeamiento urbano le tiene reservado.
Por lo menos así surge de analizar un informe de Cushman & Wakefield que habla sobre los avances de este nuevo barrio y lo califica como «un lugar prometedor para empresas, desarrolladores, futuros habitantes y visitantes», con una lógica de planeamiento urbano diferente a la del «zoning», tan prevalente entre los arquitectos durante las décadas del 60 y 70 que expandió la zona mediante la agregación de partes no siempre cohesivas como un estadio de fútbol, un barrio de casas bajas, una franja de clubes enrejadosa lo largo de la Avenida del Libertador y la ciudad tradicional, que se extendía con su grilla ortogonal, del otro lado, hacia la Avenida Cabildo.
Más allá, cruzando la Autopista, se divisaba la Ciudad Universitaria, casi inaccesible en aquel entonces que ahora se muestran más «cercanas» a la cohesión con el resto del urbanismo porteño.
Nueva zona de edificios en la ciudad
El documento de la consultora inmobiliaria destaca las «importantes transformaciones que está experimentando esta zona» con la llegada del Parque de Innovación, el proyecto tecnológico impulsado por la Ciudad de Buenos Aires donde antes funcionaba el Tiro Federal busca promover ciencia, educación y tecnología en el predio ubicado en avenida Del Libertador.
Un área que, de acuerdo al trabajo » ha consolidado a la zona norte en las últimas décadas, ha modificado radicalmente aquel paisaje fragmentado por una situación de mayor integración urbana».
El nuevo barrio se ubica en una zona de encuentros en la ciudad.
Y que ha generado más de u$s300 millones en inversiones a partir de las licitaciones para la venta de las 32 parcelas del ex Tiro Federal a través del Banco Ciudad.
Inspirado en parques científicos-tecnológicos que existen en el mundo, las autoridades del proyecto calculan que pasearán por sus calles alrededor de 30.000 personas y estiman que la actividad económica rondará los u$s1000 millones anuales.
Se trata de lo que ya se llama como el paradigma de la ciudad de proximidad, comúnmente conocido como la ciudad de los 15 minutos que, de acuerdo al documento, enfatiza la importancia de promover barrios donde una familia pueda satisfacer todas sus necesidades básicas a una corta distancia a pie o en bicicleta desde su hogar.
De todo, como en botica
En este sentido, este futuro nuevo barrio porteño tiene todo lo suficiente como para satisfacer esas necesidades, desde colegios y universidades públicas y privadas, proximidad a oficinas AAA, zonas comerciales, restaurantes, supermercados, centros de salud, clubes deportivos y espacios verdes como plazas y parques.
Todo, dentro de un barrio ya existente como el de Núñez que se convirtió en una de las zonas más dinámicas de los últimos años en términos de desarrollos inmobiliarios, tanto en el sector residencial como en el de oficinas que la la construcción del Parque de Innovación «vendrá a reforzar con la incorporación de unos 460.000 m2 construibles dentro del predio.
Es más, el reporte anticipa un gran flujo de inversiones que se irán acrecentando y mejorarán el atractivo de la avenida del Libertador y de sus cuadras aledañas, donde quedan algunos terrenos con capacidad constructiva.
«La tendencia histórica de este corredor vial hacia el centro fue la de consolidar toda su constructibilidad. Para crecer de manera armónica en zonas consolidadas, la ciudad debe ofrecer un espacio público de alta calidad y cantidad con relación a las nuevas construcciones», detalla el trabajo.
Además, su ubicación proporciona una accesibilidad en automóvil tanto al centro de la ciudad como a la zona norte en cuestión de minutos mientras que el transporte público, aunque en menor medida, también conecta la zona con toda la ciudad a través de trenes, subtes o autobuses con el Aeroparque, situado a pocos minutos de distancia que lo conecta con todo el país.
Puente entre tradición e innovación
«Tiene, sin dudas, una ubicación inmejorable y se ha convertido en un lugar extraordinario para vivir, trabajar, estudiar y entretenerse», destaca el trabajo además de sostener que el barrio de la convergencia «trasciende a la fragmentación para abrazar la integración urbana, la mixidad de usos, la diversidad social y la variedad de modos de transporte».
Señala también que «establece un puente entre la tradición y la innovación, combinando la calidad de vida propia de una ciudad de proximidad con la atracción de estar cerca de los centros más vibrantes; fusiona la calidez de la escala barrial con las oportunidades que ofrece el área metropolitana, y combina el dinamismo de los nuevos desarrollos urbanos con la riqueza natural de los parques de Palermo y la reserva ecológica a lo largo del río».
Como ejemplo, el reporte recuerda que desde hace décadas, la intersección de Libertador y Udaondo «es sinónimo de punto de encuentro».
Si ya era una referencia obligada para miles de personas, ahora el cruce de calles es el epicentro de un fenómeno que está transformando la mirada sobre los espacios de trabajo.
Destaca que con el emplazamiento de edificios de oficinas como el CEL y la creación del Parque de Innovación, esta zona está evolucionando para reunir e integrar oficinas de vanguardia, comercios, instituciones educativas y deportivas, oferta gastronómica y de entretenimiento y espacios verdes.
Ecosistema renovado
Por esos motivos, Cushman & Wakefield analizó el desarrollo inmobiliario corporativo de la zona, con especial atención en las características que hacen que Libertador y Udaondo sea el núcleo de lo que se denomina el Distrito de la Convergencia con nuevas oficinas destinadas a empresas de tecnología que convergen con los comercios y espacios de trabajo ya consolidados sobre la Avenida del Libertador, «generando un ecosistema renovado y atractivo tanto para inversores como para residentes».
A los establecimientos de formación de larga tradición y prestigio de la zona como la UBA, la UTDT y la escuela ORT se van a sumar los edificios del ITBA y la UTN, para enriquecer la oferta educativa con carreras del futuro.
Por otro lado, el trazado tradicional de la ciudad, caracterizado por el amanzanamiento ortogonal del barrio de Núñez, se potencia con la permeabilidad de la gran manzana que propone nuevo proyecto urbano.
La nueva obra tendrá diferentes espacios para estudiantes o trabajadores.
Al respecto, el bróker Juan Querol señala que «al paisaje urbano de Buenos Aires se le suma un nuevo capítulo con el Distrito de la Convergencia, un ecosistema que se propone como «un mix de posibilidades y soluciones, que se vuelve especialmente atractivo para las empresas y desarrolladoras que quieren apostar por la innovación en espacios de alta categoría pensados para mejorar la experiencia de sus usuarios.
Además, se espera que las empresas que allí se radiquen traccionen una mayor oferta de servicios, generando a su vez nuevos empleos que impulsarán una mayor oferta gastronómica y comercial.
El barrio tendrá su propio puente que conectará el Parque de Innovación con Ciudad Universitaria logrando que ambos queden a una caminata de distancia.
Además, la oferta residencial combina torres de gran altura y calidad, sobre el eje de la avenida del Libertador, con zonas mucho más bajas localizadas hacia las vías del ferrocarril Mitre y en la zona de viviendas unifamiliares, conocidas como barrio River.
En este sentido, el informe de Cushman llevó a cabo un relevamiento inicial, caracterizando los m2 ya existentes y considerando aquellos en construcción o proyectados que le permite calcular la cantidad de personas que habitarán la zona una vez terminados los desarrollos según cada categoría.
A esto se suma que el barrio alojará miles de alumnos, profesores e investigadores como parte de su ecosistema cotidiano.