Fuente: Cronista ~ Real Estate Developers (RED) tiene previsto motorizar u$s 100 millones en los próximos cinco años en un total de tres edificios chicos. Se podrá entrar el negocio con un piso de u$s 20.000
La inversión en real estate es sin dudas una de las más conservadoras y seguras. Pero con valores en dólares y sin créditos hipotecarios, son pocos los que pueden apostar al ladrillo. Ahora un desarrollador inmobiliario ofrece participar de un negocio inmobiliario, sin comprar metros cuadrados y con un aporte mínimo de u$s 20.000. De qué se trata
Real Estate Developers (RED) tiene previsto poner en marcha 3 módulos de inversión por año, de 45 edificios con un máximo de 12 departamentos, con una inversión de u$s 6 millones cada uno con un total de u$s 100 millones en los próximos cinco años.
«Es un sistema que permite invertir financieramente en el negocio inmobiliario sin la necesidad de comprar un inmueble. Se invierte dinero y se devuelve con renta sumada. La rentabilidad para el inversor, se genera mediante la construcción sucesiva de pequeños edificios residenciales, sobre los típicos terrenos de 8,66m de frente de la Ciudad de Buenos Aires», explica Gustavo Llambias, socio de la desarrolladora.
El producto, que ofrece la desarrolladora, lleva el nombre de RED-i Respira. Y se espera que cada módulo genere una rentabilidad bruta del 75% sobre el monto invertido, con un proceso de recupero de capital y renta de 3 años en promedio.
Cada obra perteneciente a un módulo de inversión arranca luego de asegurar el fondeo para concluir la obra anterior y la renta producida se reinvierte rápidamente en la sucesiva construcción de los 3 proyectos que integran cada módulo, optimizando el rendimiento del capital aportado.
El pequeño tamaño de cada edificio, que irá entre los 8 y 12 pisos, aporta obras de corta duración, con pocas unidades a vender, que limitan el riesgo comercial. Además genera mayor flexibilidad para adaptarse a los cambios con un producto final muy vendible y mucho control de proceso.
Los edificios, que se construirán todos en Capital Federal responden a las necesidades de los clientes de hoy, con espacios al aire libre y amenities.
«Los edificios Respira son la respuesta a una demanda de un estilo de vida que ha cambiado, donde la gente pasa más tiempo en sus casas y entonces los espacios, ambientes tienen que estar pensados para un uso distinto al que tuvimos hasta ahora», indica Alejandro Reyser, socio de la empresa.
La inversión se realiza con un único aporte inicial de múltiples inversores, al fideicomiso de administración del módulo elegido en cada oportunidad, siempre para el desarrollo de 3 proyectos a lo largo de su ciclo de vida. Y cada Fideicomiso es administrado por Rosfid, fiduciario financiero registrado ante la Comisión Nacional de Valores (CNV).
En el proceso de desarrollo de todos los módulos, la empresa suscribe un aporte en garantía. Por ende, ese fideicomiso de desarrollo construye los 3 edificios de cada módulo, los vende y restituye los aportes iniciales y la renta resultante al fideicomiso de administración, que los distribuye entre los inversores beneficiarios.
Ahora, para muchos invertir hoy en ladrillos no parece atractivo porque los plazos para vender las unidades son muy largos por el exceso de propiedades a la venta, lo que genera un sobrestock de oferta.
«Si los departamentos no se venden, el sistema tiene la flexibilidad necesaria ya sea para bajar precio hasta generar la venta o defender el precio demorando un poco el inicio de la obra de alguno de los 3 edificios», explica Reyser.
Ahora bien, «si la venta se demora mas de la flexibilidad que permite el sistema, lo que baja es la rentabilidad del 75% por que en lugar de completar el desarrollo de 3 edificios se habran concretado solo 2 edificios y por lo tanto dicho modulo tendra una rentabilidad del 50%, el doble de cualquier rentabilidad tradicional», agrega.
Así los inversores se benefician de la rentabilidad que genera el proceso de desarrollo inmobiliario aportando dinero, obteniendo el capital más la renta a final del ciclo.
«Todo esto posibilita que no sólo pensemos en cómo construir, sino en cuales son los mecanismos más novedosos para brindar mejor renta con menos riesgo a nuestros inversores», concluye Lambrias