Fuente: La Nación – Ubicada frente a un lago fue realizada a pedido de una familia, se terminó en 2019, antes de la pandemia, y cumple con las premisas que ya se convirtieron en las nuevas formas de habitar
Por el diseño de una casa ubicada a orillas de una laguna en Nordelta, un estudio argentino de arquitectura recibió una mención de honor en los premios Architecture MasterPrize (AMP), que reconocen la mejor arquitectura a nivel mundial. Se trata de ATV Arquitectos, distinguido en la Categoría Arquitectura Unifamiliar Residencial, por su obra “Casa Cudich Drago”.
Para otorgar los premios, un jurado calificado integrado por profesionales de distintas nacionalidades selecciona los mejores diseños en distintas disciplinas de arquitectura, diseño de interiores y arquitectura paisajística. El objetivo es promover la apreciación de las obras alrededor del mundo y que la excelencia y la creatividad de las mismas sean valoradas. En 2021 se postularon edificaciones de 65 países.
Una de las distinciones del concurso fue para la Casa Cudich Drago, cuyo nombre hace referencia a la pareja de propietarios. Se trata de una obra que se encuentra ubicada a orillas de una laguna en el barrio de Nordelta, en la provincia de Buenos Aires. Está bordeada por agua en dos de sus lados, hacia los cuales se abren las visuales. Sus creadores destacan que la construcción busca generar diálogos permanentes con el entorno.
Se trata de un proyecto por encargo que comenzó a diseñarse en 2016 y concluyó en 2019, según cuenta a LA NACION Ignacio Trabucchi, socio fundador y director comercial y de planificación estratégica de ATV Arquitectos. “Es una de las pocas casas que hicimos como desarrollistas y muy esporádicamente hacemos otros proyectos de otras tipologías. Fue un pedido especial de una familia compuesta por una pareja e hijos chicos y adolescentes”, indica.
Remarca Trabucchi que la ubicación del lote les permitió “experimentar en la relación de la obra con el entorno”. La familia se contactó con el estudio luego de haber visto una obra que había realizado en Pinamar. “El proceso fue una satisfacción que pude darme como arquitecto. Nos dieron mucha libertad y al mismo tiempo hubo mucho intercambio con ellos”, afirma.
En cuanto a la mención de honor recibida, Trabucchi expresa: “Nos sentimos muy orgullosos de haber sido distinguidos en un certamen internacional que reconoce la excelencia y la creatividad de la arquitectura a nivel mundial. Es un honor ser parte de este reconocimiento de tanta trascendencia”.
Los detalles de la casa
La propiedad tiene 510 m² en total, distribuidos en dos plantas. El eje de la obra es la fusión del paisaje interior y exterior, en donde un patio interno articula los distintos usos de la vivienda y conecta los dos pisos. A partir de este vacío, el espacio se redefine como una serie de transiciones verticales y horizontales, entre lo público y lo privado, buscando que los limites se difuminen. “Tiene una estética moderna y la particularidad está en la búsqueda de las relaciones con el entorno”, especifica el arquitecto.
En la planta baja, la pileta flota sobre la barranca y articula la laguna con el espacio semicubierto del quincho y el estar. Ese ambiente de la casa aparece como un lugar intermedio entre dos exteriores distintos: uno “propio” y el que le pertenece al paisaje. En la planta alta, los dormitorios quedan contenidos en dos volúmenes definidos también por el vacío del patio.
Los principales materiales con los que se realizó la obra son hormigón y madera, proponiendo al primero como el que define la estructura tectónico-espacial del proyecto. Los tabiques soportan las losas que a su vez cuelgan de las vigas superiores. La estructura, con diferentes texturas y dimensiones, define los límites, potencia la planta liberada del sector público y posibilita que ese espacio sea etéreo, ya que las carpinterías pueden abrirse en su totalidad para formar un espacio continuo semicubierto.
Aunque el proyecto es anterior a la llegada del coronavirus, el planteo del estudio se adecúa a la perfección a las necesidades que el aislamiento obligatorio impuso. “La casa propone un modo de vida que tiene que ver con el ideal pospandemia: trata de integrase a la naturaleza pero a la vez mantener intimidad, lograr distintos grados de visuales hacia el exterior, generar que todos los ambientes no terminen en sí mismos sino que se expandan”, explica Trabucchi.
¿El objetivo final de la obra? Generar bienestar a quienes habitan los espacios, según expresa el especialista, que además remarca que una de las enseñanzas que deja la llegada de la pandemia tiene que ver con la búsqueda de viviendas que recuperen “la naturaleza, la calidez, las expansiones y la fluidez espacial. La arquitectura puede manipular todas esas variables de forma positiva y es importante hacer estos planteos”, asegura.