Fuente: iProfesional ~ La fuerte aceleración de la que es presa el dólar «blue» vuelve a hacerse sentir de forma negativa en las operaciones inmobiliarias. El salto que exhibe por estos días, sumado a un proceso electoral cada vez más cercano, comenzó a frenar los cierres que se venían pautando.
En el ámbito del ladrillo reconocen que tanta imprevisibilidad destierra la estabilidad en los precios y señalan que esta turbulencia complicará la perspectiva del sector por lo menos hasta el primer trimestre de 2022.
La disparada del tipo de cambio paralelo atenta contra la continuidad de la leve mejoría que comenzaron a mostrar las escrituras en Capital Federal. Respecto de esto, el Colegio de Escribanos porteño informó recientemente que las operaciones crecieron 29 por ciento en septiembre.
Así, durante el noveno mes del año se registraron 2.813 actos de escrituras de compraventa, con un monto involucrado que llegó a los 29.919 millones de pesos. La mejora acumulaba 9 meses continuos hasta arribar a este momento. Lo ocurrido en los últimos días con el dólar, coincidieron expertos y comercializadores, atenta contra cualquier idea de continuidad de esa recuperación.
Desde CUCICBA, el colegio que integra a los corredores, su flamante presidenta, Marta Liotto, comentó a iProfesional que en estas últimas semanas «volvimos a la paralización por la inestabilidad del tipo de cambio».
La directiva remarcó que «cada movimiento del dólar frena cualquier operación», además de reconocer que «las elecciones que vienen, en este contexto del tipo de cambio en suba permanente, vuelven a cero las compraventas».
«Hay un malestar cada vez más grande entre los inmobiliarios. Un desencanto que surge a partir de la imposibilidad de trazar un horizonte previsible para las operaciones. Nadie sabe si el modelo económico cambiará, si seguirá igual, qué va a pasar con el crédito o la disponibilidad de dólares para cerrar compras o ventas», dijo.
«Tras las PASO confiábamos en que quizás habría un blanqueo, una reactivación de los cedines, quizás alguna herramienta de crédito. Ni hablar de algún cambio en la ley de alquileres. No ocurrió nada de eso. Por el contrario, primero se desató una crisis política interna en el mismo Gobierno que tiró abajo los dichos del Presidente de que habían escuchado a la gente. Después empezó a subir el dólar», añadió. La compraventa en Capital venía repuntando hasta este nuevo vaivén del tipo de cambio.
Liotto reconoció que en el ámbito del ladrillo dan por descontado que el «blue» alcanzará los 200 pesos en breve. Pero sostuvo que antes que esa marca elevada, lo que asusta a los comercializadores es la falta de quietud del tipo de cambio para volver a fijar precios de referencia. Esto es, que el dólar siga subiendo.
«Si el valor es de 200 pesos, lo que esperamos es que persista. Que se llegue a esa cifra y luego se mantenga. Eso ayudaría mucho al sector, generaría previsibilidad. Si nos mantenemos en esos 200 por lo que queda del año y la primera parte del que viene, bueno, empezaríamos a notar otra vez la mejoría a partir de marzo de 2022. Suena un poco lejano, pero es mucho mejor que este momento que transitamos», afirmó.
En tanto las operaciones se cierran con «dólar billete», la directiva sostuvo que no habrá continuidad en las escrituras en alza si justamente no se solidifica un valor en breve.
Otro momento de parálisis
«Veníamos con operaciones se cerraban a partir del billete que se ponía arriba de la mesa. Todo eso se paralizó con el movimiento. Quien tiene dólares no los quiere soltar porque especula con el precio de mañana. En el inconsciente está la idea de que las propiedades podrían bajar más. El resultado es la inactividad que vemos ahora», destacó.
José Rozados, CEO de Reporte Inmobiliario, se refirió también a la incidencia del dólar en el estado actual de la comercialización de inmuebles. «Toda inquietud u expectativa de cambio en su precio genera movimiento o los paraliza. Ante la expectativa de una devaluación próxima, como la que estaría dejando entrever la suba del ‘blue’ en los últimos días, quien no estaba ya comprometido en una operación la dilata. Y más aún en este particular contexto preelectoral», comentó a iProfesional.
Por su parte, Diego Migliorisi, socio gerente de la comercializadora homónima, mencionó, también, la imprevisibilidad como el gran factor que vuelve a sumarle obstáculos al ladrillo. En ese plano, mencionó al contexto electoral como una variable que juega en contra de las oportunidades que hoy proliferan en el ámbito inmobiliario. Los inmuebles acumulan una baja de precios que oscila entre el 20 y el 30 por ciento.
«Que el dólar se estacione en torno a los 200 pesos permitiría reducir parte de la afectación que sufre el sector porque, con la cotización quieta, se volvería a construir cierta confianza. La situación política del país es el aspecto que viene complicando a la economía en general y de ahí llegamos a lo que ocurre con el dólar. Nadie sabe el rumbo que tomará la Argentina después de las elecciones», dijo a iProfesional.
«Hoy estamos con precios que han bajado entre un 20 y un 30 por ciento usados y nuevos. Pero la imprevisibilidad es tal que la mayoría prefiere no arriesgarse y se cuidan los dólares. La baja de valores no está siendo aprovechada porque la macroeconomía no da respiro. Si no se consolida un precio estable, si no hay una mejora de condiciones desde la política, se habrá perdido esta ventaja que hoy está al alcance de muchos inversores», completó.