Criba constructora: «Tenemos récord de obras en marcha pero con impulso público serían aun más»

Fuente: Cronista ~ Torres de oficinas y residenciales premium, shoppings, aeropuertos, hospitales y hasta templos. La constructora Criba cumple 70 años en actividad en el país con récord de metros cuadrados de construcción en todos los segmentos. 

En su aniversario, el CEO de la compañía Santiago Tarasido, explicó a El Cronista cómo lo impactan las trabas para importar y la inflación, dónde encuentra oportunidades de inversión y por qué proyecta expandirse a otros países de la región.

¿Cómo los encuentra posicionados este 70 aniversario?

Pasando muchos momentos complejos siempre creciendo y apostando a seguir haciéndolo. En ese país, 70 años son mil vidas, y en la construcción mil más. Hoy después de pasar dos años en un contexto muy crítico por la pandemia e incluso ahora en un contexto complicado, Criba sale fortalecido porque nos esforzamos por hacerlo. Tenemos muchas obras diversas, mucho trabajo y planes de seguir expandiéndonos en tipo de obra y regionalmente.

A lo largo de este tiempo conseguimos afianzar muy buenos clientes, con los que nos apoyamos para seguir adelante cuando hubo muchas empresas que no pudieron seguir. Tanto nosotros como nuestros clientes defendimos los proyectos, pusimos mucho extra para avanzar y acá estamos construyendo hoy en un volumen récord.

¿En Uruguay también tienen récord de obras?

Crecimos mucho también ahí, con varias obras en actividad y proyectos. Entre Montevideo y Punta del Este, tenemos más de ocho obras en marcha.

¿Hay planes de expandirse a otros países de la región?

Estoy yendo a Paraguay a participar en un Congreso de Real Estate para ver oportunidades. Es un mercado atractivo claramente y hay mucho para hacer aunque ya creció mucho. Ahí la clave es destacarse para no hacer todos lo mismo porque hay un techo de demanda en cada segmento. Ahí apuntamos, a la diferenciación. También miramos otros países como Chile o Perú, donde vemos oportunidades.

¿Qué tienta para ir a otros países?

Siempre pensamos en la expansión desde la consolidación de nuestro trabajo en Argentina, donde hace 70 años que tenemos nuestro fuerte y donde estamos muy enfocados. Me encantaría que el país sea un foco de atracción y los jóvenes se queden, tenemos que luchar mucho por eso. Por supuesto, en una empresa en crecimiento, la expansión a otros mercados es siempre un objetivo. Es un desafío corporativo.

¿Las condiciones son mejores?

Cada país tiene sus condiciones, ventajas y desventajas. Hemos visto en Uruguay, donde hace una década estamos trabajando fuerte ya establecidos, que hay más estabilidad y una moneda que es más estable que la argentina, aunque también tiene sus altibajos. Hay mucha menos inflación, hay posibilidad de crédito. Pero también te enfrentas a una mucha menor escala, menos productividad también. Pros y contras hay en todos los países que analizamos. Perú tuvo estabilidad durante muchos años y crecimiento sostenido pero con inestabilidad política.

Construyen obras muy complejas como hospitales y templos que demandan insumos específicos. ¿Cómo impactan en esas construcciones las trabas para importar actuales?

Impactan. Hemos tenido algunos problemas. No tanto como para que se frente un proyecto pero generan demoras. La construcción en sí es una industria bastante local pero siempre hay temas de equipamiento específico. Lógicamente, no todo se produce acá y ahí si dependemos de importados. Por ahora, nos venimos ingeniando bien para administrarlo.

¿Espera que mejoren las condiciones en el corto plazo?

El nivel de exportaciones que se observa es muy alto y la tendencia es que como estamos en una situación complicada en cuanto a la balanza, las trabas son uno de los lamentables mecanismos que hay para equilibrarla. No debería ser pero es la realidad que nos toca. Nosotros importamos directamente pero también importan nuestros subcontratistas así que repartimos la carga de alguna forma. Coordinamos y gestionamos a un montón de empresas proveedoras para cada obra y vamos compensando.

¿Las oficinas tradicionales en el centro porteño van a desaparecer?

Las oficinas se están readecuando y se privilegia esa readecuación. Yo soy un convencido de que hace falta el contacto personal y veo que se está llegando a esquemas intermedios que son buenos y optimizan el trabajo. La posibilidad de abrir las ventanas, tener terrazas, espacios para actividades que antes se hacían en otros lados se están trayendo a las oficinas. Nosotros estamos haciendo lo que es el proyecto más grande de arquitectura de la Argentina: el Distrito Quartier en Retiro. Es un proyecto mixto, con una parte de 60.000 m2 de edificio corporativo de oficinas con plantas únicas, muy generosas libres y abiertas. Un proyecto muy distintivo ya pensado en la pandemia con un zócalo comercial que une los edificios que generan mucha vida ahí mismo.

¿Esa es una zona a la que apostaría como inversor?

Si. Ahí se está generando una nueva zona de la ciudad que se va a ir conectando con Puerto Madero y Catalinas. Es una zona que se va a revalorizar. Hay también mucha revisión de proyectos porque era una zona casi exclusiva de oficinas y ahora se está generando una mezcla muy interesante con residencias y comercio. Hay varios grandes desarrolladores ahí.

¿En qué otro segmento hay demanda?

Con Consultatio estamos en un proyecto muy bueno en la Avenida Huergo, con departamentos chicos pensado para estudiantes, con muchos amenities. En el último mes, se vendieron 40 departamentos. Hay mucha demanda de esas propiedades porque son únicas.

¿Asociarse con desarrolladoras en un modelo al que apuestan en Criba?

Si. Es un modelo colaborativo que ya hicimos con Consultatio, Argencons y Raghsa, donde buscamos poner valor agregado por la experiencia de cada uno. Alineamos los intereses de los proyectos, sin cruce de intereses propios. Es una relación que tenemos que potenciar porque juntos asumimos riesgos y complejidades. Además se juntan figuras y nombres tan importantes que el proyecto cobra mayor relevancia y asegura más confiabilidad.

¿Entrarán en obra publica?

Nuestro foco estuvo siempre en la obra privada. Trabajamos en un proyecto muy grande y bueno con el Instituto de la vivienda para la urbanización del barrio Rodrigo Bueno y Fraga. Lo hicimos en tiempo récord, un gran desafío que no es solamente un proyecto de vivienda sino una integración de la gente a la ciudad. Pero ahora veo a la obra pública frenada y no tengo grandes expectativas para este año en ese segmento.

¿Cuál es hoy la variable que más complica a la construcción?

La inflación, que está a niveles cada vez más preocupantes, el golpe externo con las tasas que no nos juega una buena pasada. Hay muchos temas complicados en la macro que hacen que el panorama no sea bueno. Por otro lado, hay un costo de construcción que a pesar de que en los últimos 12 meses en términos de dólar dejó de ser tan competitivo como era, todavía se construye a valores muy accesibles. Incluso conviene, con valores de venta que han perdido algo de posición. También sucede que el poder de compra está muy desgastado, que es una de nuestras grandes preocupaciones. A la vez, no hay crédito. 

Habíamos empezado con diálogos con todos los niveles de gobiernos para ver qué podíamos hacer para generar incentivos para el sector, que es mano de obra intensiva y genera constantemente fuentes de trabajo. Pero no encontramos eco. De hecho hay problemas que se siguen amplificando o se pone foco en donde no está lo central. Por ejemplo, la ley de alquileres o el tratamiento que se le dio al blanqueo, que tuvo cero posibilidad porque se administró mal.

¿Se consigue financiamiento?

Se trabaja como fue tradicionalmente en la Argentina. El que puede se va financiando con preventas, capital propio, inversores, los dueños de la tierra aportando sus terrenos, hay muy poco apalancamiento.

¿Hay interés del exterior por invertir en Argentina?

Noto poco incentivo y poco interés hoy de grandes grupos del exterior en proyectos en la Argentina en Real Estate. Se ve un poco más en Uruguay.

¿Qué proyección hace para el año próximo?

Los años electorales son siempre de ruido y poca toma de decisiones. Son siempre momentos de freno de decisiones. Creo que habrá posibilidades concretas para invertir en proyectos donde se ofrece un diferenciador. Un buen producto, en el lugar indicado, diferente, ahí la demanda está. También es importante cuando un pequeño inversor entra en pozo, ver quién está detrás del proyecto, para que se garantice la entrega y la calidad. La venta de insumos para la construcción vienen muy bien también y es una buena señal. Claramente tiene que ver con el tipo de cambio, las empresas están muy acopiadas aprovechándolo.

¿Cómo se lleva una empresa tan tradicional con el mundo cripto?

Es un concepto que me gusta. Aunque estamos en una empresa muy tradicional y conservadora tratamos de ser innovadores y lo somos. Veo que en el mundo cripto hay un abanico gigante de opciones y así como en una época fueron las famosas puntocom, quedarán algunas con éxito y otras se derrumbarán. Hay muy buenos sustentos conceptuales que van a ser exitosas y otras que no. Yo tengo expectativa que haya un cambio de paradigma. Para que se consolide falta un mediano plazo.

¿Aceptaría que un cliente pague con criptomonedas?

No todavía. Falta lograr cierta estabilidad que hoy está complicada.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *